La tercera final taronja de la ACB pasa por Madrid

El sueño de la segunda ACB del Valencia Basket sigue vivo. Kalinic, el corazón taronja, es el estandarte junto al capitán Dubljevic de un deseo transformado en presión que el club quiso trasladar tras la eliminación de la Euroliga. Mientras haya un balón botando en el parquet, convienen no matar antes de tiempo a los taronja. Esa fue la enseñanza de 2017. De momento, el camino es parecido puesto que si el equipo ahora entrenado por Ponsarnau quiere acceder a su tercera final de la Liga Endesa tendrá que eliminar, tras hacerlo ayer con el Baskonia, a otro equipo de Euroliga. Sin tiempo para descansar, el Real Madrid, sin Laprovittola por lesión, espera mañana para arrancar la serie en un WiZink Center también con 1.000 espectadores. El duelo más reciente fue la victoria de los taronja el pasado 9 de mayo por 69-79. Fue la primera en competición nacional de los valencianos sobre los blancos... desde la final liguera de 2017. Licencia para soñar.

El Valencia Basket fichó a Nikola Kalinic para noches así. Todo el mundo sabe que va a ser casi imposible retener al serbio sin la Euroliga pero si eso no ocurre quiere despedirse con un título de Liga Endesa bajo el brazo. Kalinic aguantó de forma heroica con cuatro faltas, y sin bajar la intensidad, casi todo el último cuarto. Se la jugó para liderar a su equipo. De forma numérica (18 puntos, 7 rebotes, 3 robos y 29 de valoración) y en intensidad sobre la pista. Se puso el disfraz de Nikola Tesla, encendiendo todas las bombillas no sólo de la Fonteta sino de toda Valencia. En un final de infarto, con el Baskonia bajando la renta local a dos con un triple de Polonara (75-73) el marcador ya no se movió (tras dos fallos en el triple de Kalinic y Giedraitis) hasta que el balón le llegó de nuevo al serbio. A medio minuto para el final. Nikola no se lo pensó y cortó hacia el aro del Baskonia como si no hubiera un mañana. Anotó. 77-73. Restaba una defensa. Llegó en forma de rebote tras triple fallado de Henry. ¿De quién? De Kalinic. El serbio selló el triunfo desde el tiro libre con la Fonteta gritando ¡MVP, MVP!. Eran 1.000 pero sonaban como 9.000. Ahora, el sueño de ese MVP es guiar al Valencia Basket a la tercera final de la historia del club en la ACB. El primer paso, llegará mañana en Madrid.

Quien no pudo presenciar el partido fue Vicente Solá, tras sufrir un accidente de tráfico. El presidente, estable, pasó la noche en el hospital. A buen seguro que hasta allí le llegaron las noticias de la seria primera parte que realizó su equipo. Tras la mala imagen ofrecida en Vitoria, cuidar el balón era una de las claves para poder llevarse la serie. De perder nueve balones en el primer cuarto, como ocurrió el miércoles en el Buesa Arena, los taronja pasaron a seis en la primera parte. Con el ataque más compacto, y moviendo el balón que es donde más cómodo se sienten los de Ponsarnau, llegó la máxima renta (43-31) tras un triple de Kalinic. La buena intensidad defensiva, toda la energía que no se vio en Vitoria, llevó a que esas pérdidas llegaran para el rival, que se fue con nueve al descanso. En el tercer cuarto, los taronja estabilizaron una renta entre nueve y once puntos que Peters bajó al 59-53. Restaba el sufrimiento final para tumbar al Baskonia. ¿Queremos más? Fue la pregunta de Ponsarnau en el vestuario... retumbó el SÍ.