valencia. Desde que se publicó el calendario de la Euroliga, Vanja Marinkovic tendía señalado el 28 de noviembre. El regreso a Belgrado, con la camiseta del Valencia Basket, le permitirá sentir otra batalla en la sala Pionir. Como última perla de la factoría Partizan sabe el infierno que le espera esta tarde. El mismo que en la última semifinal de la Liga Adriática, donde con 20 puntos lideró a su equipo hasta llevar a la prórroga en el primer partido, que acabaron perdiendo 106-101 y forzar el tercero con una exhibición personal que hizo temblar por última vez al Aleksandar Nikolic Hall coreando su nombre. «En España la gente acude a un partido a disfrutar del baloncesto y, eventualmente, aplaudir una buena jugada. Tengo que reconocer que echo de menos un poco los insultos y pitadas desde las gradas», reconoció en declaraciones al diario Novosti. Ayer, las matizó en su comparecencia de prensa en la Fonteta, manteniendo la esencia: «Jugué siete años en Serbia en el Partizan y me enfrenté quince o dieciséis veces al Estrella Roja y echo de menos ese ambiente. Nací con él aunque también me gusta el de aquí».
Publicidad
Marinkovic llega a la cita en su mejor momento como taronja y su técnico es consciente del valor extra que adquiere para el duelo en Belgrado. No en vano, el Valencia Basket sufrió el pasado curso ante el Partizan en el Pionir, con Ponsarnau jugándose ese día el puesto de trabajo, con Marinkovic como estrella. «Vanja es un jugador que aparte de su calidad y proyección tiene mucho corazón y en partidos como éste puede ser importante. Lo tiene y sabe como utilizarlo en esos ambientes así que nos puede ayudar mucho», señaló ayer el técnico de Tàrrega antes se subirse al avión rumbo a Serbia.
Más allá del componente ambiental centrado en Marinkovic el partido supone una gran oportunidad para que el Valencia Basket consiga su primera victoria fuera de casa en la Euroliga tras cuatro derrotas y la segunda en el arranque de temporada, sólo sabe lo que es ganar en Burgos y su balance lejos de la Fonteta es de 1-9. Llega a la cita con cuatro victorias en los últimos cinco partidos de la competición y visita a un equipo que estrena su tercer entrenador, tras rechazar Xavi Pascual la oferta de entrenar al Estrella Roja. Dragan Sakota es el encargado de intentar reflotar un nave que tiene un 3-7 en la Euroliga y que tampoco ha arrancado en la Liga Adriática, donde el vigente campeón es quinto con un balance de 5-3.
El Valencia Basket viajó ayer a Belgrado con los 13 jugadores disponibles, Van Rossom sigue de baja, y con un Sastre que apunta a descarte, ha jugado sólo 19 segundos en la Euroliga desde su lesión en El Pireo, y por el que Ponsarnau reconoció ayer que está preocupado por su actual momento pero que «persistirá» para intentar que entre en las rotaciones tras no encontrar su hueco después de su lesión.
El peligro del Estrella Roja son sus individualidades, con Baron y Brown como máximos anotadores, y el listón físico que con Ojo, Gist o Faye marcan en defensa para llegar a la cita como el cuarto equipo que menos puntos encaja de la Euroliga. Lo que ha quedado claro en el arranque de la competición es el colapso ofensivo que ha llevado a los serbios a ser el segundo equipo que menos puntos mete. La defensa taronja y el paso al frente ofensivo fuera de casa, una de las rémoras en Euroliga de los de Ponsarnau, serán clave para buscar el triunfo.
Publicidad
Dubljevic, de nuevo solo en el juego interior como en Vitoria, descansa en el momento menos oportuno y los taronja pierden uno de esos partidos que escuecen
Cuando un equipo no sabe cerrar un partido, una victoria sufrida tras remontar en el último cuarto, no vale el lamento del 'highlight' de la última décima. La imagen del triunfo del Estrella Roja fue el triple frontal sobre la bocina de Lorenzo Brown (76-73) ante un Valencia Basket en bonus y que no podía hacer falta. El dolor, lo que escuece, es que el partido no debió llegar a ese instante a poco que los valencianos hubieran mantenido la cabeza fría. Cuando Dubljevic anotó su punto 20 (64-68) la dinámica era totalmente favorable a los taronja, con un parcial de 4-17 en el último cuarto que levantó el 60-51 del final del tercero. Con cinco minutos por delante y un Estrella Roja desquiciado en ataque tan sólo había que apelar a las cosas sencillas.
