La cuarta marcha no es suficiente

A menos de dos semanas para que termine la Liga Regular de la Euroliga, a los cuatro equipos españoles que compiten en ella se les notó que esta jornada de ACB les pilló con el focus cambiado. El Barça, que lucha por terminar primero en el torneo continental antes de los cruces, sufrió para ganar de dos al Fuenlabrada en el Palau. El Real Madrid, que coquetea con la eliminación, venció de uno en Manresa. El Baskonia, empatado con los taronja en la Euroliga, perdió 78-99 en el Buesa ante el Gran Canaria y el Valencia Basket acabó cayendo en Tenerife.

De los cuatro, el que más urgencias tiene en la Liga Endesa es el Valencia Basket. Eso, la batalla por ser cabeza de serie, y la imagen lamentable que dio en San Sebastián en el último partido fuera de casa previo a una batalla de Euroliga, le obligaba a subir el listón. Dar una imagen como la de Illumbe en La Laguna equivalía a perder de paliza. Sin más. Los taronja dieron la sensación, en todo el partido, de tener como objetivo competir para ganar pero sin pasar de la cuarta marcha. Lo consiguieron, lo de competir, puesto que el partido llegó a los últimos minutos con 81-81. El último arreón de los tinerfeños, no contestado en pista por los valencianos, selló un triunfo merecido para los de Vidorreta que deja al Valencia Basket sexto a tres victorias del cuarto (el Baskonia), con tres derrotas seguidas en la ACB y cuatro en los últimos cinco partidos, con nueve fechas por delante.

No ser cabeza de serie en el playoff es un objetivo no cumplido pero no te elimina de la ACB. Ser noveno de la Euroliga para los taronja se lleva por delante el proyecto de la temporada 2021-2022. La rotación, donde la sensación que sí que quedó una vez más es de pocos minutos para Pradilla, se ajustó con hombres que tienen que ser importantes ante Olympiakos como Williams (14:44), Kalinic (18:45), Tobey (16:31) o Prepelic (11:46). San Emeterio, que no está contando en los partidos de Euroliga, se fue a los 21:19 y a los 14 puntos.

El plan de partido, tras un mal arranque con 12-3, le empezó a salir a Ponsarnau. Con el 18-12, el Valencia Basket metió la cuarta y con un buen tono defensivo y parando la producción de Huertas y Fitipaldo, amasó un parcial de 6-20 que llevó el partido al 24-32 tras canasta de Kalinic. Un mate de Tobey (34-41) desajustó el aro. Una de sus piezas saltó por los aires pero no se reparó, con notificación a los dos equipos, hasta el descanso.

Tras esa anécdota de los tornillos ajustados, el Valencia Basket puso la máxima renta a tres minutos del final del tercer cuarto con un triple de Vives (52-61). Ahí llegó la clave. Con el Tenerife maniatado el Valencia Basket, ni en la pista ni en la dirección técnica, no cayó en la tentación de subir las revoluciones, meter la quinta, y llevar el partido a una intensidad que sí que se hubiera presentado (en la vida es importante ser siempre lo más honesto posible) como una crítica de cara a la final contra Olympiakos. Las rotaciones, en ese momento, no le sentaron bien a los taronja que se fueron al inicio del último cuarto con su ventaja reducida hasta los tres puntos (61-64).

El sexto triple de Doornekamp, de ocho intentos, devolvió la ventaja al Tenerife (73-72) y una técnica a Ponsarnau (Vidorreta la había recibido en la primera parte) por protestar una falta señalada a Kalinic en ataque estiró la renta aurinegra (79-75 y parcial de 27-14). Es ahí donde el Valencia Basket demostró que viajó a Tenerife con actitud de competir, ganadora. Una cosa es no volverse loco en el desgaste y otra no querer ganar. Un triple de Labeyrie subió el 81-81 pero el último arreón de Huertas, con un triple y un robo a Kalinic para anotar (86-81), sentenció el choque.