Dubljevic rompe otro muro

A falta de cultura del refuerzo, toma más importancia la Cultura del Esfuerzo. Si algo ha quedado claro ya, lo confirmó ayer el director deportivo Chechu Mulero en este periódico, es que la decisión de no fichar es de club. Entre otras cosas, para darle una oportunidad a una cantera que sigue pidiendo paso desde L'Alqueria. Como en el triunfo en Manresa, la labor de intendencia de Ferrando y Jiménez, más el paso al frente de Puerto y Pradilla, fue clave para mantener el nivel de intensidad. Ahora, con un balance de 2-2, la siguiente prueba de fuego será el Real Madrid. Para ese partido se espera que, al menos, López-Aróstegui pueda vestirse. Como ayer hizo Jasiel Rivero, que debutó con la camiseta taronja con 8 puntos.

«Estamos empezando a conocernos». Así definió Peñarroya, con buen tono y una sonrisa, su relación con Dimitrijevic. Es cierto que el macedonio, como le ocurrió a Carles Duran, en ocasiones desespera a sus entrenadores por el cable que se pela unos segundos... pero es un ganador. El base fue clave en el triunfo en Manresa y ayer en Zaragoza. Cuando el partido estaba más caliente siempre pidió el balón, para asistir y silenciar el Príncipe Felipe desde el tiro libre. Con 16 puntos, 5 asistencias y 17 de valoración, fue otra de las claves del triunfo.

Tras un primer cuarto tan frío como el ambiente inicial pese a que regresó el público, donde la falta de acierto de los dos equipos que sumaron un 1 de 8 en triples para el 13-15 global, Dubljevic saltó al segundo cuarto decidido a comandar el intento de marcha de los suyos en el marcador. El problema de los taronja, para desespero de Peñarroya, es que el montenegrino no logró conectar a más compañeros que a Pradilla en la anotación, pero dos triples del capitán sirvieron para el Valencia Basket, que llegó a ir perdiendo 30-28, se marchara por delante al descanso con una renta de cuatro puntos (la más repetida del primer tiempo) gracias a un parcial final de 1-7 (31-35), con Dubljevic sumando entonces 8 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias y 15 de valoración (el 43% de todo el equipo).

En el arranque del tercer cuarto, el Valencia Basket pegó un arreón que sonó a casi definitivo (34-42) pero que no lo fue porque el equipo de Ponsarnau se agarró hasta subir el 50-50. Para entonces, Claver había recibido una técnica por protestar el doble rasero con las faltas señaladas siempre a los jóvenes. Todo cambió con el triple de Dubljevic, ese 50-55 desde donde los valencianos supieron amasar una máxima renta (62-70) que llegó con la última canasta del capitán para atar una victoria de raza. La segunda fuera de casa.