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Lo peor de la derrota del Valencia Basket en Estambul no es encontrar el adjetivo más duro dentro de todos los que se pueden pasar por la cabeza tras una debacle. Perder por 30 lo es. Da igual que se elija ridículo, lamentable, doloroso o ... vergonzoso. El cabreo nos lleva, a todos, a escenarios así. Lo peor es que la paliza del Fenerbahce va a pasar a la historia. Con el partido finiquitado en el segundo cuarto –eso también duele mucho– la única diversión de la segunda parte para el público fue conocer si su equipo batía el récord de triples de la Euroliga. Estaba en 22, en manos del Efes, y cuando subió el 23 se anunció por megafonía con todo el público en pie. Ese escarnio, el de formar parte de una comedia como si se tratara de un equipo pequeño, es más duro para la historia del Valencia Basket que la derrota en sí. El partido perdido deja a los taronja en un 13-16 de balance y con las mismas cuentas para el 'play-in'. Las cuatro derrotas seguidas, eso sí, ponen al partido contra el Bayern la etiqueta de final de la Euroliga.
El Valencia Basket bajó de forma tan lamentable los brazos, y en ese barco hay que meter desde Mumbrú al último jugador porque en los títulos ganan todos y en las debacles se hunden todos, que el marcador también formará parte de sus registros negativos. Siempre será el rival contra el que se batió el récord de triples en la Euroliga pero también, hasta nueva orden que ojalá nunca llegue, los 118 puntos es la máxima anotación encajada por los valencianos en un partido sin prórroga. Van más de 2.000 encuentros en la hemeroteca de los de la Fonteta con lo que se entiende la dimensión de la debacle. En semana fallera, la mascletà del Fenerbahce terminó en cremà.
El conjunto turco olió sangre tras el primer cuarto, por mucho que el 22-19 pudiera indicar lo contrario, y se lanzó a por su rival en el segundo. Esa lectura llegó en el momento en el que, como ocurrió en Bolonia en el último partido fuera de casa en la Euroliga, la aportación del bloque taronja bajó con la entrada de las segundas respectivas unidades. Ya en el primer cuarto se vio un indicio en el +/- acumulado por algunas parejas. En el uno y el tres, Pangos y Anderson firmaron un -12 mientras que Jovic y Ojeleye un +6.
El 35-18 del segundo cuarto fue demoledor (57-37 al descanso). No sólo por la proyección de 140 puntos, de partido NBA de nula defensa, sino porque fue la demostración práctica de lo analizado anteriormente. Wilbekin saltó en la segunda unidad del Fenerbahce para embocar cuatro triples y darle el relevo a Dorsey, que anotó otros cuatro en el primer cuarto. La mayoría de esos ocho anotados... con la defensa mirando el balón salir del brazo del tirador como espectador de lujo. El 12 de 22 del conjunto turco en la primera parte en el triple se llevó por delante, salvo el resorte de la remontada épica, la opción de triunfo en Estambul. La dinámica del partido se llevó por delante la producción de las dos unidades, puesto que en defensa todos naufragaron. Incluidos los dos máximos anotadores del conjunto taronja al descanso, Davies e Inglis, que sumaron al paso por vestuarios 21 de los 37 puntos de su equipo.
El drama para el Valencia Basket es que ahí se terminó el partido. La segunda se hizo eterna a los taronja y ni siquiera los arreones de orgullo, que ni siquiera merece la pena personalizar, evitaron el hundimiento. Una jugada inusual, un tres más adicional con falta antideportiva de Ojeleye, terminó con una jugada de siete puntos que llevó por delante lo que quedaba de partido (66-41). Mumbrú, tras el desastre de partido de su equipo, asumió el golpe: «Perdimos en el partido totalmente la identidad. No ha habido partido, no hemos competido. No hemos estado a la altura del partido. Ha habido mucha impotencia. Nosotros sabemos cual tiene que ser nuestra identidad. Esto de que estamos mejor en ataque no puede ser que nos olvidemos de defender. En la Euroliga si no compites te pasan por encima, No temo que el equipo se caiga».
Fenerbahce: Calathes (4), Dorsey (28), Noua (7), Hayes-Davis (21) y Sanli (-), -quinteto inicial, Motley (8), Wilbekin (20), Papagiannis (2), Biberovic (12), Guduric (8), Madar (2) y Sestina (6).
Valencia Basket: Jones (7), Pangos (6), Anderson (12), Inglis (10) y Davies (18), quinteto inicial, Jovic (-), Puerto (3), Harper (12), Ojeleye (5), Pradilla (7). López-Arostegui (2) y Reuvers (6).
Parciales: 22-19, 35-18 (57-37), 28-24 (85-61) y 33-27 (118-88).
Árbitros: Belosevic (SER), Foufis (GRE) y Halliko (EST).
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