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Dubljevic impone su ley
UCAM MURCIA - VALENCIA BASKET ·
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UCAM MURCIA - VALENCIA BASKET ·
Los de Ponsarnau blindan la quinta plaza y meten presión al Baskonia en la cuarta gracias a un sobrio partido donde supieron maniatar al UCAMValencia tiene corazón. La famosa frase de Bojan Dubljevic sirve tanto para animar al equipo femenino que busca ante el Avenida un histórico doblete como para autoconvencerse del sueño de ir a por la ACB. El montenegrino, que ya fue tachado de loco cuando en una entrevista a este periódico antes de iniciarse la Liga 16-17 declaró que el objetivo era ganarla, es de los que más se ha motivado con el discurso de sus jefes de que, tras la decepción de la Euroliga, hay que intentar el asalto de la Liga Endesa. El capitán lideró ayer una contundente victoria en Murcia, la cuarta seguida en la ACB, que deja a los taronja con la quinta plaza sujeta y atentos a cualquier resbalón del Baskonia para hincar el diente a la cuarta. Dubljevic, con 26 puntos y 24 de valoración, fue clave en el Palacio.
El equipo de Ponsarnau se llevó el triunfo por perseverar hasta encontrar la rendija ganadora. En el 14-9 inicial, los interiores valencianos sumaban un 1 de 7 en triples. El objetivo de abrir la defensa interior del UCAM Murcia no había salido bien... pero no cambió el plan de partido. Un ajuste, muy acertado, colocó a Sastre en el tres por Kalinic en el segundo cuarto. Los murcianos no supieron leer las variantes que eso ofrecía a los valencianos. Cuando quisieron darse cuenta, el Valencia Basket mandaba 28-44 al descanso tras un parcial de 14-35 en los últimos doce minutos de la primera parte. La segunda unidad visitante (Prepelic, Hermannsson, Sastre, Labeyrie y Dubljevic) sumaban por entonces +77 en el +/- en pista.
Los de Sito Alonso apelaron a su identidad en el arranque del tercer cuarto; agresividad, ataques rápidos y muchas manos. Tras un 10-0 (38-44) Ponsarnau no lo paró. Decidió variar el rumbo con cambios (Dubljevic y Labeyrie por Tobey y Williams). La cosa se fue a un 14-2 (44-46). Tampoco lo paró. Si tiene que morir, está claro que lo hará con su forma de ver el baloncesto. Sus jugadores captaron el mensaje y reaccionaron, con un 0-8 (44-54) que calmó el ambiente hasta el 53-64 al inicio del último cuarto. Sólo restaba el carrusel anotador de Dubljevic para sentenciar.
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