Asalto taronja en casa del líder

Jasiel Rivero regaló una de esas jugadas que salen en el resumen de la temporada. Demostrando que en el baloncesto europeo se puede ganar un partido con un mate salvaje. Aunque aún restaba algo más de un minuto, el cubano sacudió el Palacio con un mate eléctrico que se llevó, por este orden, una falta de Poirier y un costalazo que hizo temer lo peor en la pierna izquierda del taronja. Con 90-92 se tuvo que ir al banquillo para que anotara el adicional López-Aróstegui (90-93). El matazo del curso.

Con 90-94, el Real Madrid se enganchó una vez más con un triple de Llull (93-94) y ahí llegó la otra jugada decisiva. De basket canchero, que también cuenta. López-Aróstegui falló el primer tiro libre que tenía a 3 segundos y 8 décimas del final y con el segundo no tuvo dura... tirar a fallar pero tocando el aro para que el reloj corriera y el Real Madrid no tuviera la opción de obrar el milagro. Salió perfecto para que el Valencia Basket se llevara su cuarta victoria seguida en la ACB que le mantiene entre los cuatro primeros pese a tener tres partidos aplazados. El asalto a casa del líder, a diez días de la Copa, le permite soñar. Eso también.

Peñarroya, que sigue empeñado en romper como entrenador del Valencia Basket ese techo de cristal que parece tener siempre la entidad (está sin renovar, por cierto), se mostró muy claro cuando fue preguntado tras la victoria, por este periódico, sobre la mentalidad de su equipo de tener siempre una marcha más para responder a un equipo como el Real Madrid que siempre vuelve: «El saber agarrarse a los partidos y competirlos sin acierto es algo que saben hacer los grandes equipos. El Real Madrid es un maestro y de ahí la era en los últimos años. Es algo que todos ambicionamos conseguir y tenemos el reto en Valencia de intentar conseguir el saber competir sea cual sea el momento de partido». Ese es el reto de Peñarroya en la Fonteta, conseguir ese instinto asesino que ha sido, y sigue siendo, el sello del Madrid de Laso.

El técnico taronja sacó el tema porque su equipo tuvo en varias ocasiones la oportunidad de romper el partido (50-63 en el tercer cuarto y 83-90 a falta de tres minutos) y no logró atarlo hasta los últimos segundos. Ese instinto de Rudy o Llull permitió a los blancos volver a tener opciones en un partido donde su rival casi siempre fue mejor. En ese último arreón, con Rivero (cuyo golpe se estima que quedará en un susto y podrá jugar el miércoles contra la Virtus), y los puntos de Prepelic, lo consiguió.

La primera parte tuvo un antes y un después en el 23-13. A él se llegó con un 5 de 5 del Real Madrid en el triple y un Valencia Basket que estaba sufriendo para parar ese juego directo. Aunque la sangría defensiva se reflejaba en el marcador al final del primer cuarto (30-31), un parcial de 2-14 para los de Peñarroya desde ese momento crítico evidenció que se había encontrado el camino para revertir el marcador.

Esa tendencia se demostró en el segundo cuarto, con un Valencia Basket con la defensa más ajustada a los tiradores blancos que, que bajaron su eficacia para firmar un 3 de 11 en triple hasta el descanso. En ese caladero, fue donde los taronja comenzaron a apretar, jugando varios minutos con esa variante de los tres altos emparejando a Labeyrie con Rudy o Heurtel, para poner su máxima renta (42-49). Una canasta final de Yabusele, dejó el marcador en un 48-51 al paso por vestuarios. En la segunda parte, los taronja supieron sufrir.

• Temas
• Copa del Rey de baloncesto
• Euroliga de baloncesto
• Liga ACB
• Copa ULEB
• Baloncesto
• Valencia Basket
• Real Madrid
• europa