El Zalgiris hurga en la herida

El Zalgiris, con Ulanovas al frente, no se dejó intimidar cuando Prepelic provocó una catarsis en la Fonteta al anotar un triple lejano que subió el 71-67 a menos de cinco minutos para el final del partido. El esloveno se dirigió al centro de la pista, abriendo los brazos, para sacar de dentro toda la rabia acumulada tras un inicio de temporada con poco acierto. La afición, entregada, le acompañó en el grito. El equipo lituano contestó ese momento con un parcial de 0-9, con cinco puntos consecutivos de Cavanaugh, y volteó el marcador (71-76). Dos buenas defensas de Radebaugh y Claver volvieron a meter en el partido a los taronja (75-76), con 25 segundos por disputarse, pero el temple desde el tiro libre de Ulanovas (el Zalgiris lanzó 30 desde la línea por 13 de su rival) sentenció la victoria lituana para alegría de los 500 seguidores presentes en la Fonteta. Medio centenar de ellos acomodados en dos filas de sillas tras una de las canastas. Algo que hizo que saltaran chispas con la afición valenciana cercana a esa zona. La presencia de esos seguidores en ese lugar es un poco más complicada de entender y de explicar. A la entidad de la Fonteta es cierto que le falta experiencia en la Euroliga... y también un poco de colmillo. Esa fotografía no ocurriría en ningún pabellón fuera de España. Es cierto que no había asientos libres para todos los lituanos que hicieron el 'tour' español esta semana. Ese no es el problema del Valencia Basket. Forzar esa presencia en dos filas extras sí que acabó siéndolo.

En lo deportivo, quedó claro que la presencia de Jones es clave en el equipo de Mumbrú. El regreso del jugador más diferencial en el arranque de temporada se reflejó en el 27-17 de inicio, con los puntos de un Webb III que anotó once en ese tramo. Esas buenas sensaciones permitieron el 31-23 al final del primer cuarto. La entrada de la segunda unidad le sentó mejor al Zalgiris, que recortó al 31-29 pero los valencianos contestaron con un 7-0 para subir el 38-29 y que con esa buena inercia se llegara al descanso (44-37). Otro arreón de Jones volvió a permitir al Valencia Basket subir la máxima renta (40-30). Es cierto que Harper mantuvo por momentos el pulso anotador en el relevo pero volvió a quedar en evidencia que con él en pista, si no está acompañado de Jones o Van Rossom en pista, la generación de juego baja muchos enteros. El Zalgiris aprovechó esas dudas para marcharse 61-59 al final del tercer cuarto y terminar remontando con una canasta más adicional de Evans (64-65). Llegó su cuarta derrota seguida, tres en Euroliga. Tras el Unicaja, espera Belgrado.