La plata mundial más valenciana

La plata conquistada por España en el Mundial U19 femenino, el junior de toda la vida, rompió muchos techos de cristal dentro del baloncesto de formación. Como mejor símbolo de la revolucionaria pista que la FIBA tiene claro que ha llegado para quedarse. Pocas veces en la historia, un equipo de adolescentes había enganchado tanto al aficionado español. El oro contra EEUU se quedó a cuatro puntos pero fue una plata muy valenciana, con Awa Fam en la pista y Anna Montañana e Irene Garí formando parte del staff.

«Salió todo redondo. Meter a más de 7.000 personas en el WiZink viendo a una selección U19 femenina en pleno verano, en Madrid, y coincidiendo en un día de elecciones generales fue algo increíble», reconoce Garí. La exjugadora del Valencia Basket, una de las heroínas del ascenso a la Liga Femenina, fue la Team Manager de la selección y tiene claro la clave del éxito del grupo: «Las jugadoras engancharon a la gente desde el minuto uno con su garra, carisma y porque son buenas personas. Eso se transmite. Cuando el domingo previo a la final tenía un montón de solicitudes de gente que quería entradas para los partidos de Madrid me di cuenta de la que estaba liando la selección. Además, los dos equipos no regalaron una final apasionante y el oro se decidió por pequeños detalles».

La gestión emocional fue una de las claves. No hay que olvidar que el torneo era de formación y que todo lo que lo rodeó fue muy profesional. «La emoción que se vivió en el pabellón fue única. Son jugadoras de 17 a 19 años y vivieron algo muy intenso, con la gente esperando fuera para saludarlas. Niñas que han estado por ejemplo en el Siglo XXI, como Iyana Martín, que nunca han tenido una exposición tan bestial, tenían a miles de personas intentando hacerse fotos. Que estén dentro del bus y la gente les grite o que salgan del pabellón y la seguridad les tenga que escoltar son cosas que cuesta asimilar a esas edades. Es de admirar cómo lo han llevado», admite Garí, que pone el foco en Elena Buenavida, que ya sabe lo que es esa presión: «Ha sido la que llevó emocionalmente a todo el equipo. Se notó en cómo hablaba en el vestuario a sus compañeras, en la pista o en el banquillo. Eso tiene que ver con la personalidad pero también con la gente que ha tenido alrededor y haber jugado ya en el primer equipo del Valencia Basket en partidos importantes. Ha absorbido rápido lo que da convivir con Ouviña, Casas o Torrens».

A la valenciana se le ilumina la mirada cuando es preguntada por Awa Fam. «No la conocía personalmente y es increíble la madurez que tiene. Hablas con ella y piensas que tiene diez años más», valora, antes de hablar de su baloncesto: «Tiene una capacidad para el trabajo tremenda. Era la primera jugadora que se preparaba para entrenar, con sus estiramientos, y estaba siempre atenta tanto de sus compañeras como del cuerpo técnico. Su nivel de exigencia en la pista es brutal y eso contagia. Es una líder innata. Ahora tiene que ir paso a paso y no quemar etapas para brillar donde merece. Nadie sabe dónde está su techo porque además es una pívot con cabeza de base. Lee todo el juego y es capaz de ver dónde está la ventaja o el pase que hay que meter».

Garí, actualmente sin equipo tras desvincularse del BAXI Ferrol, aplica sus conocimientos en marketing deportivo que ya ejerce en la empresa NBN23, para poner el foco en lo más importante que deja el Mundial: «La reflexión que nos llevamos es que no se perdió un oro sino que se ganó mucho más. Dar visibilidad al baloncesto de formación a todas las niñas y niños que nos ven, sabiendo que algún día pueden vivir algo así, es mucho más importante que la medalla. Ver la ilusión de jugadoras infantiles o alevines animando a la selección fue tremendo».

«Ha sido una victoria total», apunta Montañana «porque estamos hablando de una generación muy buena, el Mundial en España ha sido un éxito, con una gran inversión, y por las características de las jugadoras el juego de la selección ha enganchado a la gente. La combinación en el equipo, con Fam y Flórez del 2006, nos ha permitido tener a jugadoras con talento, hambre, garra, competitivas, físico e inteligencia. Ese es el secreto de la medalla». La entrenadora tiene claro que la plata más dorada de la historia –se tuvo el triple para llevar a EEUU a la prórroga– no es, ni mucho menos, fruto del azar: «Hay jugadoras que han tenido minutos en Ligas profesionales y eso hace que cuando compites en U19 y U20 sea determinante. Es un aspecto que nos diferenció de otras selecciones y eso se vio en el camino previo a la final. Por ejemplo, en 2021 en Hungría se notó que nos faltó ese aspecto en el mismo campeonato. El caso de Buenavida es el más destacado, pero también Brito ha jugado minutos de calidad en la Universidad de Florida y las jugadoras que han estado en Challenge también se ha notado esa competitividad. Saber jugar con presión es clave en esas edades y eso nos diferencia en España. Desde muy pequeñas están compitiendo, los clubes hacen un gran trabajo y eso sale en los torneos».

La de Alboraia sonríe cuando define la línea temporal que separa a las tres valencianas que han conseguido la plata. «Somos tres generaciones muy separadas en el tiempo pero sí que es cierto que es bonito que hayamos coincidido tres valencianas en la selección. Hace especial ilusión porque no pasa muchas veces. La última vez fue con Lorena Segura y también ganamos una plata. Al final, cuando eres joven te fijas siempre en los referentes que están jugando de profesional y eso es algo que no cambia», admite, antes de glosar a Fam como la más determinante de la generación del 2006: «Lo de Awa es alucinante. Hay que ser siempre cautos al hablar del futuro pero es que ella tiene una personalidad y una madurez superior a los 17 años que tiene. Entrena muy bien, es humilde y tiene cosas que también tenía Raquel Carrera a su edad. He trabajado con las dos y son jugadoras que percibes desde el principio que van a ser referentes en el baloncesto europeo. Lo que más impresiona no es su proyección y sus condiciones físicas sino su carácter».

Sobre Alicia Flórez, también jugadora taronja, deja claro su potencial: «Tiene cosas de Queralt Casas y una combinación muy interesante porque ese físico, con 19 años, no lo hemos visto en España en su posición, con esa explosividad, defensa y capacidad de salto. Hablando con Elisa Aguilar durante el Mundial la comparábamos con Iagupova, la escolta del Fenerbahce. Le encanta competir y entrenar. Eso hace que desarrolles mejor el talento. Es una jugadora única que tiene mucho futuro». Montañana reconoce que testó la pista de pantallas LED y da su visto bueno: «La probé en el entrenamiento previo a los cuartos con Lituania. Es algo especial porque crees que va a ser una pista dura y no notamos tanta diferencia, o que las jugadoras se iban a hacer quemaduras en las caídas y no ha sido así. Lo único es que desprendía un poco de calor en la zapatilla. Hay que tener la mente abierta porque hay mucho trabajo de ingenieros para encontrar la fórmula. El que sí que sufrió es el balón, que se quemó un poco y terminaba los partidos con raspado». De su fichaje en el Alginet, donde será la única mujer entrenando en la LEB Plata, reconoce que llega con la máxima ambición: «Estoy ilusionada por este reto en el baloncesto masculino, queremos que el club consiga estabilidad en la LEB Plata porque se ha sufrido en los últimos dos años. Vamos a intentar subir un peldaño».

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