Compremos el discurso de Pedro Martínez, puesto que además es muy acertado, de que lo más importante en el deporte profesional no es ganar o perder. Más que nada, porque siempre hay un rival enfrente que busca lo mismo. Si se acaba ganando, la forma ... en la que llega la victoria sí que es importante para el crecimiento de un equipo. La que encontró el Valencia Basket para tumbar al Real Madrid es de las que encienden a una grada. El conjunto blanco, a menos de cuatro minutos dominaban 71-79, con un Campazzo que era el dominador completo de la situación. Ahí surgió la rabia taronja, para decir aquello de 'en mi casa, no'. Cinco puntos seguidos, cerrados con un triple de Ojeleye (76-79) encendieron la mecha de la Fonteta, que por fin se llenó esta temporada, para volver a sentir esa electricidad de las grandes remontadas en la historia taronja. La magia volvió a suceder. El Real Madrid aún volvió a ponerse por delante (82-84) pero a Costello, que había machacado con rabia poco antes el aro blanco recibiendo una falta que no se pitó, tenía una última cara. Truco o trato. Un triple del americano hizo explotar a la Fonteta (85-84). Restaban 28 segundos. Es decir, un teórico último tiro para los taronja. No llegó y no hizo falta. Una gran defensa obligó a lanzar a Campazzo un triple agobiado, Deck cargó el rebote y falló un tiro de esos de gran porcentaje... y el liderato, en solitario, se quedó en Valencia. Con un 10-2 de balance para celebrar la Navidad y un triunfo de ventaja sobre los blancos y el Unicaja. Todo ello ante una Fonteta que vendió todas las entradas disponibles para el partido y que si no se llenó, la cifra oficial de asistencia fue de 7.914 espectadores, fue porque una pequeña horquilla de abonados no utilizó su pase para el encuentro.
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El gran valor de la victoria fue que el Valencia Basket necesitó otras armas en su libro de estilo para ganar. Ante el Real Madrid no bastaron los triples (11 de 30) ni los rebotes ofensivos (14 de los 38 que volaron sobre al aro blanco). En la primera parte, los taronja bordaron su mejor tarjeta defensiva de la temporada y en el peor momento de la segunda parte, encontraron vías de anotación en penetraciones o transiciones que acabaron desquiciando a la defensa blanca. Así lo quiso destacar Pedro Martínez: «Lo que me gusta, como el otro día que perdimos, es que los jugadores se adapten a cosas que no son naturales para nuestro estilo. Eso es lo más positivo, en la primera parte me ha gustado que en todos los cambios todos los jugadores se han metido rápido. En un ambiente tan fantástico como el que ha tenido la Fonteta todo el mundo quiere jugar y hace que salgas a tope. Gente como López-Arostegui, que viene de salir de una lesión, ha cambiado el partido con su nivel defensivo. El basket es sobreponerse a los malos momentos en los partidos, como nos ha ocurrido en el tercer cuarto. Hemos demostrado una cosa positiva que es que podemos competir contra el Real Madrid. Puedes ganar o perder pero competir a este nivel es una gran noticia. Cuando parecía que el partido estaba perdido hemos superado una adversidad grande».
Criterio laxo de faltas
Aunque el 17-9 del primer cuarto, extraño con un Real Madrid en un 4 de 22 en tiros de campo, puso ya patas arriba la Fonteta por el nivel defensivo de su equipo, el laxo criterio en las faltas de la tripleta arbitral (dejaron sin castigo contactos muy claros en ambos bandos) puso las orejas de punta a los más veteranos. Los que saben que, a la larga, ese criterio favorece al equipo que está más acostumbrado a ganar partidos desde el físico. Ese temor fue aún mayor al descanso, pese a que el marcador reflejaba un 40-30. En la primera parte, entre los dos equipos acumularon 10 faltas. Pitadas... no efectuadas.
Todo ello se trasladó al tercer cuarto. Cambió el criterio, como cuando el viento rola, y ahí emergió la fortaleza de un imponente Real Madrid. Desde la máxima renta taronja, 40-28 en la recta final del segundo cuarto, el parcial hasta el arranque del cuarto de 16-34 (56-62). Lo cerró Badio con un triple (59-62) y desde ahí el equipo taronja supo sufrir para llevarse un triunfo de defensa de liderato.
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Valencia Basket: Jones (16), Montero (4), Ojeleye (10), Pradilla (5) y Costello (11), cinco inicial, Badio (9), Puerto (-), López-Arostegui (6), Jovic (9), Brimah (6) y Sestina (9).
Real Madrid: Feliz (-), Musa (11), Deck (19), Ndiaye (-) y Tavares (10), cinco inicial, Campazzo (11), Abalde (2), Rathan-Mayes (5), González (2), Hezonja (20), Garuba (4) e Ibaka (-).
Parciales: 17-9, 23-21 (40-30), 16-29 (56-59) y 29-25 (85-84).
Árbitros: Óscar Perea, Rafael Serrano y Andrés Fernández.
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