Las pérdidas y la irrupción de Brown llevaron al 69-70 a 2:52. Tiempo muerto y dos movimientos de Ponsarnau; Tobey y Colom dentro y Dubljevic y Vives fuera. Malas decisiones, sobretodo la de los pivots. El de Tàrrega lo deshizo 90 segundos después pero el Estrella Roja ya se había puesto por delante (73-71) y el Pionir sacó el colmillo. Lo de Tobey es preocupante. Dubljevic lleva dos partidos seguidos, Vitoria y Belgrado, vaciándose sin premio porque está solo ante el peligro. Su relevo natural no ha aportado nada en las dos derrotas seguidas (con Tobey en pista se acumuló un -21 entre el Buesa y el Pionir). Ponsarnau eligió muy mal el momento de hacer descansar al montenegrino.
Estrella Roja
Brown (19), Baron (8), Blazic (14), Simanic (4), Kuzmic (-) -cinco titular- Covic (-), Davidovac (-), Faye (4), Dobric (3), Gist (6), Jenkins (9) y Ojo (9)
76
-
73
Valencia Basket
Vives (4), Marinkovic (11), San Emeterio (-), Labeyrie (4), Dubljevic (22) -cinco titular- Colom (-), Loyd (6), Ndour (9), Abalde (10), Tobey (4), y Doornekamp (3).
Parciales: 17-19, 20-22 (37-41), 23-10 (60-51), 16-22 (76-73)
Árbitros: Gkontas (GRE), Mantyla (FIN) y Zamojski (POL). Sin eliminados.
Incidencias: partido correspondiente a la undécima jornada de la fase regular de la Euroliga disputado en el pabellón Aleksander Nikolic ante 6.087 espectadores. El partido estuvo parado durante 50 minutos por un problema técnico con los marcadores.
Con 73-73 y el rival en bonus Vives falló a 25 segundos del final el tercer triple seguido de su equipo con el encuentro igualado. Al Estrella Roja le quedaba la posesión íntegra para el último ataque. Un regalo que no se esperaban cuando Dubljevic les había mandado casi a a la lona unos minutos antes. En la Euroliga los regalos no se rechazan y Brown ajustició una derrota que hace mucho daño puesto que Belgrado, por el nivel del rival, era una pista donde ganar. El balance de los taronja fuera de casa en la Euroliga es de 0-5 y el global de 4-7. La siguiente parada... el WiZinc Center.
Cuando el sonido de la sala Pionir comenzó a fallar en la presentación no fue el mejor presagio. Tras el 11-4 a 5:35 para el final del primer cuarto se produjo un apagón general en la mesa que afectó a todos los marcadores. Lo que parecía una avería normal se convirtió en un problema. A los 50 minutos volvió la toma de corriente... y se reanudó un partido donde el Valencia Basket se centró con el parón y volvió con mucha mejor cara que su rival. Hasta el descanso, más allá de que el parcial fue de 26-37, la valoración, que antes del parón era de 13-1, se fue con un estirón de 25-48 hasta el 37-41. Con un Dubljevic dominador, se marchó con 10 puntos al descanso, y con un Marinkovic a lo Caballo de Troya, fue el foco de la atención en los primeros 8 minutos para no volver en la primera parte, el Valencia Basket amasó una renta desde que dejó de perder balones (llevaba 6 con el 15-15) hasta poner una máxima (33-39) para terminar la primera parte 37-41. Un horroroso tercer cuarto, con 30-1 en la valoración, 7 pérdidas y 23-10 de parcial (60-51) dejó a los taronja tocados pero con una vida extra que dejaron escapar cuando no supieron cerrar la victoria. Una más fuera de casa.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.