El Valencia Basket abre las puertas de la Fonteta al Real Madrid, en el choque correspondiente a la segunda jornada de la Liga Endesa, a las 20:45 horas.
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Para el partido Jaume Ponsarnau cuenta con Van Rossom, Abalde, Matt Thomas, Labeyrie, Dubljevic, Sergi García, Guillem Vives, Joan Sastre, Will Thomas, Doornekamp e Ion Galarza.
El técnico del Madrid Pablo Laso tendrá a: Llull, Causeur, Taylor, Randolph, Tavares, Rudy Fernández, Campazzo, Felipe Reyes, Gustavo Ayón, Yusta, Carroll, Gabriel Deck y Prepelic.
Sigue el partido en directo en lasprovincias.es.
Cuando se sorteó el calendario asimétrico de la Liga Endesa, y se cruzaron los resultados con el de la Eurocup, se torció el gesto en la zona noble de la Fonteta visionando el mes de octubre. Al Valencia Basket le venía un inicio de temporada imponente pero que se afrontaba, por entonces, con la plantilla remozada con trece jugadores para encarar esa montaña, puesto que la recuperación de Rafa Martínez siempre ha estado pautada a partir de noviembre. La dura realidad es que las lesiones de Diot, Tobey y San Emeterio han rebajado la rotación a diez en el momento en el que comienza a empinarse la competición. Hasta el regreso de los jugadores de baja, los esfuerzos de la actual plantilla de diez tendrán que medirse al milímetro para poder aguantar el primer pico de exigencia que arranca hoy.
La visita a la Fonteta del campeón de la Liga Endesa, y de la Supercopa, será una prueba de fuego para testar esa fuerza. El martes, ante el ASVEL, la reacción de la segunda unidad, comandada por Will Thomas y Vives, fue suficiente para terminar con la resistencia del conjunto francés. Esta noche la película será distinta, como avisó ayer Ponsarnau: «Para encontrar nuestro ritmo que nos haga más consistentes tenemos que tener un plan más estable y fiable. Está claro que tenemos una inferioridad física con el Real Madrid. Nuestra estrategia es entender que ellos pueden ser catorce jugadores disponibles físicamente muy buenos, pero juegan cinco en la pista. Intentaremos que los cinco que estén en la pista en cada momento tengan un buen nivel físico para jugar contra ellos».
La conclusión que salga del ejercicio de supervivencia taronja de esta noche permitirá observar las claves para afrontar las otras tres batallas a corto plazo fuera de casa (Murcia, Ankara y Santiago). El conjunto blanco, pese a la marcha de Doncic a la NBA, mantiene el bloque sólido de los últimos años y ha incorporado dos peones específicos como Prepelic en la anotación y Deck en el físico, además de recuperar al cien por cien a Llull, que visita por primera vez la Fonteta desde el día en el que el Valencia Basket conquistó la ACB.
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El gran arranque del equipo de Laso, ha ganado con solvencia los tres partidos oficiales que ha disputado, está apuntalado en el buen inicio de su juego interior, con Ayón, Randolph y Tavares marcando la pauta. A buen seguro que los blancos intentarán hurgar en la baja de Tobey. Tapar ese hueco será clave en el plan de Ponsarnau.
La ausencia que más preocupa en el club valenciano, por no tener una fecha clara de vuelta, es la de San Emeterio, tal y como informó ayer este periódico. El técnico de Tàrrega lo confirmó: «Se están realizando tratamientos diferentes para ver si se acaba corrigiendo el dolor en la rodilla pero para esta semana no va a estar disponible. Aún hay que esperar».
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El actual campeón de la Liga Endesa y la Euroliga no te perdona. Si le enseñas una debilidad te acaba tirando a la lona. De un golpe seco y más si ya te había avisado unos minutos antes. El Real Madrid aprovechó ayer la desconexión del Valencia Basket en el tercer cuarto para finiquitar la victoria y dejar a su rival casi sin armas para intentar la heroica, aunque el daño comenzó a producirse unos minutos antes del paso por vestuarios. Cuando Dubljevic anotó un triple que ponía el 39-36 a falta de 3:48 para el final de la primera parte sobre el parquet de la Fonteta se veía a un equipo taronja con las ideas claras y la intensidad que tantas veces se ha remarcado como el santo grial del proyecto de Ponsarnau. En los siguientes 13 minutos de baloncesto el parcial fue de 7-30 (con 5-21 en el tercer cuarto para poner el 44-66). Un tsunami blanco que encarriló el triunfo del Real Madrid. El gran brote verde para los valencianos fue la reacción de orgullo tras esa máxima renta. Los locales llegaron a bajar a nueve (70-79) liderados por el empuje de Dubljevic y Will Thomas. La cuarta falta señalada al montenegrino, que acabó ironías del destino con las mismas que Campazzo, fue la puntilla.
