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La Fonteta recibe esta tarde al Delteco GBC, en el choque correspondiente a la duodécima jornada de Liga Endesa, a las 18:00 horas.
Tres últimos partidos, tres derrotas. La mala racha del Valencia Basket debe terminar hoy, en el templo taronja, con Bojan Dubljevic y Alberto Abalde de vuelta, el equipo más fuerte y con una rotación más holgada.
Así, Txus Vidorreta dispone de: Van Rossom, San Emeterio, Erick Green, Doornekamp, Pleiss, Thomas, Puerto, Abalde, Damjan Rudez, Dubljevic, Vives, Rafa Martínez y Hlinason.
El técnico del Delteco, Porfirio Fisac, contará con: Daniel Pérez, Van Lacke, Swing, Fakuade, Norel, Agbelese, Chery, Oroz, Salvó, Pardina y Clark.
Sigue el partido en directo en lasprovincias.es.
Lo único bueno del asfixiante calendario del baloncesto europeo para los equipos que disputan el nuevo formato de la Euroliga es que no hay resquicio para lamerse las heridas. El Valencia Basket afronta, menos de 48 horas después de caer ante el Estrella Roja en lo que fue su octava derrota consecutiva en la Copa de Europa, un partido más importante de lo que parece frente al Delteco GBC. Primero, para quitarse el regusto amargo de las tres caídas de la última semana (las dos de Euroliga y la del Estudiantes en Madrid) y segundo para mantener el rumbo firme en la ACB, el sendero que marcará el camino del proyecto de Txus Vidorreta en la Fonteta. Un punto de partida puesto que, como es obvio, será incompatible una inmaculada Liga Endesa con no parar cuanto antes la espiral de derrotas en la Euroliga. Para eso último, las dos fechas que le quedan en 2017 a la Fonteta (Zalgiris y Panathinaikos) adquieren tintes dramáticos.
La hemeroteca taronja es tan importante en un momento de dudas y nervios como la certeza de que la entidad de Juan Roig ha mutado del 'gatillo fácil', hace una década es posible que Vidorreta hubiera sido despedido el viernes por la noche, a otro en el que se analizan con mayor profundidad las situaciones. Ocurre desde hace muchas temporadas donde, curiosamente, han llegado los títulos. «La ACB es la que nos da de comer». La frase la ha escuchado Vidorreta en los despachos de la cúpula del mismo modo que lo hicieron en su momento Perasovic o Pedro Martínez.
Los batacazos europeos que provocaron cartas de despido en los últimos años tenían su correspondencia en la actual Liga Endesa. Cuando Perasovic fue fulminado tras caer contra el Ploiesti en la Eurocup, en enero de 2015, el Valencia Basket era sexto en la Liga con un balance de 9-7. Con Hussein, el ejemplo más manido en las redes sociales, el entonces Power Electronics de Euroliga era decimocuarto de la ACB cuando el técnico canario fue fulminado tras perder contra el Armani en la Fonteta. Su balance de 1-5 era el mismo que el del Meridiano Alicante, que ocupaba plaza de descenso. El Valencia Basket de Vidorreta afronta hoy la visita del GBC en la tercera plaza y con un balance de 8-3, empatado con el segundo, el Barça que recibe esta mañana al Gran Canaria, y con el título de la Supercopa en el bolsillo. Ese balance de 10-3 en España sigue siendo el mejor aval del proyecto del técnico vasco. El argumento que le da vida para intentar cambiar el rumbo en la Euroliga.
Si algo quedó demostrado ante el Estrella Roja es que el Valencia Basket sigue frágil de mente, el 0-17 en el último cuarto así lo atestigua, pero que a la vez el núcleo duro del equipo, el que tiene que levantar de la lona a los taronja tras un nuevo golpe, no está desenchufado. A ese parcial de los serbios el conjunto valenciano logró ponerse de nuevo por delante con un triple de San Emeterio. En Tel Aviv, Green tuvo el triple de la prórroga. Un equipo muerto baja los brazos.
El gran peligro del Delteco GBC es su fortaleza interior. El conjunto vasco es el mejor equipo de la ACB en el rebote, tanto en el global, el de ataque y el defensa, y cuenta con el mejor jugador en esa faceta, Henk Norel. El ex del Joventut y el Zaragoza está promediando los mejores números de su carrera y lidera la clasificación del MVP, con 22,6 de media. Su duelo con Pleiss, que ha promediado 15,3 puntos, 10,7 rebotes y 22,7 de valoración en ausencia de Dubljevic promete ser espectacular. La vuelta del montenegrino y de Abalde, que fue uno de los jugadores más destacados el viernes, permitirá oxigenar la rotación de Vidorreta, donde Rudez ha desaparecido.
