JUAN CARLOS VILLENA
Domingo, 14 de abril 2019, 23:53
valencia. El largo camino de la Eurocup para el Valencia Basket tiene una última parada en la Fonteta. Ese es el premio que cincelaron los jugadores de Jaume Ponsarnau mientras iban encadenando una victoria tras otra, la cuenta se cerro en quince seguidas, y convertirse en el mejor equipo de la competición tras el Top 16. El premio entonces era tener la última bala en la recámara en casa, ante su gente. Es cierto que no es sinónimo de gloria, como dejó labrado a fuego de cada tabla de madera de Hermanos Maristas el Unicaja en 2017, pero también lo es, como recordó un veterano como San Emeterio, que las desgracias no tienen que repetirse por sistema. El Valencia Basket tiene una nueva opción de alcanzar el cielo delante de su afición, como lo hiciera en la ULEB Cup de 2003 o en la Liga Endesa de 2017. Si el final del cuento es con lágrimas de alegría todo el mundo prefiere celebrar un título en casa propia y no en morada ajena.
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Para que el conjunto taronja levante esta noche su cuarto título continental, y vuelva a poner su nombre entre los equipos inscritos para la próxima Euroliga, el partido tiene que parecerse más a lo ocurrido el martes en la Fonteta y no el viernes en el Mercedes-Benz Arena. El Alba empató la serie al aprovechar su caudal en el rebote ofensivo y las pérdidas del rival. Pese a todo, los valencianos tuvieron en su mano la victoria en el tiempo reglamentario, demostrando que siguen siendo favoritos a poco que puedan imponer sobre la pista su estilo de juego.
La gran novedad del partido decisivo puede ser Guillem Vives. El catalán volvió ayer a los entrenamientos tras superar su desgarro muscular y si en la última sesión de tiro ofrece buenas sensaciones podría entrar entre los doce elegidos. Si obtiene el alta deportiva, Ponsarnau tendrá que hacer dos descartes técnicos. Uno de ellos será Sergi García, que ayer no participó del último entrenamiento puesto que el entrenador prefirió utilizar trece jugadores con la entrada de Vives a la dinámica de grupo.
El Valencia Basket es consciente de que la experiencia va a ser un grado en el decisivo duelo de esta noche. En Berlín, donde el ambiente fue terrible para los taronja, claudicaron los de Ponsarnau en la prórroga y hoy cuenta con el factor cancha (pleno de victorias en casa en esta Eurocup) para conquistar el título. «Ellos tendrán un poco menos de presión que nosotros porque jugamos en casa pero tenemos bastante gente experta así que tenemos que mantener la tranquilidad, jugar a lo que tenemos que jugar y gestionar los momentos difíciles con la afición», manifestó ayer Sam Van Rossom, uno de los líderes del vestuario y el mejor hombre del Valencia Basket en el encuentro del Mercedes Benz Arena. El jugador belga señaló que los dos aspectos que más deben cuidar son «el rebote y controlar las pérdidas» y dijo que lo que más le preocupa del Alba Berlín es que «entran en racha y empiezan a correr, esto es lo que tenemos que controlar, hay que limitar su juego de transición como hemos hecho en el primer partido y también algo en el segundo».
Rafa Martínez tratará de convertirse hoy en el primer jugador de la historia de la Eurocup en conseguir tres títulos, después de los conquistados en 2010 y 2014. Buscan meterse en el grupo de jugadores con dos títulos en la competición el base Sam Van Rossom y el pívot Bojan Dubljevic, que fueron campeones con el capitán taronja en Kazan hace cinco años. Es la primera opción de llevárselo para Sergi García, Alberto Abalde, Louis Labeyrie, Mike Tobey, Matt Thomas, Aaron Doornekamp y tratarán de quitarse la espina de la final de 2017 Antoine Diot, Will Thomas, Guillem Vives. San Emeterio y Joan Sastre. También Jaume Ponsarnau que formaba parte del cuerpo técnico de Pedro Martínez hace dos años y que lucha por conseguir su primer gran título como entrenador principal, precisamente en la competición en la que consiguió remontar el vuelo esta temporada tras la derrota en Tenerife que estuvo a punto de poner fin a su trayectoria al frente del conjunto taronja. Conviene no olvidar de donde se viene para darle más lustre a lo que se puede conseguir.
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Con el apoyo de una afición entregada, que en diez minutos acabó con las entradas disponibles para el envite, el Valencia Basket tratará de conquistar su cuarto título en ocho finales europeas. Un logro que, además, lograría subir al 50% las finales ganadas en competición continental, tras un inicio lastrado por las finales perdidas. Como sucediera en el primer partido de la final, habrá recibimiento de la afición a los jugadores del Valencia Basket que pocos minutos después deberán hacer frente a Sikma, Hermansson, Giedraitis, Clifford, Siva, Wagner y compañía para ganar el título. La Fonteta quiere vivir una noche mágica, un momento de gloria que abra de par en par la puerta de la Euroliga.
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