Un baño de realidad del campeón

¡Vuelve la Euroliga a la Fonteta! El Valencia Basket y el CSKA Moscú se enfrentan en la primera jornada de la máxima competición de baloncesto, a las 21 horas en el templo taronja.

Los vigentes campeones de EuroCup y Euroliga se ven las caras en el estreno de la temporada europea. Jaume Ponsarnau cuenta para el partido con toda la plantilla menos con Jordan Loyd que sigue con molestias en la rodilla y podría ser uno de los descartes del técnico. El que sí estará será Maurice N'Dour. Así, estos son los jugadores disponibles: Van Rossom, Doornekamp, Sastre, Dubljevic, Motum, Vives, Quino Colom, San Emeterio, Marinkovic, N'Dour, Mike Tobey, Labeyrie y Abalde.

El entrenador del CSKA, Dimitris Itoudis, tendrá a: Mike James, Baker, Kurbanov, Hines, Clyburn, Bolomboy, Ukhov, Antonov, Janis Strelnieks, Vorontsevich, Voigtmann, Hacket, Koufos y Hilliard.

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El Valencia Basket arranca la Euroliga más exigente de la historia, no sólo por los 34 partidos y el gran nivel de los equipos sino por ambición propia. El cambio de las reglas de juego, que en el club se han recibido como algo positivo puesto que pone encima de la mesa los méritos deportivos, obligarán a los taronja a clasificarse para el Top 8 y quedar por delante del Alba para disputar la próxima edición. Así de contundente y de complicado si se repasan las plantillas, donde hay un grupo de equipos (Real Madrid, Barcelona, CSKA, Fenerbahce, Anadolu Efes, Olympiakos y Panathinaikos) que siempre parten como favoritos para entrar en los cruces y otro grupo, donde quiere instalarse el Valencia Basket junto a otros equipos como el Baskonia, el Armani Milan o Zalgiris para pelear por los huecos libres. Un objetivo ambicioso y un camino muy largo –la Liga Regular tiene los mismos partidos que la ACB–, donde los partidos de la Fonteta pueden ser decisivos para conseguir el reto.

El estreno taronja en su quinta Euroliga será en un duelo de campeones puesto que llega como vigente campeón de la Eurocup y enfrente tendrá al conjunto que conquistó la gloria en Vitoria. Será un duelo especial para Brock Motum, que quiere cerrar la herida de aquella final de la Euroliga. El primer Partido de la Jornada de la competición, trasmitido a más de 130 países y también visible en los aviones o cruceros a través del sistema sport24, será una Supercopa de Europa oficiosa donde el CSKA inicia su remozado proyecto después de perder a piezas del nivel de De Colo, Sergio Rodríguez, Higgins y Hunter. Para suplir esa marcha de talento, el conjunto moscovita se ha reforzado con Mike James, Baker, Hilliard, Voigtmann y Strelnieks. Estos dos últimos son el ejemplo de las dos ligas económicas que conviven en la Euroliga puesto que el Valencia Basket sondeó su situación en verano y fueron dos opciones imposibles de contratar.

Ponsarnau tendrá que hacer dos descartes antes de comenzar el partido pero la gran novedad con respecto a la ACB es que no tendrá que anunciarlo previamente puesto que los 14 jugadores profesionales de la plantilla están dados de alta en la Euroliga y los dos jugadores que no se visten tienen que ser comunicados en la mesa antes de firmar el roster definitivo para el partido. Atendiendo al parte médico, uno de ellos seguirá siendo Jordan Loyd que aunque ha comenzado el trabajo se ha perdido toda las semana de entrenamientos con el equipo por sus molestias en la rodilla. El que sí que estará disponible es Marice N'Dour, ya recuperado.

Welcome to the Euroleague. Bienvenidos a la Euroliga. El campeón del torneo no tuvo piedad con el Valencia Basket, al que acabó destrozando a base de triples y mostrando un músculo que en la actual Copa de Europa se paga a base de salarios millonarios. La liga del CSKA no es la de los taronja pero lo que sí que tendrá que aprender el conjunto de Ponsarnau a lo largo de torneo, quedan 33 jornadas por delante, es que cuando tenga enfrente a un equipo del potencial del ruso no debe bajar el nivel de concentración en ningún momento porque acabará con la cara pintada. El conjunto moscovita destrozó el partido al inicio de la segunda parte cuando olió la sangre del enemigo, los grandes no perdonan, y llegó a amasar una máxima renta de 58-86 con siete minutos por delante. Al menos, el orgullo final liderado por Tobey impidió que el marcador acabara en un tanteo humillante. Son mejores, sí, pero el Valencia Basket deberá aprender a competir estos partidos.

El CSKA demostró en el último segundo de la primera parte que en la Euroliga si parpadeas te lo pierdes. Los de Ponsarnau rozaban llegar al descanso con una renta desfavorable de seis puntos (38-44) pero se marchó con doce. En un visto y no visto. Hilliard aprovechó un desajuste defensivo para subir el punto 14 a su cuenta y el 38-47 con un triple pero, con tres segundos por delante, el Valencia Basket perdió el balón para que Baker anotara un triple esquinado en la última décima, así lo estimó el Replay, para helar a la Fonteta con el 38-50. El desgaste del segundo cuarto, donde los locales lucharon por remontar el marcador, terminó sin premio puesto que al paso por vestuarios se llegó con la máxima renta para el CSKA. De no haber cometido el doble despiste, la desventaja de seis no hubiera sino, ni mucho menos, un mal ratio para un equipo que se firmó en la primera parte un 9 de 27 en tiros de campo. El Valencia Basket resistió gracias a los tiros libres, 18 de 25, aprovechando que el conjunto de Itoudis no perdonó ninguna falta pese a que el listón puesto por Lamonica, el hombre que asumió todos los galones en la pista, fue cambiando a cada minuto.

El CSKA zarandeó en los primeros minutos a los valencianos, que acusaron los nervios del debut con un 2-11. Para presenciar la primera canasta en juego de los taronja hubo que esperar a un mate de Tobey (7-13) que aprovechó una buena asistencia de Van Rossom. Con Mike James dominando a su antojo el ritmo del partido, se llegó al final del primer cuarto con un 17-24 y el Valencia Basket con un 0 de 6 en triples. El juego exterior sufrió durante todo el encuentro, Colom y Loyd fueron los descartes, y nunca encontraron sensaciones. La clave llegó en el segundo cuarto. El Valencia Basket tuvo varias opciones de empatar ponerse por delante, con el 21-24 y el 24-27, pero Hilliard siempre estiró la renta. Desde ese instante hasta la máxima renta del encuentro el parcial fue de 34-59. Cuando un equipo mete 17 triples fuera de casa es imposible perder.