![Pedro Martínez regresa al Valencia Basket con una victoria](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/25/0H5A7591-RWDXNfxMUSgEDY6G0SDtFdJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Hay historias inacabadas que están condenadas a tener una segunda oportunidad. La de Pedro Martínez y el Valencia Basket, claramente, era una de ellas. Lo piensan todas las personas que tuvieron el privilegio de vivir la primera etapa del técnico catalán en la Fonteta, la ... que terminó justo con el título de la Liga Endesa para los valencianos en 2017. Ese fue el final. Como en una serie que te parte los esquemas en el último capítulo de una temporada y la productora amaga con cancelarla para siempre. Ahí, en la cima de la ACB, dejó su obra inacabada Pedro –porque como bien defiende el catalán no sólo cuentan los títulos sino un estilo de juego– para retomarla ayer en Samokov. Es cierto que si el baloncesto fuera una serie, el guionista hubiera imaginado un lugar un poco más glamuroso para volver. O no. Ahí, en el barro de una Eurocup con viajes imposibles que sirven para testar la salud coronaria de los delegados de equipo, Alfonso Castilla tiene para escribir un libro, se escribió el regreso de Pedro Martínez Sánchez para dirigir un partido oficial del Valencia Basket. Siete años, tres meses y nueve días después de aquella noche de gloria en la Fonteta para ganar la Liga. Una condena de 2.658 días.
Lo hizo con victoria en la Eurocup. En una competición donde los taronja son los grandes dominadores de su historia pero que por eso, precisamente, el listón de la exigencia para el Valencia Basket siempre está a un nivel máximo. La entidad taronja es la que más títulos de Eurocup tiene, con cuatro el primero de ellos con el nombre de ULEB Cup, es sus trece participaciones. Es decir, ha ganado el 30% de las ediciones que ha disputado. Si sumamos las dos finales perdidas, la última en 2017 con Pedro Martínez al mando, el porcentaje se eleva al 46% de las finales de Eurocup disputadas.
En un partido de estreno de temporada no se puede ver la mejor versión de un equipo (como se demostró en la segunda parte de Samokov). Si así fuera, sería nefasto por el nulo margen de mejora. Lo que sí que se deben ver son líneas maestras de estilo de juego, con más o menos acierto. En el juego rápido que quiere imprimir Pedro Martínez es clave cerrar el rebote defensivo. En la primera parte, de los 18 rechaces que volaron sobre el aro taronja 16 fueron a manos de jugadores que ayer vestían de blanco (13-29 en el total de rebotes al descanso). El resultado, 29-45. En el primer cuarto (14-26) se vio otro dato de ese juego a muchas posesiones. El Valencia Basket lanzó en esos diez minutos 23 tiros de campo. A más de dos por minuto, con cambios constantes (en los primeros siete minutos jugaron los once jugadores profesionales inscritos en el acta).
El gran problema en Bulgaria es que la segunda parte del Valencia Basket fue diametralmente distinta, como ocurrió en el reciente amistoso contra el Casademont Zaragoza, y es cierto que eso también se puede circunscribir al inicio de la temporada donde hay muchos aspectos que coses en un equipo donde el gran cambio ha llegado en el banquillo, con un estilo de juego nuevo que se quiere implementar. Cuando cayó el acierto, el equipo taronja se fue metiendo en un bucle del que sólo salió porque el rival, afortunadamente, jugó aún peor en el tramo clave del encuentro. Cuando el Hapoel se puso a diez (39-49) no logró hacer más sangre y el equipo taronja, eso debe ir en su haber, supo mantener la calma para volver a poner una buena distancia (40-57). Esa dinámica de atasco permitió al equipo israelí ganar el parcial del tercer cuarto por 15-14 pero no suponía, aún, un peligro para la victoria (44-59).
El momento más delicado llegó a los dos minutos del último cuarto. Sestina, que había empezado el partido con dos triples y se fue diluyendo, cometió la cuarta falta y pagó su frustración tirando el balón a Morgan, que estaba en el suelo. Técnica merecida y expulsión. Lo peor no fue la bronca que se llevó en caliente de su entrenador, también merecida, sino que en un partido contra un rival con más colmillo esa situación te puede llevar a la derrota. El Hapoel sólo llegó otra vez a bajar a diez (53-63) y dos triples, de Puerto y Costello, sirvieron para sentenciar (57-76).
En el Hapoel, sólo Harper fue una amenaza (27 puntos) pero con malos porcentajes en tiros de campo (4 de 16). El más regular de los taronja fue Pradilla. Un gladiador que va a maridar bien con la parte del esfuerzo que reclama el modelo de Pedro Martínez. Sus 11 rebotes y 18 de valoración sumaron, y mucho, al triunfo. Entre los debutantes, el que más destacó (a ráfagas) fue Montero. Para Happ, con -9 de valoración, su estreno fue una pesadilla. Costello, fallón en el triple, y Badio estuvieron correctos. «Hemos estado sólidos en defensa. En ataque creo que hemos jugado bien pero en la segunda parte nos hemos pasado mal el balón, lo cual nos ha restado confianza. Hemos tenido un buen ataque del rebote ofensivo y si atacas bien el rebote hace que este mal acierto se minimice. Ir al rebote ofensivo es una buena señal de que no te rindes», analizó Pedro Martínez para este periódico tras el partido.
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