El viernes por la noche, tras perder frente al Estrella Roja en la Euroliga, el Valencia Basket reservó una visita con su psicólogo particular. Menos de 48 horas después del octavo golpe consecutivo en la Copa de Europa, que dejó la moral de la afición taronja muy dañada, el equipo se volvía a ver las caras con su gente. Como en toda terapia de pareja que se precie, el inicio fue de desconfianza. De recelo. Eso se notaba en el ambiente del diván de la Fonteta. Tanto fue así, tanto daño ha sufrido la moral de la tropa, que cuando el Delteco GBC bajó la renta de dieciocho que tenía el Valencia Basket en el tercer cuarto a diez, con un parcial de 0-8 que puso el 51-41, el tiempo muerto pedido por Vidorreta mutó en otro escenario de nervios, con aspavientos en la grada y caras serias en el banquillo. Algo lógico, puesto que las heridas de los colapsos reincidentes están aún muy frescas. Pero los taronja no estaban dispuestos a volver a casa con otro disgusto y fulminaron el sueño del GBC desde la defensa, lo que no ocurrió en las remontadas pretéritas, para acabar dando a su afición una tarde de fiesta en el pabellón de Hermanos Maristas, puesto que el partido acabó con la máxima renta.
El paso al frente de Rafa Martínez, MVP compartido de la jornada con Todorovic, merece un análisis propio. El capitán apareció en el momento justo. Nadie mejor que él conoce en ese vestuario los procesos internos de la toma de decisiones en el club. Atajar esos nervios iniciales que llevan al vértigo en el palco era fundamental. Perder ante el GBC hubiera supuesto una ‘mascletà’ en la Fonteta y el dueño del brazalete no estaba dispuesto a pasar por ese trago. Sus 24 puntos, con 6 de 7 en triples los últimos celebrados con el puño en alto, fueron el símbolo del diván y de un encuentro donde se minimizaron las fisuras, algo que estaban buscando en las últimas semanas, y que llegó en el mejor momento, para acabar con una racha de tres derrotas consecutivas y para dejar al Valencia Basket segundo en la ACB.
La defensa mostrada ante el Delteco GBC debe ser el brote verde para crecer en la Euroliga. Los 64 puntos del rival es el menor registro encajado por los taronja esta temporada en la ACB. De ese trabajo forzaron 21 pérdidas del equipo vasco, que acabaron en 37 puntos en el casillero local. La mayor fluidez en el juego se plasmó en las 23 asistencias, 8 de ellas de Van Rossom.
Valencia Basket
Vives (6), Green (4), San Emeterio (13), Thomas (9), Pleiss (5) -cinco titular- Vives (6), Rafa Martínez (24), Abalde (5), Van Rossom (2), Dubljevic (12) y Hlinason (-)
86
-
64
Delteco GBC
Pérez (12), Van Lacke (7), Swing (8), Clark (12), Norel (7) -cinco titular- Agbelese (2), Chery (4), Oroz (-), Salvó (5) y Fakuade (7)
ÁRBITROS: Pera, Araña y Zamorano. Eliminaron por faltas personales al visitante Swing (m.36)
INCIDENCIAS: partido correspondiente a la duodécima jornada de la fase regular de Liga Endesa disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 7.400 espectadores
El conjunto taronja tardó en arrancar, en el ambiente aún flotaba el regusto amargo con sabor a Estrella Roja, pero desde el 10-15 realizó unos últimos trece minutos de primera parte muy serios. Sin alardes, pero manteniendo la concentración. El dato que certifica ese axioma es que, en la primera parte, el Valencia Basket le ganó la lucha por el rebote al Delteco GBC, el mejor de la ACB en este aspecto, por 15-9. Lo más destacado del parcial de 28-11 que llevó al marcador a la máxima renta local (38-26 tras triple de Abalde) es que no llegó con un impulso, con un arreón de un par de minutos, sino que fue un goteo para ir subiendo poco a poco, ataque a ataque, esa máxima renta. Con el soplo de aire fresco que le han dado Dubljevic y Abalde a la rotación de Vidorreta, las piernas de San Emeterio y Pleiss lo agradecen, el Valencia Basket se marchó al descanso con una renta solvente (41-30)... pero no definitiva. Si algo se ha aprendido en la Fonteta, a base de remontadas y colapsos, es que nunca se puede dar un partido por ganado hasta que suene la bocina.
Para evitar ese momento de susto, Doornekamp comenzó el tercer cuarto anotando un triple (44-30). En el ‘scouting’ del partido la plantilla tenía la orden de aprovechar la ventaja del rival que más triples concede a su oponente en la ACB. El buen acierto desde más allá del arco (15 de 35) fue otra de las claves. Cuando el GBC bajó la renta valenciana a diez, San Emeterio contestó primero y Rafa Martínez cerró la posible hemorragia (56-48). Fue el último momento de dudas en el diván. El 30-16 del último cuarto disipó todas las dudas y los nervios. Ahora toca hacerlo en la Euroliga.
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