Otra remontada del Valencia Basket que vale media Copa

Juan Carlos Villena

Valencia

Jueves, 23 de diciembre 2021, 19:36 | Actualizado 23:11h.

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El Valencia Basket supo salir este jueves de un gran problema. Una trampa que le hubiera complicado la Copa del Rey. No es que la victoria le dé el pasaporte a Granada pero afrontar las tres últimas jornadas (Tenerife, Gran Canaria y Unicaja) con un balance de 8-6 no es lo mismo que con un 7-7 y más teniendo en cuenta la complicada situación con la que llega la Liga Endesa a Navidad. Hay tres equipos con un brote de coronavirus y la fecha límite para que cuenten los partidos para la Copa es el 9 de enero. Si alguno se queda fuera, primará el porcentaje antes de las victorias. El brote del Tenerife tras su viaje a Sassari deja en el aire el encuentro del 29 de diciembre contra el Valencia Basket.

Peñarroya, que regresó tras dar negativo (ya no queda ningún positivo en el club), dejó claro tras el partido que era uno de esos de obligado «ganar o ganar». El de Terrassa comenzó con una valoración clara de lo que ha ocurrido en las últimas semanas: «Quiero agradecer al cuerpo técnico por el marrón que les dejé. Va por ellos la victoria y sobre todo por Juan Maroto, que ha tenido que vivir una experiencia complicada. Lo que llevo mal es que desde las ventanas FIBA hemos entrenado cinco veces en 31 días. Lo normal es que te pasen cosas como las de los dos últimos partidos. Deberíamos haber estado mejor, los jugadores eran conscientes pero el equipo ha sabido reaccionar».

Esa fue la clave, reaccionar. Lo que no ocurrió ni contra el Breogán (por mucho que los 47 puntos del último cuarto fueran récord de la ACB) ni frente al Cedevita. Este jueves sí. Cuando el Obradoiro puso el 32-43 al inicio del tercer cuarto el parcial en los siguientes 14 minutos fue 51-18 (83-61). Directo al mentón, con Dubljevic como símbolo del levantamiento, y tumbando al rival. Una reacción de las que suma, basada en la defensa y en concentración máxima. Dureza.

Lo más preocupante para los valencianos al descanso es que había vuelto a repetir alguno de los errores de los partidos que tuvo que sufrir confinado Peñarroya. Es cierto que con menos caudal ofensivo del rival (32-38) pero la manija del juego fue durante los dos primeros cuartos del conjunto gallego ante un equipo con muchas dudas en ataque (de nuevo abusando con algunos triples lanzados dentro del 2 de 11), con tramos de desconexión defensivos muy evidentes y con un mal arranque de partido. Otro más. Eso sí que es preocupante. El 8-17 inicial obligó a Peñarroya a pedir su primer tiempo muerto. Al regreso, su equipo perdió un balón y el Obradoiro puso la máxima renta (8-19). Aunque la ventaja se recortó al final del primer cuarto (18-24) eran de nuevo muchos puntos encajados.

En el segundo cuarto, el equipo gallego volvió a subir los once de renta (20-31). La entrada de Rivero, al menos, sirvió para subir la intensidad en la pintura taronja. Con los puntos del cubano, del López-Aróstegui y los minutos defensivos más consistentes del Valencia Basket en la primera parte lograron que, con un parcial en el cuarto de 14-14, el partido se marchara abierto al descanso. La cara de Peñarroya, eso sí, era de preocupación. Seguía siendo la misma en el arranque del tercer cuarto pero cuando su equipo levantó el ánimo demostró tener arsenal para tumbar al Obradoiro. Una reacción que vale medio billete de Copa.