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El turismo y los eventos deportivos siguen de la mano en Valencia. La ciudad tiene una joya en el running, que sólo entre sus dos carreras estrella (el Maratón y el Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich) generó en 2024 cerca de 54 millones de euros en gasto turístico. Según los informes de impacto económico elaborados por el IVIE y presentados recientemente, la progresión es que estas cifras vayan en aumento en los próximos años. Además, la Generalitat y el Ayuntamiento ya han sellado negro sobre blanco que la Copa del Rey de baloncesto será en el Roig Arena en 2026 y 2027, competición que generará otros más de 100 millones de gasto turístico según un estudio encargado por la ACB, organizadora del evento, a finales de 2024. A esto hay que encargarle otros acontecimientos, como el Campeonato de Europa de atletismo de dentro de dos años en el Luis Puig.
Antonio Martín, presidente de la ACB, habló de una «nueva era en la Copa del Rey», durante el anuncio del acuerdo oficial. El acto se celebró este martes en el Palau de la Generalitat, con presencia de su presidente, Carlos Mazón, así como la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Ese cambio de era al que aludió Martín, de momento, se ha traducido en un canon más elevado, de 3,9 millones de euros por temporada (7,8 sumando las dos ediciones), cuando hasta las últimas ediciones, las de Málaga y Las Palmas, ha ascendido a 1,9. La patronal del baloncesto encarece su producto estrella, pero también está dispuesta a transformarlo con el objetivo de elevar la rentabilidad para todos los actores implicados. Por ello, se quiere que la competición se celebre en instalaciones como el Roig Arena, que pueda acoger a un elevado número de espectadores y, por lo tanto, aumentar los visitantes.
El actual pabellón del Valencia Basket, con sus 8.500 localidades, fue la sede de la Copa de 1999 y 2003. Entonces, la ACB ya anunció que la idea era irse a instalaciones con más aforo. El Martín Carpena de Málaga llega a los 11.300 espectadores para eventos deportivos y el pabellón de Las Palmas puede acoger también a unas 11.000 personas. Estos han sido los escenarios del torneo en 2023 y 2024. El canon que deben abonar las instituciones por acoger el evento se ha ido incrementando, y el de Valencia por dos ediciones ha sido de récord. El argumento es que con más afición en las gradas y, por lo tanto, más visitantes, el retorno económico también se prevé mayor. El Roig Arena va a tener capacidad para 15.500 personas.
El estudio elaborado por Enigmia para la ACB sobre la rentabilidad para la Marca España (presentado tras el verano pasado y, por tanto, antes de la última Copa del Rey), cifraba el gasto turístico en 53,6 millones de euros, y estimaba que el impacto económico se ha elevado un 59,6% para los anfitriones desde 2020: de 47,2 millones hasta los 75,3 en Málaga en 2024. También se han elevado en más del 33% los puestos de trabajo hasta llegar a los 2.312 de hace algo más de un año en la capital de la Costa del Sol, aunque el estudio no especifica cuántos de ellos son temporales.
Con pabellones de algo más de 10.000 espectadores, la horquilla de visitantes ha oscilado entre los 6.000 y 8.000 aficionados, algo que previsiblemente se elevará con los 15.500 de aforo que ofrecerá el Roig Arena. «Si a esta ciudad le añades una instalación como esta, yo creo que estás haciendo la combinación perfecta. Va a ser referente en Europa, entre las de arriba de verdad, y creo que va a cambiar el sino de la Copa del Rey», señaló Antonio Martín. El máximo dirigente de la ACB calificó la decisión de traer dos ediciones seguidas a la ciudad como una «deuda histórica que tenían con Valencia desde que la Fonteta acogió los play-off como evento burbuja de 2020 en pleno Covid».
