Campeonas sin defensa de la corona

El deporte permite la opción a la épica a todos los equipos. No sólo a los que apoyamos o de los que somos seguidores. Cuando el Valencia Basket ganó la Eurocup Women en Szekszárd en abril de 2021, gracias a los históricos tiros libres de Carrera, Ivonne Anderson tardó más de una hora en abandonar la pista. Estaba hundida. Fue la jugadora que había metido la que parecía la canasta ganadora y que hizo la falta de los tiros libres de Carrera. Este domingo se quitó esa espina en la Fonteta, liderando al Reyer Venezia a la Final Four de la Eurocup con una exhibición. Su equipo, con ella, fue superior en el partido. Cuando pidió el cambio nada más comenzar la segunda parte por un dolor en la espalda tras una jugada en el segundo cuarto, su equipo desapareció. Si no hubiera regresado, estarían eliminadas. Volvió, cojeando, y volteó la eliminatoria.

Pese a todo, un triple de Allen permitió al Valencia Basket entrar en los últimos cinco minutos por delante en la serie (62-65) pero Anderson contestó anotando (62-67), asistiendo a Ndour (62-69) y metiendo una canasta más adicional al límite, con falta de Casas, que fue la puntilla a la eliminatoria (64-72). Realmente, en ese momento las taronja tenían que remontar cuatro y no ocho pero los últimos segundos ya se hicieron una montaña.

Las eliminatorias a ida y vuelta son batallas psicológicas. Es por ello que, con el 41-44 al descanso, las mejores sensaciones eran del equipo que iba perdiendo el partido pero ganando la serie de uno. En un segundo cuarto donde las italianas amenazaron con romper el choque (31-42 con un triple de Carangelo tras asistencia de Anderson). Un tiempo muerto de Burgos activó a sus jugadoras, que con un parcial de 10-0 liderado por Gülich (41-42) se metió de lleno en la eliminatoria, para respiro de una Fonteta que se había quedado fría desde el arranque del partido con un Venezia que en todo momento había dominado el choque (con un 0-7 inicial y un 21-29 al final del primer cuarto).

La clave de la eliminatoria llegó en el arranque del tercer cuarto. Cuando Anderson pidió el cambio en el primer minuto, el Venezia perdió algo más que su mejor jugadora. Perdió a su líder, a su alma. Fue tan claro verlo en la Fonteta que su equipo no jugó a nada en los siguientes minutos, con ataques sin sentido y algún tiro que no tocó ni aro. A la americana le dieron una pastilla para calmar el dolor. No podía ni sentarse en la silla. El Valencia Basket no supo aprovechar ese momento para dar un arreón definitivo. El parcial de 8-0 con Anderson fuera fue un botín demasiado pequeño para una jugadora que es gigante en la pista. El cuerpo técnico del Venezia se acercó a ella con el 49-46, con gestos de 'ahora o nunca'. Le convencieron. Saltó a la pista y el partido cambió. Para colmo de males, Salvadores terminó tocada y hoy le harán pruebas para saber si sus molestias le permiten llegar a la Copa. La última reflexión debe ir a las bajas. Laura Gil y Raquel Carrera no son dos jugadoras de rotación. Son internacionales por España. Dos figuras. No reforzarse es una decisión de club pero debe reenfocar objetivos. Es lo justo.

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