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Desde 1999, sólo hay una cosa que se ha mantenido inalterable en cada edición de la Copa del Rey de baloncesto. En algún lugar de la grada, con una camiseta del Valencia Basket y una gorra a la que sólo le daba la vuelta si las cosas le iban mal al conjunto taronja a dos minutos del final, estaba Javier Pérez Palomo. El histórico seguidor taronja ha fallecido a los 57 años. Referente en la grada de la Fonteta, la ACB premió su fidelidad en 2018 cuando cumplió 20 Copas del Rey consecutivas en la edición de Las Palmas. Algo que tiene un mérito ponderable puesto que su equipo no ha estado en todas ellas. En 2007 salvó su antigüedad un día antes de comenzar el torneo en Málaga, con la ayuda de un amigo que le consiguió una habitación en Torremolinos sobre la bocina. Si hay otra cosa que definía a Javier, que supo contagiar la pasión por el baloncesto a su esposa Julia y a sus hijos Charly y Sara, es que tenía amigos en todas partes. Algo sencillo cuando eres una muy buena persona. Aunque nos tenga que hacer reflexionar, es una virtud en la sociedad actual.
Entre las múltiples muestras de dolor que ha dejado el fallecimiento de Pérez Palomo, el de Pedro Martínez lo resume todo: «Si tuviera que poner un ejemplo de gran aficionado y fidelidad a unos colores lo pondría a él». El entrenador que llevó al Valencia Basket a su primer título de la ACB era una de las debilidades de Javier, que siempre ponderó el buen juego cada vez que se sentaba en una grada ya fuera para ver un partido de Euroliga, EBA, Primera Nacional o categorías inferiores. Su amor por la Copa del Rey se inició en 1999. Curiosamente, en la siguiente edición del título del Pamesa. Miki Vukovic tuvo mucho que ver. Por aquel entonces era gerente del restaurante del Real Club Náutico de Valencia, donde los jugadores y técnicos del club de la Fonteta eran clientes habituales. Ahí se forjó una amistad entre un enamorado del baloncesto, nacido en Perú en 1965 de padre riojano y madre catalana, y los integrantes de una familia (así era aquel Pamesa de finales de los 90). En su última cita copera, la disputada en Granada, ya hacía planes para una edición muy especial donde hubiera cumplido 25 torneos consecutivos. En Badalona 2023 faltará Javier, 'el oso', con su gorra, su barba y su predisposición a convivir con el resto de aficiones. Su recuerdo en el mundo del basket será inmortal.
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