La Fase 2 de la desescalada en Valencia ha permitido la apertura de los recintos deportivos para los clubes cuyos equipos participan en ligas no profesionales. Es el caso del Valencia Basket femenino. Ese cambio que permite la desescalada ha vuelto a abrir las puertas a las jugadoras taronja de L'Alqueria del Basket. Suena duro y anacrónico pero es verdad, el Valencia Basket ha necesitado que llegara la Fase 2 para poder volver a su casa, pese a que el club quiso desde el primer momento que sus dos equipos, como ocurría en el día a día antes de la pandemia, entrenaran en igualdad.
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María Pina, Lorena Segura, Anna Gómez y Leticia Romero han sido las primeras en comenzar los entrenamientos individuales, con las mismas garantías sanitarias que tuvieron en su momento los jugadores de Jaume Ponsarnau, con vestuarios individualizados y limpieza de todos los materiales utilizados.
Hay que recordar que el regreso de la actividad deportiva puso desde el primer momento en relieve las contradicciones del deporte femenino en España. La Ley del Deporte de 1990 tan sólo establece tres competiciones con carácter profesional en España, todas ellas masculinas. La orden ministerial que reguló –a través del CSD– el regreso a los entrenamientos en la desescalada permitió a los equipos de la LFP y de la ACB utilizar sus instalaciones para el regreso al trabajo de manera individual en la primera fase. El resto quedó al margen. La gran paradoja se vivió en L'Alqueria, como denunció LAS PROVINCIAS el pasado 6 de mayo y que llegó en modo de pregunta al Senado por parte del grupo Compromís.
El Valencia Basket es el único club de baloncesto español con un trato igualitario y profesional para sus primeros equiposmasculino y femenino. Así se refleja, entre otras cosas, en el uso de instalaciones. El problema para las jugadoras de Rubén Burgos fue en su momento que la Liga Femenina no es profesional en España con lo que han estado bloqueadas por la ley hasta el inicio de la Fase 2 de la desescalada en Valencia. Con las categorías contempladas en la Orden SND/388/2020 del 3 de mayo por la cual se establecieron las condiciones para la apertura al público de determinados servicios así como de la práctica del deporte profesional y federado no pudieron entrenar utilizando las instalaciones.
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