La Copa del Rey para el Valencia Basket pasa por la Fonteta

El Valencia Basket perdió contra un Baskonia liderado por un Howard sideral y sus opciones para disputar la Copa del Rey pasan por la Fonteta. Con un balance de 7-8 y un +9 de average, los taronja están obligados a ganar los dos duelos en la Fonteta a Manresa y Zaragoza y esperar, puesto que tan sólo podrán llegar como máximo a nueve victorias y hay tres equipos (Gran Canaria, Breogán y Bilbao Basket) que tienen opción de sumar diez. Si dos de ellos lo consiguen, el Valencia Basket no tendrá ninguna opción de disputar la Copa. En la Jornada 17, el Breogán visitará al Real Madrid y el Bilbao con el Barça. A ese calendario se agarran las opciones de los taronja. Así de duro pero real. Si hay un múltiple empate decidirá el average general.

El triunfo del Baskonia lo decidió Howard, que anotó 28 puntos. Antes de su canasta decisiva, el Valencia Basket volvió a dejarse una pequeña renta en un momento clave. Ese aspecto, más allá de los problemas físicos, sí que está en el debe de los de Mumbrú porque no es la primera vez que sucede. El no saber (o poder) defender una buena renta en el último cuarto llevó el partido del 59-63 al 67-65. Ese parcial de 8-2 dio alas al equipo de Peñarroya. Es cierto, eso es ponderable, que los valencianos nunca se fueron del partido y volvieron a tener una última opción con dos tiros libres de Dubljevic a falta de 15 segundos (80-79). Ahí Peñarroya forzó al límite una tensión muy absurda. Rivero, el jugador que fue objeto de la falta, se lesionó en la jugada al pisar al jugador del Baskonia y girarse la rodilla derecha. Fue atendido por el fisio Adrián Valverde y ya no pudo volver a la pista. El Valencia Basket, como es lógico, hizo un cambio. Alguien tiene que tirar los tiros libres. ¿No? Lo hace el jugador que entra, en este caso Dubljevic. Así lo dice la normativa, tal y como recordó Mumbrú en la sala de prensa tras el partido: «En el reglamento hay una norma que dice que si sale un fisio a asistir a un jugador hay que cambiarlo». Peñarroya, unos minutos después de la sentencia del técnico taronja, tras ser preguntado si le apetecía hablar de la cuestión contestó un «no me apetece». En directo, y en caliente, sí lo hizo. Reclamando, con múltiples aspavientos sobre la pista, por ese cambio del Valencia Basket, el que dejó a Rivero lesionado. Un gesto muy feo. Al respecto de la dolencia del pívot, el técnico taronja reconoció que habrá que esperar para saber si el cubano tiene una lesión. «Le he preguntado si podía volver a salir y me ha dicho que no», zanjó.

Donde sí que tuvo otro talante Peñarroya fue a la hora de valorar a los taronja como un posible rival en la Copa: «Valencia es un gran equipo y en la Copa sería un rival que todo cabeza de serie querría evitar porque tiene mucha calidad. Es un rival temible con lo cual me extrañaría que no estuviera en la Copa».

Aunque el conjunto taronja controló el rebote al descanso (19-23) el Baskonia le hizo daño en los puntos de segunda oportunidad. Con todo eso, el 40-38 dejaba todas las opciones de triunfo en al aire. A eso se agarró un Valencia Basket que aguantó en el primer cuarto la salida del Baskonia (15-15 pese a un 1 de 9 en tiros de dos y 4 de 16 en tiros de campo en el primer cuarto) y dispuso de una máxima renta al inicio del segundo (15-20). Más allá de la derrota, decidida por un triple tremendo de Howard (83-79) donde el tiro esquinado voló por encima del tablero, lo más preocupante es el parte médico. Con Hermannsson, Van Rossom, Jiménez y Claver lesionados, de Vitoria regresaron Rivero tocado en la rodilla y Harper como descarte no técnico sino por molestias musculares aún por determinar. Jones jugó 22:36 minutos sin formar ninguna carrera. Su esfuerzo, por cierto, es de paga extra en cualquier empresa. Cultura del esfuerzo de verdad. Guillem Ferrando, que cumplió este domingo 21 años, le dio relevos de mucha calidad en el Buesa.

Tras el partido, Mumbrú apeló al factor ambiente para exprimir las opciones de Copa de su equipo: «El primer partido lo tendremos después de dos de la Euroliga, cruzaremos los dedos para que no haya más tocados y esperemos que esté la Fonteta a rebosar». Sobre la derrota reconoció que tuvieron «alguna pérdida estúpida y el triple de Howard sentenció el partido con tres tíos encima. Ha sido una canasta de talento. Los pequeños detalles deciden». Donde no se mordió la lengua –mejor dicho se quedó a mitad de ese mordisco– fue con la situación de Jones, que sigue jugando muy mermado por su artritis en la rodilla: «Jones está mal porque está jugando mermado. Tenía que jugar porque Harper estaba tocado. Estoy enfadado, no voy a engañar. No tenemos otra opción. Ha estado mucho minutos caminando, le agradezco el esfuerzo, pero es verdad que vamos al límite». Después de todo límite va una lesión.