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José Antonio Paraíso posa en L'Alqueria del Basket antes de charlar con LAS PROVINCIAS. J. BERMEJO

La sanción de la Euroliga que impidió una Final Four al Valencia Basket

historias del baloncesto ·

José Antonio Paraíso habla del castigo al entonces Pamesa por no viajar a Israel en 2004 y la exclusión ahora de los equipos rusos por la guerra

Lunes, 14 de marzo 2022, 01:06

Cuando el Pamesa pagó 252 millones de pesetas para fichar en 2001 a José Antonio Paraíso del Cáceres convirtió ese traspaso en el tercero más caro de un jugador español en la historia de la ACB. Dos décadas después, 'Para' es un destacado empresario del ... mundo de la comunicación, director general de la histórica revista Gigantes y participando en operaciones de patrocinio que le han llevado en varias ocasiones a la Fonteta. La vida es así de caprichosa, ahora se sienta a hablar de negocios con el que fue su capitán de taronja, Víctor Luengo. «Tenía claro que quería dedicarme a temas de gestión y no a entrenar. Le veo mucho mérito porque es muy sacrificado», reflexiona tras reconocer que aquel pago millonario del club le puso «mucha presión» pero a la vez «orgullo por ese esfuerzo para que viniera a Valencia».

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El fichaje del alero fue el inicio del gran intento del Pamesa por dar un golpe en el techo de la ACB: «Nos faltó algo más con aquella pedazo de plantilla. También es cierto que el club estaba en un proceso de crecimiento. Una Copa del Rey, por ejemplo. hubiera sido maravilloso. A nivel de nombres creo que es la mejor de la historia del club porque, además del nivel de los nacionales, el resto eran todos internacionales con sus selecciones, siendo referentes en esos equipos como Oberto, Tomasevic o Rigaudeau. Teníamos dos oros olímpicos, un subcampeón del Mundo. No fue fácil unir tantas estrellas en tan poco tiempo».

La injusta, hay que hablar claro, sanción de la Euroliga por la decisión del entonces Pamesa de no viajar a Israel en marzo de 2004 en un clima bélico tras el asesinato del líder de Hamás, cerró la puerta de la Final Four aquel equipo. Hace pocos días, el mismo temor de los jugadores del Barça a viajar a Rusia acabó con la decisión lógica de que allí no podían celebrarse partidos. Es más, se ha descalificado de forma fulminante a los equipos rusos de la Euroliga y la Eurocup como castigo. Una dolorosa doble vara de medir. «Fue una decisión compleja pero acertada. Somos profesionales, nos debemos a un deporte y no podemos jugar un partido de alta competición centrados en el baloncesto con miedo. Si no sientes seguridad afecta al rendimiento. Es lo que ahora sentían los jugadores del Barça cuando parecía que tenían que viajar a Rusia. Es lo mismo», recuerda Paraíso, que tiene claro que si en 2004 se hubiera televisado en directo, por redes, aquel conflicto la Euroliga hubiera actuado de otra forma: «No se puede valorar la decisión tras las consecuencias, eso es ventajismo, sino si tenía fundamento. Lo tenía. Aguantar esa presión ayudó a que el club se hiciera más grande. El carácter se demuestra cuando debes tomar decisiones difíciles y siempre se miró por la seguridad de su equipo y no por otros temas. Hubo mucha presión de todo tipo y ahora han cambiado los tiempos. Nadie nos aseguraba al cien por cien la seguridad esos días en Israel porque había un temor claro de que se pudiera utilizar un evento como era ese partido para un atentado. Meter a 10.000 personas en un pabellón en ese contexto era una locura. Hoy, hubiera sido la propia Euroliga la que hubiera suspendido el partido, como ha sucedido con Rusia. En 2004 el Pamesa fue por delante de la Euroliga. Así de claro».

El club también fue por delante de la clase política. «Queríamos jugar y nos creó mucha impotencia que allí (en Israel) se dijera lo contrario. Lo único que se pidió era sentido común, que ese partido no podía disputarse en una zona de conflicto. Lo que se pidió es que se aplazara hasta que la situación mejorara o se disputara en un lugar neutral. La Euroliga es la que debió dar un paso para garantizar la seguridad y no lo hizo. Los políticos no se mojaron nada. Esa es la verdad. En momentos así hay que apoyar», sentencia Paraíso. Una herida que aún duele.

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Volviendo a aquel Pamesa de la horquilla 2002-2004, el que ganó la ULEB Cup y se clasificó por primera vez para la final de la ACB, Paraíso también pondera la figura de Paco Olmos: «Al principio nos costó adaptarnos pero creo que viendo todo su trabajo acertó muchísimo en aquella etapa. Fue un acierto del club apostar por un entrenador de la casa que en ese momento debutaba en la ACB. El nombre no te asegura las cosas y esa apuesta salió bien».

El madrileño tiene claro que el actual proyecto del Valencia Basket es un cañón con respecto a las posibilidades que le ofrece la dimensión de la inversión en infraestructuras de baloncesto: «Los que estamos en el resto de España, con L'Alqueria y el proyecto del nuevo Arena, tenemos claro que va a situar al Valencia Basket a primer nivel europeo. Es una envidia de muchas ciudades y equipos. Ver tantos niños jugando juntos es maravilloso, es el sueño que teníamos todos con ocho o nueve años».

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Como experto en marketing deportivo, Paraíso tiene claro que la pandemia «ha afectado pero las marcas que entran se asocian tanto a los clubes y ven el retorno tan positivo que suelen ser patrocinios a largo plazo. Es cierto que la competencia del fútbol es fuerte pero en basket patrocinador que entra es para quedarse un mínimo de tres o cuatro años».

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