Raquel Carrera posa con sus compañeras antes de la semifinal frente al Estudiantes. feb/ alberto nevado

Raquel Carrera da una lección de vida tras su grave lesión de rodilla

La gallega decide quedarse en Huelva con su equipo y conquista a todo el mundo del basket con su positividad para afrontar su recuperación

Juan Carlos Villena

ENVIADO ESPECIAL HUELVA

Lunes, 25 de marzo 2024, 00:59

El vestuario se ha conjurado para ganar la final de la Copa de la Reina en Huelva, que enfrentará al Valencia Basket y al Casademont Zaragoza este domingo, y poder dedicarle el título a Raquel Carrera. Y no ha sido por el sentimiento natural ... que todo grupo deportivo, y humano, tiene cuando llega una lesión grave en mitad de una competición sino por la demostración que está dando la gallega desde que se lesionó de forma grave la rodilla en los últimos minutos del primer cuarto contra el Ibaeta el jueves. Su positividad desde el viernes, cuando se conoció que sufre una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha, ha conquistado a todo el mundo del baloncesto presente en Huelva. Desde la presidenta de la Federación, Elisa Aguilar, al seleccionador español, Miguel Méndez, que a buen seguro que ha tomado nota de los efectos motivadores de la gallega en el entorno laboral. Pensando en los Juegos de París.

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La primera decisión de Carrera tras conocerse el diagnóstico de su lesión, en las primera horas antes de las pruebas estuvo acompañada por su padre y su hermano que viajaron a Huelva para la Copa, fue quedarse en el hotel de Punta Umbría con sus compañeras pese a que tenía, como es normal, capacidad de elección y decisión de haber regresado a casa para descansar y prepararse para la operación. Con toda la molestia física que supone su estado actual antes de la intervención, la gallega ha decidido ser una más hasta que el equipo abandone Huelva y que nadie dude que si este domingo el Valencia Basket gana al Zaragoza en la final será una más en la celebración. Con la limitación obvia. No ha querido abandonar la expedición para seguir en la Copa de la Reina con sus compañeras. Su lección de vida, algo que va mucho más allá de la profesión que realiza, vale mucho más que un MVP. Un ejemplo para todas las niñas que, como el equipo infantil que ha participado en la Minicopa, sueñan algún día con ser una Raquel Carrera.

Más allá del efecto de contagio que produce la sonrisa de la gallega en sus compañeras, y que no ha abandonado en los dos primeros días de lesión, su poder motivante comenzó en el entrenamiento previo de la semifinal el viernes. Allí acudió la internacional, con la ayuda de una silla de ruedas. En la Copa los equipos saltan a calentar con una canción que han elegido previamente. La del Valencia Basket es 'Mediterrània' de La Fúmiga. En esa liturgia previa a la semifinal contra el Estudiantes, Carrera saltó a la pista tras sus compañeras al ritmo que le permitió caminar en muletas. Hizo la piña con el equipo, posó junto al equipo que llevaba una camiseta de ánimo y el ritual se repitió tras la victoria.

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