Rebeca Cotano, la pionera taronja que quiere ser policía nacional

Con sólo siete años de vida, el Valencia Basket femenino ya tiene tres títulos colgados de la Fonteta. Un buen momento para volver la vista atrás, a ‘la malva’: «Fue como una especie de reencuentro para nuestra generación y en ese momento todas lo vivimos con esa ilusión, sin pensar en mucho más. Éramos las antiguas jugadoras de la cantera del Ros a las que les habían dado la oportunidad de volver a jugar juntas como un grupo de amigas». Así, hasta el día en el que les comunicaron que se mudaban a la Fonteta: «Fue todo un poco raro porque nadie se lo esperaba. Cuando nos dieron la noticia nos hizo mucha ilusión, como es lógico. Fue como si alguien nos adoptara para poder darnos la oportunidad de vivir todo lo que luego vino después. Fue un choque grande, de estar un poco en tierra de nadie a compartir un club donde coincidíamos en cualquier evento con Dubljevic o Rafa Martínez».

A partir de ahí todo se desencadenó, con el símbolo de la canasta de Begoña Pallardó para conseguir el ascenso a la Liga Femenina 2 en 2016: «Mi experiencia personal fue que pasó todo muy rápido, desde estar en un equipo en Primera Nacional hasta debutar en la Eurocup. No tuvimos tiempo de asimilar nada, con dos ascensos casi seguidos». Cotano entendió que se iba a producir un giro histórico para recuperar el baloncesto femenino de elite en Valencia el primer día que pisó la Ciudad Deportiva con su nueva camiseta: «Recuerdo la primera visita que hicimos a L’Alqueria, nos quedamos locas viendo el gimnasio o la sala de fisios. Pasamos de tener a nuestros padres y veinte personas en las gradas a varios miles». La única espina que le queda de su etapa taronja se llama pandemia «porque siempre tendré la duda de si hubiera llegado el primer título en esa Eurocup o Liga». Eso sí, nadie le quitará la vitola, y el orgullo, de ser una de las pioneras.