Billete para Granada y derecho a soñar

Juan Carlos Villena

Valencia

Viernes, 28 de enero 2022, 20:29 | Actualizado 23:31h.

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Lo mejor del billete para la Copa del Rey de Granada que selló el Valencia Basket tras una contundente victoria frente al Gran Canaria no fue la clasificación en sí sino que llegó en el momento más dulce de los de Peñarroya esta temporada (siete victorias seguidas) a tres semanas del torneo. Una licencia para soñar con algo grande. Lo merece el vestuario de la Fonteta, que supo sobreponerse de una primera vuelta caótica de lesiones y partidos aplazados para seguir certificando su condición de equipo fiable en la primera vuelta. La historia no se inventa, se consulta.

Desde que el entonces Pamesa apareció en la Copa en 1998, para ganar el título en Valladolid, el equipo se ha clasificado a 23 de los 25 torneos. Un balance de 23-2 que le convierte en medalla de bronce en esa estadística, solo por detrás de Real Madrid y Barça. El Unicaja, rival directo en estas últimas dos décadas y media, se ha perdido siete torneos (no estará en Granada) y el Baskonia dos. Para no subir a tres está en manos del Valencia Basket. Ese es el morbo añadido para el partido de mañana en Tenerife, donde los valencianos buscarán ser cabeza de serie en el sorteo del lunes. Lo harán si ganan.

Cuando Van Rossom anotó el 78-48, la máxima renta, los 3.266 aficionados que acudieron a la Fonteta (mejor entrada que frente al Buducnost) ya se habían desgastado las manos a aplaudir. No era para menos, con los jugadores de su equipo tirándose al suelo o llegando a una ayuda pese a ir ganando toda la segunda parte de más de 20. Ese es listón de Peñarroya, capaz de pedir un tiempo muerto muy cabreado simplemente por un parcial de 0-4 que ponía en 78-52.

En la primera parte, los taronja continuaron con la velocidad de crucero del partido ante el Buducnost para acabar sacando de la pista al Gran Canaria al descanso. Los locales sólo se permitieron una relajación (5-10). Desde entonces, toque de corneta y parcial de 45-20 para dejar el 50-30 al descanso donde el nivel defensivo bloqueó a un equipo que sumó 11 pérdidas y en ataque, con Labeyrie comenzando con un 4 de 4 en triples jugando de tres, se fueron añadiendo piezas para completar un gran despliegue ofensivo. Con un dibujo que, a tres semanas de la Copa, puede ser muy importante hasta el regreso de Claver; con López-Aróstegui y Labeyrie formando por fuera. Mucho músculo, altura y velocidad para competir con cualquier juego exterior nivel Euroliga. El partido salió perfecto para los de Peñarroya, con 111-52 en valoración, descanso para Dimitrijevic que arrastra molestias y buenas sensaciones para sumar jugadores como Van Rossom o López-Aróstegui, con 8 rebotes y 3 robos. «Hemos jugado con el ritmo que queríamos y pasándonos muy bien el balón», resumió Peñarroya. Sobre la Copa que peligró por las lesiones, fue más claro aún: «Hemos tenido carácter y no hemos puesto excusas».