Sergio Scariolo posa para LAS PROVINCIAS en el PalaDozza de Bologna. j. bermejo

Scariolo: «El Valencia Basket es a nivel de estructura el mejor proyecto en Europa»

El italiano pondera el crecimiento de Mumbrú en los banquillos: «El baloncesto español necesita buenos entrenadores»

Juan Carlos Villena

Enviado especial Bologna

Lunes, 21 de noviembre 2022, 01:14

El reciente oro de España en el Eurobasket se convirtió en una de las mayores obras de autor en un deporte de equipo de los últimos años. Sergio Scariolo (Brescia, 1961) puede presumir de ser el seleccionador de la actual campeona europea y mundial, además ... de ostentar el número uno del ranking FIBA.

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-Hace justo un año nos concedió también en Bologna una entrevista donde avisó que venía una etapa de transición con España. ¿El oro en el Eurobasket cambia ese planteamiento?

-No ha cambiado nada en esa reflexión. Estamos en pleno proceso de recambio generacional, con una línea marcada desde abajo hacia adelante. Sabemos lo que queremos hacer, a quién estamos observando de cerca y los puestos que podrían dejar posibilidad a alguien para entrar. Sabemos a dónde queremos llegar.

-¿Qué horquilla temporal puede llevar ese recambio?

-No podemos decir con exactitud el tiempo que tardaremos en incorporar a los jugadores más jóvenes que vienen por abajo pero podemos hacer una previsión. Estamos en un momento donde hemos renovado muchísimo la selección y todo esto es independiente de que en una competición como el Eurobasket que hemos vivido recientemente hay factores colectivos, anímicos, que pueden hacer que el resultado final esté muy por encima de la suma de las previsiones individuales. La situación no cambia.

-Actualmente son campeones del Mundo y de Europa. No me negará que eso es un orgullo.

-Está claro que cuando miras atrás y compruebas que estas cosas sólo han estado al alcance de equipos de leyenda como Yugoslavia o la URSS es imposible no sentir una sensación de orgullo pero por mi manera de ser no me paro mucho en pensar estas cosas. De todo lo que ha pasado últimamente lo que más me ha gratificado, por ejemplo, es la reunión que tuvimos con todos los entrenadores de las categorías inferiores, de la cantera, para refrescar nuestro libro de estilo y nuestro sistema. Hemos dado un paso adelante con la incorporación más intensa de la U14 y U15 y matizado muchos conceptos. Creo que hemos dado un paso adelante importante en continuar un camino que comenzó en 2015 cuando regresé a la selección y me encargaron esta reestructuración de cantera. Gracias al gran trabajo, desde los clubes primero a los cuerpos técnicos de las categorías inferiores, no sólo nos han dado grandes satisfacciones en términos de resultados sino que han sido capaces de llevar a cabo la función prioritaria que es facilitar la llegada de jugadores desde abajo al primer equipo.

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–¿Valencia Basket y Virtus están encaminados a ser los dos próximos proyectos en asentarse en la Euroliga?

–De política no es que no entienda, que también, sino que no quiero entender. Son todo especulaciones que luego te faltan parámetros y datos para poder hacer previsiones. Si fuera la lógica la que mandara diría que sí pero es un momento muy fluido, de cambio. Hay una situación compleja en la Euroliga, habrá cambios en FIBA... creo que la situación es propicia para que se pueda replantear con un poco de imaginación y creatividad el futuro del baloncesto europeo a nivel de selección y de clubes.

–¿Desde fuera cómo se ve el proyecto taronja?

-El Valencia Basket es a nivel de estructura el mejor proyecto en Europa. No hay ninguna duda. Luego los resultados deportivos, los equipos... sabemos que hay muchos factores que inciden. Tienes tu momento bueno, malo, pero a nivel estructural no hay un sitio en Europa que en dos años va a contar con un Arena de esa calidad y dimensión. Junto a L'Alqueria, no hay nadie que lo tenga en Europa.

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-¿Veía en el Mumbrú jugador al que ha dirigido en la selección una vocación de entrenador?

-Si digo la verdad, no. Me ha sorprendido pero voy a matizarlo. A nivel de liderazgo y de capacidad de comunicación o de hacer equipo era el número uno. Desde luego. A nivel de vocación para la enseñanza táctica, en ese momento no la expresaba. Recuerdo un día que me dijo que su intención era ser entrenador y que tendría que buscar un ayudante de entrenador experto para el inicio porque le faltarían cosas al principio. Cuando me lo dijo de esta forma me sorprendió un poco pero luego pensé que eso es personalidad, confianza y visión de futuro. Eso son huevos y hasta un poco de atrevimiento. Está creciendo muy bien y me alegro porque le tengo mucho cariño. Cuando estuvo y cuando salió fue para mí un soporte muy importante en la selección.

-¿Ya con Mumbrú de entrenador han tenido contacto?

-Sí, después de su inicio tuvimos una conversación y me acuerdo muy bien de ella aunque no haya tenido en él ninguna influencia en nada, en absoluto. Quise manifestarle mi apoyo, cariño y confianza. El baloncesto español necesita buenos entrenadores. A todos los niveles, en la cantera, en los primeros equipos y en el recambio de la selección. Hay igual necesidad de buenos jugadores que de buenos entrenadores. Me alegro que Álex esté encaminado en esta senda hacia arriba.

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-Me quedo con la idea que ha deslizado de una dupla futura entre usted y Mumbrú.

-Quiero volver a entrenar a cantera algún día. Algún día, me gustaría volver a entrenar a una cantera con cierta calidad y cierto potencial para que los jugadores se puedan formar y llegar arriba.

-¿Le preocupa el comienzo con pocos minutos en la temporada de Pradilla en el Valencia Basket?

-El de Pradilla es un caso de hipervelocidad en un momento dado de su trayectoria y ahora de una velocidad más reducida. No se puede ir todo a mil por hora. La gente piensa que uno debuta en la ACB, luego en la Euroliga, en la selección, en la NBA, en la Luna y en Marte. No funciona así. Hay momentos de aceleración y lo importante es que no se retroceda. Que uno mantenga y vaya mejorando como jugador. La presencia en pista depende de factores que un jugador no siempre controlar. Por ejemplo, Puerto es otro que si estuviera en un equipo que no jugara Euroliga obviamente hubiese venido a la última convocatoria. Tenemos un núcleo amplio en el que igual no tenemos muchas estrellas pero hay un número alto de buenos jugadores. Si luego logran conseguir una química tan espectacular como fue en el Eurobasket se puede incluso dar alegrías superiores a cualquier expectativa.

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