El Valencia Basket asalta El Pireo

La única vez que el Valencia Basket había ganado al Olympiakos (en diez partidos) aún se llamaba Pamesa, fue en el destierro de Korydallos por las obras de los Juegos de Atenas de 2004, Rigaudeau fue la estrella de aquella victoria y el entrenador era Paco Olmos. Algo más de 17 años entre aquel triunfo 69-77 y el de ayer por 85-96. Es cierto que la histórica gesta en la Paz y la Amistad del Pireo, uno de los pabellones más calientes de Europa, se recordará por el silencio de sus gradas vacías pero no restará ni un ápice de justicia al partido más completo de los taronja en lo que va de temporada, dominado del minuto 1 al 40.

El sólido triunfo coloca a los valencianos en la quinta plaza de la Euroliga con un balance de 9-5 empatado con el Real Madrid que es tercero y llegó por la mayor superioridad en el juego interior que se les recuerda a los de la Fonteta en un partido de Euroliga. Era el plan y salió a la perfección. Entre Dubljevic, Williams (que jugó su mejor partido de taronja), Kalinic, Tobey y Labeyrie sumaron 70 de los 92 puntos de los visitantes con 21 canastas de esos cinco jugadores en la pintura. Por si quedaba alguna duda, el Valencia Basket remató desde el triple con un 10 de 21. Un arsenal ofensivo sin fisuras que desmontó a los griegos sin piedad.

Ese plan ya le salió perfecto a los taronja en la primera parte. Con el regreso de Labeyrie, Ponsarnau cargó el juego en la pintura dividiendo esos dos cuartos con dos unidades de cinco (sin Puerto ni Pradilla) que funcionaron como un reloj. Al descanso, los cuatro interiores valencianos sumaban 26 puntos y Kalinic aportó 8 más. Esos 34 de 52 fueron demasiado para un Olympiakos que nunca pudo frenar un caudal reflejado en el 39-52 al paso por vestuarios donde las 13 canastas de dos del Valencia Basket, de 19 intentos, llegaron dentro de la zona.

El único momento problemático llegó en un tramo del segundo cuarto donde Spanoulis recordó su mejor versión para recortar la renta rival con un parcial de 10-2 que llevó el marcador del 22-35 al 32-37. La pintura volvió al rescate, con tres canastas seguidas (0-6) que dejó un 32-43 desde el que creció de nuevo el Valencia Basket hasta llegar a su máxima renta tras un triple de Prepelic (36-50), para desespero de un Bartzokas que vio como cuando su defensa se cerró para intentar acabar con la sangría anotadora por dentro de los españoles llegó el acierto exterior (5 de 10 en triples al descanso).

La dinámica fue calcada en la segunda parte donde el Valencia Basket llegó a su máxima renta (54-71). El Olympiakos recortó (68-78) pero con los vuelos de Williams -imperial ayer- y el goteo de puntos por dentro de Dubljevic y Kalinic los taronja certificaron la victoria sin sufrir. Fue el partido perfecto del binomio jugadores y cuerpo técnico. De manual. Un golpe de Euroliga.

El Valencia Basket visita este miércoles en la jornada 14 de la Euroliga la siempre bulliciosa pero ahora silenciosa pista del Olympiacos en El Pireo y lo hará con el objetivo de lograr un triunfo que puede dejar atrás al equipo griego.

Tras su victoria sobre la bocina de la última jornada ante el Anadolu Efes con una canasta en suspensión de Klemen Prepelic, el Valencia tiene ya ocho triunfos en su casillero, uno más de los que tiene su rival, aunque el Olympiacos ha disputado un partido menos.

Por eso, una victoria del Valencia le aseguraría seguir por delante del equipo heleno pase lo que pase en el choque atrasado que disputará en el mes de enero en la cancha del ASVEL Villeurbanne.

Además, dado que se enfrentan entre sí el Baskonia y el Zalgiris Kaunas, los dos equipos que tienen seis triunfos y son décimo y undécimo, ganar le permitiría engordar su colchón para seguir entre los ocho primeros.

El equipo de Jaume Ponsarnau afronta este encuentro después de haber logrado un triunfo de oficio en la cancha del Movistar Estudiantes en la Liga Endesa (el tercero seguido en la competición) que podría indicar que ha empezado a tener armas para compaginar ambos torneos con relativa solvencia.

Enfrente tendrá a un equipo histórico de la competición que, a diferencia de otros conjuntos, está completando una buena campaña a las órdenes de Georgios Bartzokas.

El equipo heleno suma la aportación de históricos jugadores griegos como Kostas Sloukas (que ha vuelto este verano desde Fenerbahce), Georgios Printezis o Vassilis Spanoulis con la de los estadounidenses Hassan Martin, uno de sus baluartes interiores, y Shaquielle McKissic, una de sus referencias exteriores.

Tras su regreso en el choque de la ACB del domingo después de dos semanas fuera por un esguince de tobillo, el ala-pívot francés Louis Labeyrie será la gran novedad respecto al último encuentro en el torneo europeo.

Con su vuelta y el mejor nivel mostrado en las últimas semanas por Martin Hermannsson y Mike Tobey, Ponsarnau tendrá más armas para 'alargar' al equipo tal y como viene intentando en las últimas semanas sin depender tanto de la inspiración del irregular Derrick Williams.

Seguirán de baja los escoltas Vanja Marinkovic y Joan Sastre y también lo será por decisión técnica Quino Colom, que negocia su salida de la entidad dado que no cuenta en los planes deportivos y no ha jugado en toda la campaña.