En el Olimpo del Ros y el Dorna Godella

El baloncesto valenciano ya es cuatro veces campeón de Europa en categoría femenina. Palabras mayores. La Eurocup Women conquistada ayer en Szekszard, tras un torneo perfecto con siete victorias en otros tantos partidos, más allá de ser el primer título del Valencia Basket se unen a los logros del Dorna en 1992 y 1993 y el Ros Casares en 2012. A ese Olimpo ya pertenece la entidad taronja.

Miki Vukovic, como tantas veces, fue el que señaló el camino. El maestro aterrizó en Godella en 1990 y tras la espina de no poder alzar la Copa Ronchetti en su primera temporada, abrió las vitrinas europeas del baloncesto valenciano (el primer título del Pamesa no llegó hasta 2003) con la Copa de Europa conquistada en Bari, tras una Final Four recordada por su organización caótica. Tras tumbar en semifinales al Sporting de Atenas (87-71) el Dorna no tuvo piedad del Dinamo de Kiev en la final (66-56). La FIBA impidió que la Penya de Carlet pudiera tocar sus bombos y trompetas pero medio centenar de valencianos celebraron en Bari aquella noche donde empezó todo. Mujanovic, con 31 puntos, fue la clave del título. «Soy el hombre más feliz del mundo. En los últimos tres años he ganado dos Copas de Europa, he sido subcampeón del mundo y sólo he perdido siete partidos. ¿Se puede pedir algo más como entrenador», declaró un eufórico Miki Vukovic sobre la pista. Unas horas después, en una 'encerrona' radiofónica de José María García, el secretario de estado para el deporte, Rafael Cortés Elvira, se comprometió a financiar un pabellón para Godella.

Un año después, en la Final Four de Llíria 1993, se firmó ese protocolo del nuevo recinto. En la ciudad edetana comenzó el pulso con el Como que duró tres temporadas consecutivas. José Antonio Guimaraens, el presidente de Dorna, apretó a Mujanovic (que había firmado por el gran rival) en la previa del torneo en una entrevista a este periódico: «El Como juega peor con Mujanovic». La bosnia le contestó nada más bajar del avión: «Este señor no tiene ni idea de baloncesto, él sólo entiende de dinero. Yo hablo en la cancha». En la gran final, tras superar al Challes francés en semifinales, el Dorna conquistó su segunda Copa de Europa en un partido taquicárdico que terminó 55-55 en el tiempo reglamentario y 58-66 tras la prórroga. El aliento de los 5.000 valencianos que llenaron las gradas del Pla de L'Arc fue clave. Aquel día, 25 de marzo de 1993, fue un antes y un después para el basket femenino continental. Así lo anunció un emocionado Aldo Vitale, presidente entonces de FIBA Europa: «Es un éxito sin precedentes y extremadamente importante para el baloncesto femenino». Dolores Escamilla, el alma máter valenciana del proyecto, reconoció entre lágrimas que el Dorna había logrado «un antes y un después» para el deporte femenino en España. «Este es mi regalo para Valencia. Soy un valenciano más y es un orgullo ofrecer esta copa a la gente», remató entre lágrimas el eterno Vukovic.

La triple corona del Dorna nunca llegó y en 1996, Guimaraens decidió llevarse el club a Getafe. Unos días después, en una trascendental asamblea en el teatro Capitolio, Godella decidió luchar por conservar un equipo de baloncesto femenino. Ahí nació el Popular Basquet Godella y, tras el ascenso, la entrada de la empresa Ros Casares. En 2012, casi como epitafio, las valencianas, con Roberto Íñiguez en el banquillo y una plantilla plagada de estrellas, conquistaron la Euroliga tras tumbar en la final al Rivas (52-65) «Por fin ha llegado el día que estábamos esperando. Entre todos saldremos de ésta», declaró en Estambul su presidente Germán Ros. Unos meses después, el club desapareció.