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El Valencia Basket aterrizó ayer a mediodía en Bilbao, en un vuelo chárter desde Moscú, donde empezó con una sesión suave en Miribilla a preparar el compromiso de la Liga Endesa que le medirá mañana frente al equipo de Carles Duran. La lesión de Van Rossom, que sufrió un esguince en el tobillo derecho en el partido frente al CSKA pero que no está descartado para el envite de mañana puesto que el belga se levantó con buenas sensaciones ayer en el hotel de Moscú, no hizo más que constatar el problema físico que tienen los taronja en el puesto de base, con el propio Van Rossom y Vives con problemas musculares por la carga de minutos propias de jugar casi dos meses sin Antoine Diot.
La recuperación del francés va a entrar en su fase más determinante. El 25 de octubre, en la visita que realizó el galo a la clínica del doctor Mikel Sánchez en Vitoria, se le cambió el tratamiento para intentar acabar con el persistente dolor que seguía teniendo en la rodilla izquierda pese a la buena tolerancia del plasma con factores de crecimiento, que mitigó el desplazamiento de rótula diagnosticado unas semanas antes. El plan a seguir desde entonces ha sido el de dos fases de infiltración para acabar con el dolor, mientras el jugador seguía los ejercicios de recuperación donde la bicicleta ha sido la gran protagonista.
La segunda de esas infiltraciones culmina mañana con lo que el lunes, a la vuelta del Valencia Basket de su doble viaje de la semana, se tendrá que tomar una decisión. El doctor Sánchez fue tajante el 25 de octubre en la revisión de Vitoria, así se los transmitió al jefe de los servicios médicos del club, Miguel Frasquet; si persiste el dolor tras la segunda semana de infiltración el jugador deberá pasar por el quirófano para, a través de una artroscopia, limpiar la rodilla. Un paso que, evidentemente, alargaría un proceso de recuperación que hoy cumple siete semanas, desde el último partido que disputó Diot el pasado 23 de septiembre, en la final de la Supercopa frente al Gran Canaria. Durante el viaje a Rusia, la expedición ha estado en contacto permanente con Pablo Martínez, el fisio taronja que supervisa la recuperación.
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