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Un nuevo reto. Ángela Salvadores posa en L'Alqueria del Basket en la previa de la Supercopa que se disputará este fin de semana en Tenerife. irene marsilla I. Marsilla
El resurgir de la niña a la que compararon con Petrovic

El resurgir de la niña a la que compararon con Petrovic

Ángela Salvadores. La asturiana ha aprendido a lidiar con la expectación que ha despertado siempre y llega a Valencia dispuesta a dar el salto

Domingo, 19 de septiembre 2021, 00:48

Ángela Salvadores cumplió 24 años en marzo. En su carrera ya le ha dado tiempo de pasar por cuatro países, ocho equipos, anotar 40 puntos en la final del Mundial U17 de 2014 contra Estados Unidos siendo MVP y ser elegida en 2019 en el Draft de la WNBA en el puesto 31 por Los Ángeles Sparks. El anuncio de esa elección, mientras la jugadora vivía ese histórico momento desde su cama y por el móvil una madrugada en España, fue presentado por el mítico Magic Johnson. Pese a todo ello, nunca ha sido una elección para la España absoluta en la era Mondelo. No encaja. La asturiana llega a Valencia dispuesta a resurgir y sabedora de que está ante su gran oportunidad de redimirse de sus fantasmas del pasado. «Empecé muy joven. Cuando estuve en Salamanca tenía 19 años y han cambiado muchas cosas. He tenido muchas experiencias fuera y jugar lejos de España quieras que no te hace crecer. Vivir sola, ver otras culturas y tener compañeras de otros países ha hecho que haya aprendido mucho desde que debuté. Creo que era un buen momento para volver», reconoce a este periódico antes de debutar el sábado en competición oficial con la camiseta taronja en la Supercopa.

La escolta es consciente de que ha tenido que lidiar con los problemas que su fuerte personalidad le han creado en el pasado. No es nada nuevo. A Prepelic, que ahora es compañero de club, le ha pasado lo mismo. La clave es saber enfocarlo al rendimiento. «Personalmente he crecido. Ahora tengo 24 años y veo que estoy más tranquila, antes tenía mucha ansiedad por querer hacerlo bien desde el primer día cuando al final es imposible hacerlo con 19 años en un equipo que era campeón de todo. Ahora estoy más tranquila, sé lo que se necesita para ser una jugadora profesional y lo que hay que hacer. Tengo más paciencia, estoy más tranquila y más asentada», asume.

Sus famosos 40 puntos a Estados Unidos tampoco ayudaron a tranquilizar al entorno. Se le llegó a comparar como la Petrovic española. Aquella niña a la que desde que comenzó a botar un balón, con cinco años, en el colegio Maristas de León se le vio un talento innato para anotar. Hija de los exjugadores Jorge Salvadores y Ángela Álvarez, estuvo desde muy pequeña en todos los titulares como la gran esperanza del basket español. Con la perspectiva del tiempo, la jugadora que tiene sangre astorgana reconoce que todo aquello le afectó: «En ese momento no entendía muy bien que la gente esperara que iba meter 40 puntos cada día después de aquello, o que llegara un día que si metía 17 puntos en un partido ya no valía para nada, cuando no lo es. Eso es problema de la gente que lo piensa, nunca me puse esa presión de tener que meter cada partido 30 porque si no a la gente no le vale».

Tras formarse en el Siglo XXI de Barcelona, en la temporada que culminó con el galardón de mejor jugadora juvenil del Mundo, debutar en el Rivas, pasar por la NCAA americana y por Salamanca, la asturiana decidió hacer las maletas. Necesitaba dar un giro a su crecimiento como jugadora que, por unos motivos u otros, no acababa de corresponder a esas expectativas previas. De nuevo esa presión del exterior. Tras un paso por Hungría que en su cabeza no aparece como un buen recuerdo, ha llegado a reconocer en alguna entrevista que en el Sopron le trataron «muy mal», el gran salto ha llegado tras su paso por Bolonia y Estambul.

Una pandemia y un confinamiento con 23 años, en Turquía, despierta al más despistado. En Valencia, Salvadores es consciente de que su rol será distinto. En un equipo que ya es un vivero para España: «No es un objetivo sino que si llega será el resultado de algo. No lo veo como que tengo que ir a la selección o que ahora que han cambiado quizás tenga posibilidades. Quiero hacer mi trabajo lo mejor posible en Valencia y si lo logro puede que llegue lo otro. El objetivo con el que vengo es el de hacerlo bien aquí y conseguir títulos». Ahora sólo se centra en el doble reto que viene «porque el calendario es difícil. La Supercopa es un título y vamos a intentar ganarla, dos días después jugamos para pasar a la Euroliga. Tenemos equipo para hacerlo».

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