JUAN CARLOS VILLENA
VALENCIA.
Sábado, 9 de junio 2018, 00:41
El Valencia Basket suspendió ayer el curso a Txus Vidorreta, puesto que la decisión que ha madurado la entidad taronja desde la eliminación frente al Gran Canaria no era otra que ofrecerle, o no, la renovación al hasta ayer técnico taronja. Es decir, aprobar o censurar su gestión deportiva para dar un paso al frente con una propuesta o darle la mano amistosamente para que cada parte siguiera su camino. Con respeto pero llamando a las cosas por su nombre. Si ayer el Valencia Basket anunció el adiós de Txus Vidorreta es porque en ese exhaustivo informe, en el que se analizaron todos los aspectos de la temporada, el técnico no llegó a la nota adecuada. La no consecución del objetivo de la Euroliga fue el desencadenante del prematuro adiós, los dirigentes del club no escondieron ayer a esta redacción que haber conseguido el billete para la Copa de Europa hubiera cambiado el panorama, pero no el único argumento. El club considera que el balance final de 37-33 en los 70 partidos disputados no se debe tan sólo a la plaga de lesiones y a las 281 bajas acumuladas en la temporada, ese análisis va por otro lado, sino que la gestión de la plantilla de Vidorreta no ha sido la óptima. Es decir, que no se ha exprimido el nivel real de los jugadores.
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La diferente visión del modelo de club, la hemeroteca puede consultarse para recordar las veces en las que públicamente el ya exentrenador pidió refuerzos que no llegaron, ha sido otro ingrediente para la no aprobación del examen. En la puesta en común que realizaron ambas partes el pasado martes, el vasco propuso el esbozo del modelo con el que se hubiera sentado a negociar una propuesta que nunca llegó. El Valencia Basket tomó la decisión de prescindir de Vidorreta el jueves por la noche tras una reunión en la Fonteta y le comunicó al vasco la decisión ayer a las diez de la mañana.
El día previsto para la resolución del futuro del entrenador era hoy pero la marcha de Joan Peñarroya del banquillo del MoraBanc Andorra fue uno de los desencadenantes. Como ocurrió, por cierto, la pasada temporada con Txus Vidorreta, aunque con una gran diferencia. Cuando el hasta ayer técnico taronja se despidió entre lágrimas del Tenerife ya tenía la certeza de que iba a ser el entrenador del Valencia Basket. Peñarroya, que ayer no escondió su emoción al despedir una etapa de ocho años en el Principado, sabía que era una opción para Chechu Mulero pero sin ninguna oferta real encima de la mesa. Así se lo transmitió el propio entrenador de Tarrassa a su entorno. Tal y como informó ayer LAS PROVINCIAS, su nombre se suma a la alternativa de Jaume Ponsarnau. Los únicos dos nombres que tienen, a día de hoy, opciones reales de convertirse en el nuevo entrenador del Valencia Basket. Si no se produce un giro más en la historia, con media ACB con el banquillo libre todo puede ocurrir, el nuevo inquilino de la Fonteta será uno de los dos. La hoja de ruta prevista será madurar la decisión durante el fin de semana y presentar el lunes la oferta al candidato elegido.
Para poner un poco más de pimienta en el guiso, el director deportivo del MoraBanc, Francesc Solana, anunció ayer que Jaume Ponsarnau era uno de los candidatos para sustituir a Peñarroya: «Es como el juego de las sillas, ahora mismo hay muchas vacías y mucha gente de pie. Ponsarnau es uno de los candidatos, aunque tiene contrato con su equipo es uno de los candidatos». Ese detalle es importante. El hasta ahora ayudante de Vidorreta o Pedro Martínez firmó el pasado verano una ampliación hasta junio de 2020 aunque con cláusulas que le permitían salir en el caso de tener una oferta como primer entrenador. El técnico de Tàrrega, antes del movimiento de ayer por la tarde del Valencia Basket que le confirmó como candidato al banquillo, ya había decidido explorar el mercado antes de la decisión de la entidad de la Fonteta de prescindir de Vidorreta. De ahí le llegó la propuesta del MoraBanc Andorra, que ya sabía antes de finalizar la temporada que Peñarroya había decidido comenzar otra etapa. Ahora el escenario puede cambiar para él de forma radical, en el caso de que el interés que el club trasladó ayer a su agente se concrete en las próximas horas en una oferta formal de trabajo.
La elección de Ponsarnau sería dar, al menos, un tamiz de continuismo a la decisión del cambio en el banquillo. El catalán ha trabajado en los últimos dos cuerpos técnicos que han conquistado la ACB y la Supercopa y conoce a la plantilla. La promoción interna es una opción abierta de forma oficial desde ayer por la tarde.
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