El dato objetivo antes de viajar a Murcia para el Valencia Basket es que lo hará como colista de la ACB y enlazando dos derrotas para comenzar el curso, algo que no le ocurría desde 2006, con Ricard Casas en el banquillo. También lo es señalar que entonces no existía el invento del calendario asimétrico que te pone al Unicaja y al Real Madrid delante en las dos primeras jornadas. Las dudas y la merma física han sido claves para esas dos derrotas con un -31 de average acumulado. Por si faltara poco con Rafa Martínez, Tobey, Diot y San Emeterio lesionados, ninguno de ellos jugará mañana en Murcia, para el partido ante el UCAM es duda Labeyrie. El francés será hoy sometido a pruebas médicas para calibrar el alcance del dolor en el aductor izquierdo que sólo le permitió jugar seis minutos. Ponsarnau desveló ayer que el jueves no acabó el entrenamiento matinal. Perder al galo sería un drama para afrontar la semana.
Valencia Basket
Vives (7), Sastre (9), Abalde (3), Doornekamp (11), Dubljevic (15) -cinco titular- García (3), Matt Thomas (2), Will Thomas (10), Van Rossom (8) y Labeyrie (2)
70
-
88
Real Madrid
Llull (17), Caseur (12), Deck (10), Randolph (14), Tavares (10) -cinco titular- Rudy Fernández (11), Campazzo (3), Reyes (3), Carroll (6), Prepelic (2) y Kuzmic (-)
PARCIALES: 26-28, 41-45, 46-66 y 70-88
ÁRBITROS: Conde, Perea y Rial. Sin eliminados
INCIDENCIAS: partido correspondiente a la segunda jornada de la Liga Endesa disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 7.782 espectadores
Para entender lo ocurrido en la primera parte sobre el parquet de la Fonteta se convirtió en una obligación haber visionado el partido, en directo o en televisión, y no analizarlo sólo por las estadísticas. El 41-45 en el marcador, atendiendo el manual, debería hablar de una mala defensa por parte de los dos equipos. Con los fallos lógicos de todo partido de baloncesto el trabajo atrás de los taronja fue, de largo, el mejor de los tres primeros partidos oficiales. De haber comparecido al envite con la laxitud del arranque ante el ASVEL o en el Carpena la diferencia del Real Madrid al descanso hubiera sido escandalosa. El acierto en el triple, Llull enlazó cuatro en un tramo del primer cuarto, permitió al equipo de Laso exhibir su brutal pegada, simbolizada en el 8 de 16 desde más allá del arco al descanso. Dubljevic enseñó sus cartas desde el primer minuto, para completar una gran primera parte, donde le sacó la cosquillas a Tavares y desquició a un Kuzmic fuera de ritmo y que fue inscrito por el viaje urgente de Ayón a México para atender a un grave asunto personal. El Valencia Basket era consciente de que si quería tener opciones de triunfo no podía repetir una entrada fría al partido, aunque el 11-8 inicial fue respondido por los cuatro triples de Llull. Una canasta de Reyes estiró el parcial a un 10-18 (21-26). El trabajo del Will Thomas, realizó un auténtico clínic, permitió al Valencia Basket equilibrar el encuentro (28-28) aunque el séptimo triple blanco, de Rudy, volvió a poner por delante al equipo de Laso 30-36. Los valencianos contestaron con un parcial de 9-0, aunque nadie podía imaginar a esas alturas que sería el pico más alto de su juego.
El actual campeón de la ACB logró marcharse arriba al descanso (41-45) avisando del golpe al mentón que descargó, con Carroll, Causeur y Tavares, al inicio del tercer cuarto. El Valencia Basket estaba tan fuera de partido que ni siquiera, con dos faltas por hacer antes del bonus, impidió un triple final de Randolph que puso una estaca sobre la bocina del tercer cuarto (44-66).
El Real Madrid bajó el pistón defensivo al inicio del último cuarto y los hombres de Ponsarnau, otro brote verde, sacaron el colmillo. Doornekamp avisó (54-68) y Van Rossom hizo soñar durante unos segundos con la remontada gracias a un triple (70-79) pero el dominio absoluto de los madrileños en el rebote y los pequeños detalles, como el doble rasero en contactos y 'caídas', fue la puntilla. No queda otra que 'resetear' y afrontar el encuentro de Murcia como si fuera una final.
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