Hermannsson cumple su promesa con el Valencia Basket

«Voy a volver a ponerme la camiseta del Valencia Basket». La aseveración, de Martin Hermannsson, es del pasado 1 de junio de 2022, dos días después de su grave lesión en la rodilla izquierda durante el tercer partido del playoff de cuartos de la ACB contra el Baskonia y cinco días antes de su operación en la clínica IMSKE a manos del doctor Ignacio Muñoz, jefe de los servicios médicos de la entidad taronja. En ese contexto, es islandés no tenía contrato con la entidad a partir del 1 de julio, lo que da mucho más valor a la fotografía ocho meses después. Hermannsson ya tiene el alta médica y está cerca de cumplir la deportiva. El base ya entrena con el equipo y todo apunta a que entrará en la lista contra el Lenovo Tenerife. La lesión de Alexander obliga a tener a Rivero y Webb III activos en la ACB, lo que cierra la puerta a Harper. Para tener a doce jugadores este domingo, Mumbrú tendrá que escoger entre Hermannsson y Lucas Marí.

Para dar profundidad al análisis del regreso de Hermannsson hay que volver al mes de junio. El jugador planteó al club la opción de bajarse el sueldo porque su deseo era seguir ligado a la entidad. Desde ese paso al frente, se negoció el actual contrato que une a las dos partes hasta junio de 2024. A efectos prácticos, fue firmar dos años con el sueldo de uno, teniendo en cuenta que la primera temporada existía el riesgo de que el jugador se la perdiera entera. No va a ser así gracias a la determinación del jugador. Con Van Rossom también haciendo ya ejercicios de campo, en unas semanas el Valencia Basket puede encontrarse, por primera vez en su historia, con siete bases con contrato en vigor (sumando a Harper, Jones, Evans y los cedidos Dimitrijevic y Ferrando).

La motivación durante estos ocho meses de trabajo lejos de los focos ha sido para Hermannsson el deseo de su familia de hacer de Valencia su hogar. No hay que olvidar que el fichaje del islandés, que estaba en el radar de varios grandes de Euroliga tras su explosión en el Alba Berlín, partió de la base del sueño del jugador por vestir la camiseta taronja. Un deseo desde que pisó la Fonteta con 12 años, donde jugaba por entonces Jon Steffanson. Ese día, nació su promesa como expresó a su tío: «Le dije que quería jugar alguna vez en Valencia y que tenía claro que quería llegar lo más lejos posible en el mundo del baloncesto». En el verano de 2020 logró cumplir ese deseo, firmando su primer contrato con la entidad de la Fonteta.

El islandés no llega a tiempo de ayudar en el trascendental partido de este viernes en Vitoria, donde el Valencia Basket se mide a un rival directo por el Top 8 de la Euroliga, y Mumbrú ponderó lo que puede dar el islandés a corto plazo y cómo ha vivido su trabajo durante estos meses: «Ha llevado un proceso de recuperación muy controlado por la parte médica y ha empezado a entrenar hace poco con el equipo. Me sorprendió que tiene más ritmo de lo que pensaba. Es un jugador inteligente, está bien de ritmo y sin miedo con su rodilla. Le falta el necesario para afrontar un partido pero en este mes de marzo vamos a tener pocos entrenamientos teniendo once partidos. Es un gran jugador que nos va a aportar tranquilidad en ataque, clarividencia, tiro, saber estar. Controla al equipo conoce la ACB». Más allá de eso, el técnico taronja ponderó las ganas con las que ha regresado Hermannsson al trabajo del día a día «porque para un jugador siempre es muy duro cuando te lesionas de gravedad. Cuando vuelves siempre tienes quince días o un mes donde está sobreexcitado porque has estado casi un año de baja y luego vuelve la tranquilidad. Ahora él está en ese momento en el que tiene una ilusión y ganas extremas».