El arranque de la Euroliga más amargo para el Valencia Basket

Juan Carlos Villena

Valencia

Jueves, 6 de octubre 2022 | Actualizado 07/10/2022 00:05h.

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El Valencia Basket arrancó su séptima participación en la Euroliga de la manera más amarga. No por la derrota –en este formato casi todos los partidos están abiertos– sino por la sensación en pista de que los taronja dieron por perdido el partido demasiado pronto. Con ventajas cortas del Baskonia en la segunda parte (43-49, 53-57 o 58-61 en el arranque del último cuarto) la sensación en pista siempre fue la de un equipo, el vasco, que seguía confiando en el plan de partido frente a otro, el valenciano, que acusaba de forma exagerada cada fallo. Eso, los fallos en el tiro, acabaron de sepultar sus opciones de comenzar con victoria la competición. Cuando te dejas 11 tiros libres (15 de 26 los locales) y pierdes un partido de diez, por ahí ya va una de las heridas que de haber suturado le hubiera dado opciones en los últimos segundos al Valencia Basket. Con los dos equipos negados en el triple (calcaron un 8 de 24), Rivero se quedó sin ayuda en la faceta ofensiva mientras el Baskonia fue sumando jugadores. Primero con Kotsar, que hizo añicos al juego interior taronja con 21 puntos y 31 de valoración, y en la segunda parte con Thompson (+20 para él en la estadística del +/- y 19 de valoración) y Giedraitis dando un paso al frente para certificar el triunfo de los de Peñarroya en la Fonteta. Una victoria sin discusión.

Por primera vez en el arranque de temporada, los de Mumbrú no pudieron imponer en pista una versión agresiva en su defensa que le llevó a robar más de diez balones en los dos primeros partidos de la Liga Endesa. Contra el Baskonia se quedó en 5 y lo acabó pagando. Eso, y la pérdida del control en el rebote que también había sido clave en las dos victorias contra el Betis y el Joventut. Tras hacerlo en el primer cuarto (que terminó 21-19 favorable al Valencia Basket donde la lucha por los tableros iba por 11-8) el Baskonia equilibró esa lucha. Pese a todo, la sensación más amarga fue la de no creer en la victoria pese a que la renta del Baskonia no superaba los cinco puntos a falta de cuatro minutos (65-70). Mumbrú, visiblemente molesto por esa situación, le pegó el primer arreón público a sus jugadores este curso: «Nunca fuimos capaces de ponernos por delante, lo intentamos pero sin creérselo mucho. Nos ha faltado un poco de convicción. No nos hemos acabado de creer que teníamos opciones de ganar. Cuando no salen las cosas hay que saber ir por detrás y llegar a un final ajustado. Incluso cuando nos hemos puesto a tres nos han metido un triple y hemos bajado la cabeza. Es algo que tenemos que mejorar ya».

Con el descarte de Pradilla –hay que aprender a no sacar demasiadas lecturas deportivas a estas decisiones que van a llegar en cascada– lo que está claro es que Mumbrú apostó para el partido por juntar el mayor músculo y velocidad en el exterior. El arranque de su equipo fue bueno (10-3 con un triple de Prepelic que ya sumaba 8 puntos en ese momento) pero el Baskonia reaccionó con un parcial de 0-8 para dejar claro que había viajado a la Fonteta con ganas de dar el primer golpe (10-11). Ahí, en el primer golpe de los de Peñarroya que llegaron a poner un 15-19, sí que supo reaccionar el Valencia Basket hasta llevar el partido al arranque del segundo cuarto con un 21-19.

En ese tramo ya comenzó a vislumbrarse que los taronja iban a sufrir en el partido. Las rotaciones, todo lo contrario que en el arranque de la ACB, no sirvieron para que los taronja mantuvieran el tono ofensivo. La irrupción de Harper –todo el mundo tiene claro lo que puede aportar pero también que los rivales van a buscar las ventajas que pueden encontrar en sus cambios defensivos– no tuvo el impacto que contra la Penya. El Baskonia fue creciendo en la pista, al mismo ritmo que el estonio Kotsar sacaba de la pintura a Dubljevic, para sellar un parcial de 12-20 en ese segundo cuarto que supuso el primer gran aviso para los de Mumbrú. El 33-39 en el marcador al paso por vestuarios más que una renta remontable lo que sí que dejó claro es que los valencianos debían encontrar la fórmula de desatascar la defensa del Baskonia, que pese a los cambios de piezas en verano sigue juntando mucho espacio y presencia física en el trabajo atrás.

El enésimo problema para los locales, en una velada de baloncesto donde no salió prácticamente nada, es que fueron los de Vitoria los que incidieron en el guion del segundo cuarto en el arranque del tercero (33-41 tras canasta de Kotsar que ya llevaba 17 puntos). Con el pie cambiado, el Valencia Basket ya sólo fue capaz de intentar meterse en el partido a base de ráfagas en forma de triple, primero de Radebaugh (36-41) y luego de Puerto (39-43). El problema para los taronja es que nunca se creyeron que podían remontar y eso los primeros que lo notaron fueron sus rivales. Con otro estirón del Baskonia llegó su máxima renta (45-55) dando la sensación de que había llegado demasiado fácil.

Con pocos argumentos más en pista –tampoco Mumbrú fue capaz de encontrarlos en sus rotaciones– la triste sensación en la Fonteta fue que lo único que quedaba por decidir era la distancia final por la que iba a ganar el Baskonia el partido. El average, en una competición que se supone muy igualada, puede ser muy importante. El Valencia Basket no supo ni limar puntos para sellar una noche muy amarga.