Al Valencia Basket, el acuerdo le afecta en que ya sabe que está clasificado para la Copa del Rey de 2026, en un torneo que se celebrará entre el 19 y el 22, una semana más tarde de lo habitual aprovechado que el próximo año no hay ventanas FIBA de selecciones a finales de febrero. Para la edición de 2027, el conjunto taronja está en principio también clasificado con dos asteriscos: que siga en la máxima competición nacional (la ACB) y que no se modifique el reglamento de la Copa, algo que no ha sucedido en más de dos décadas. El contrato que asegura dos ediciones seguidas de la Copa en Valencia permitirá que una misma ciudad repita como sede de la final del torneo de forma consecutiva, algo que no ocurría desde que pasó, con Barcelona, en 1945 y 1946
El acuerdo traerá a Valencia a los mejores equipos de la primera vuelta de la Liga ACB durante dos años consecutivos, así como el torneo de promoción de la Minicopa. Esta se celebrará en la Fonteta, con l'Alqueria del Basket como instalación de apoyo para algunos partidos y canchas de entrenamiento para los equipos. Uno de los indicadores de que este acuerdo iba a llevarse a cabo es que la instalación ya estaba bloqueada para febrero de 2026. Precisamente, este torneo de categoría infantil se disputará en dos fases y se ha anunciado que ambas temporadas se celebrará íntegramente en la Comunitat: la fase previa, en el puente de diciembre, tendrá lugar en Alicante. Antonio Martín también deslizó que el Roig Arena acogerá otras «importantes competiciones» que aún se están negociando. Además, la Copa del Rey dejará un retorno en la provincia de Valencia puesto que se ejecutarán acciones para recuperar pistas de baloncesto destruidas por la dana del pasado 29 de octubre, como parte del legado que quiere dejar el evento en tierras valencianas.
«Valencia respira basket, deporte, capacidad de grandes eventos, desde luego desde el punto de vista social, también de recuperación emocional para toda nuestra tierra, de demostrarnos a nosotros mismos que tan pronto como ya somos capaces de atesorar grandes eventos, de brillar con luz propia y nuestra capacidad organizativa», señaló Mazón.
«Tenemos un buque insignia, que es el Valencia Basket, pero también tenemos ahora mismo la mejor instalación, seguro, de Europa para albergar este tipo de competiciones. Hacer esos estrenos como procede, en este caso anunciando las dos siguientes ediciones de la Copa del Rey en el Roig Arena, pues es un lujazo para mí como alcaldesa», indicó María José Catalá.
ores. Durante cuatro días, en cada jornada miles de personas entran y salen del mismo lugar a la misma hora. Un notable número de ellos lo hacen con vehículo propio –lo cual tiene sus efectos secundarios en forma de atascos–, otros a pie, pero también hay muchos que usan el transporte público. Por ello es necesario realizar un estudio sobre los servicios de los que se dispone.
Así se va a hacer con vistas al Campeonato de Europa de atletismo de 2027, con la dificultad añadida de que este evento tiene lugar en Benimàmet. Este mismo análisis se deberá realizar con la Copa del Rey, y ya con un margen de reacción que se reduce a 11 meses. En Málaga, por ejemplo, la gestión del transporte público fue uno de los aspectos a mejorar en el futuro, tanto en lo que se refiere a los autobuses como con el metro.
Valencia es una ciudad con características similares, y va a tener una ocasión de testar dos veces de forma consecutiva si está preparada en esta materia para los grandes eventos deportivos. Lo que sí va a ser una baza a favor es que la actividad relacionada con el baloncesto se va a focalizar, casi en su 100%, en el entorno del Roig Arena.
Tomando la Copa Davis como referencia, la competición se desarrolló en la Fonteta, l'Alqueria acogió las pistas de entrenamiento, y la fan zone se ubicaba junto a ambas instalaciones deportivas. También se habilita con motivo de la Copa del Rey un área de atracciones y venta de merchandising relacionada con el baloncesto. El torneo tiene también un momento icónico como es el encuentro entre aficionados, que también se puede llevar a cabo en el entorno del Roig Arena.
Por ejemplo, en Las Palmas algunos de los acontecimientos satélite de la propia competición de la Copa del Rey estaban en otros puntos de la ciudad, lo que resultaba algo incómodo. Valencia está también plenamente preparada en lo referente a alojamientos, así como en hostelería y ocio más allá del baloncesto.
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