Louis Labeyrie, jugador del Valencia Basket, muestra su apoyo a Djokovic

El jugador del Valencia Basket, Louis Labeyrie, ha mostrado a través de su cuenta personal de Twitter un mensaje de apoyo a Novad Djokovic, deportado por el gobierno australiano del país tras suspenderle el visado a raíz de la controversia generada por su entrada en Australia sin estar vacunado, tal y como exige la normativa sanitaria del país, y todo el revuelo generado por la documentación presentada para conseguir una exención por haber pasado la enfermedad en fechas recientes, incluyendo fechas y datos erróneos en sus formularios de inmigración. El francés, que no esconde en esa red social ser crítico contra las restricciones a los no vacunados por la obligación de obtener el Pasaporte Covid para acceder al ocio o la restauración, adjuntó el emoticono de las manos rezando, con la palabra Djokovic, lo que provocó una cascada de reacciones. Algunas de ellas, de seguidores del Valencia Basket, censurando su actitud. Se da la circunstancia de que el francés ha sido uno de los últimos jugadores del equipo en dar positivo por Covid-19, en las pruebas previas al viaje a Alemania con lo que no pudo jugar la última jornada de la Eurocup contra el Ulm.

Lo cierto, repasando el TL de su cuenta de Twitter, es que desde el 29 de noviembre, las últimas ventanas FIBA con las selecciones donde divulgó varios contenidos de sus actuaciones con Francia, su cuenta tiene como contenido exclusivo (ni rastro de baloncesto) sus opiniones, y RT sobre informaciones, que se basan en una crítica constante a la posición de las autoridades francesas de implementar el Pasaporte Covid y, a la vez, de limitar los espacios a las personas no vacunadas.

En ocasiones, Labeyrie no tiene filtro a la hora de criticar opiniones vertidas en programas de televisión o tertulias en Francia. El 16 de diciembre, en un debate sobre si habría que sentarse a una mesa con personas no vacunadas respondió a un defensor del no: «Vacunado o no, no voy a comer en tu casa» y lo remató con un 'enfoiré', un insulto que en español puede traducirse 'cabrón', 'bastardo', 'imbécil' y, en algunos contextos de frases despectivas como un 'hijo de puta'. En otra contestación salida de tono, el 4 de enero, calificó una opinión de Gabriel Attal, Secretario de Estado del Primer Ministro del gobierno de Macron, como: «La definición de un enculé». Esa palabra, 'enculé', también tiene varias definiciones como insulto en español (maldito, cabrón o hijo de puta). En otros mensajes no dudó en calificar esa situación en Francia como «y el totalitarismo se instala» o, el más gráfico, un «7/12/2021. Francia. Fin de la democracia», en referencia a la fecha en el que se aprobaron una batería de restricciones en Francia, como el cierre de discotecas o restricción de horarios de hostelería, para frenar el avance de la quinta ola del coronavirus.

Sus críticas contra decisiones del gobierno francés no se quedan en el coronavirus. El 13 de enero, mostró su acidez contra una iniciativa de la Unión Centrista en el senado en el que defendía la obligatoriedad de llevar casco cuando se circula en bicicleta como medida de protección contra posibles accidentes, con esta explicación: «Usar un casco salva vidas. El propósito de este proyecto de ley es proteger. Hacemos una llamada a una mayor conciencia pero sobre todo a la acción, para concienciar, proteger y salvar». Haciéndose eco de la respuesta a la iniciativa de la cuenta Derecho y Libertad (que el taronja sigue) que escribió «el casco pronto será obligatorio para los ciclistas... pronto serán los peatones quienes lo lleven», Labeyrie escribió lo siguiente sobre el tema: «Y pronto se requerirá que los senadores usen pañales antifugas urinarias. Para luchar contra la orina pequeña, por supuesto».

No es la primera vez que Labeyrie se ha visto envuelto durante la pandemia en polémicas por sus declaraciones o pensamientos sobre la crisis sanitaria. En mayo de 2020, en una entrevista a L'Equipe, preguntado por cómo había vivido el confinamiento en Valencia, respondió lo siguiente: «El encierro, privar al ser humano de su libertad primaria, la de moverse, me sorprendió. Eso y los aplausos a las ocho. Pagas tus impuestos, ya has aplaudido». Esa crítica a los aplausos sanitarios en España no gustó en el Valencia Basket y el jugador tuvo que pedir disculpas cuando se divulgaron sus declaraciones.

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