Una lección de orgullo taronja antológica

Si la épica merece recordarse, Pradilla y Jovic merecen todos los focos. Se marcaron, de largo, su mejor partido en el Valencia Basket. Por el momento y las circunstancias. El aragonés por saber leer el juego como nadie en la pintura, en ataque y en defensa, y el serbio por echarse el equipo a las espaldas con Jones tocado. Sus nueve asistencias son el símbolo de la insurrección.

Ahora que no se ha terminado la temporada, conviene revidar un dato. En temporadas de Euroliga, el playoff para los valencianos se compica. Hay estadísticas que no nacen de la casualidad y el desgaste que supone maridar dos competiciones que suman 68 partidos de Liga Regular es demoledor. En dos de las tres temporadas donde los taronja han disputado el nuevo formato de Euroliga, falta por ver lo que pasará este año, han caído en la primera ronda del playoff de la ACB. En 2023, con un 2-0 frente al Barça, y en 2018, un 1-2 contra el Gran Canaria. Sólo en 2021, con Ponsarnau en el banquillo, pasaron la primera ronda (2-1 ante el Baskonia) para caer en semifinales frente al Real Madrid. Quitando la temporada de la pandemia, donde la Euroliga no se terminó y la ACB se decidió en una Fase Extraordinaria, lo mismo le ocurrió al club en las apariciones en la máxima competición continental en 2011 (un 0-2 frente al Bilbao Basket con Pesic) y 2004 (el 2-3 frente al Unicaja con la famosa zona de Scariolo). Un auténtico drama.

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Tras una derrota dura -y lo más importante una apretada interna fuerte- la reacción siempre marca a un vestuario. En momentos finales de la temporada, incluso, la diferencia del que debe seguir y el que no. Afortunadamente, no hubo debate con nadie porque la puesta en escena de los valencianos fue perfecta. En defensa, alternando individual con una zona con ajustes, y en ataque. Sito Alonso volvió a colocar la zona 2-3 que destrozó el primer partido y los de Albert contestaron con ocho puntos en la pintura (seis con tres mates) demostrando que una alternativa zonal no sólo se hace saltar por los aires con triples, sino con cortes de jugadores que saben leer el juego como Pradilla. El único 'pero' del primer cuarto de los visitantes es que la diferencia en la valoración (10-32) no quedó reflejada en el marcador, que es lo que cuenta (14-23).

El UCAM Murcia, con Radovic haciendo daño, apretó en el arranque del segundo cuarto (23-27) pero ahí apareció la figura de Stefan Jovic. El base de Nis siempre encontró la mejor opción, repartió cinco asistencias en la primera parte, y aprovechó la defensa flotante sobre su tiro para marcarse dos triples de pura personalidad (25-36) pero el conjunto murciano dio un pequeño estirón para rebajar la renta a siete al descanso (36-43) y dejar el partido abierto. La clave llegó con la remontada murciana (47-45). Albert fue sancionado con técnica, su equipo reaccionó con un 3-10 (50-55) y desde ahí se amasó una renta que se supo defender, con carácter, para empatar la serie.