juan carlos villena
Lunes, 6 de enero 2020
Partido en día de Reyes y frente a un rival que permanece invicto en casa: 18 partidos y otras tantas victorias acumula el Real Madrid en su guarida. La misión es de Euroliga, esto es, brillar frente a uno de los gigantes del baloncesto del viejo continente. El equipo de Pablo Laso, líder en la máxima competición, llega con bajas pero será igual de duro. Pondrá a prueba una trayectoria en ascenso de un Valencia Basket que puede disipar todos los nubarrones en su camino hacia la Copa del Rey.
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La borrasca que desató la derrota en Manresa amainó horas antes de las cabalgatas. Si aquel día los magos amenazaban con traer carbón, ahora se acaricia el oro, incienso y mirra, tesoros equiparables a un billete para la Copa en el baloncesto. Se da por hecho que los grandes van a disputar la competición del K. O.. Error. Que se lo digan al Baskonia, cuya derrota, precisamente contra el Manresa, le deja fuera del torneo.
Menos a los dos gigantes, la Euroliga genera ilusión pero también desgaste. Baskonia y Valencia Basket lo han acusado en la ACB y esto lo han aprovechado Zaragoza y Tenerife para asegurar antes que ellos su presencia en la Copa. Los taronjas están aún a tiempo de evitar el desastre. De hecho, necesitan una victoria, hoy en Madrid o frente al Joventut en la Fonteta. Con su buen averaje, un triunfo sellaría virtualmente el pasaporte. Eso sí, perder los dos abocaría a la ruina.
La derrota del Gran Canaria en casa del Real Betis, colista hasta ayer, benefició a los equipos que están con ocho victorias, entre ellos el Valencia Basket. Canarios y taronjas, junto a Andorra, Bilbao Basket, San Pablo Burgos y Joventut pelearán en la última jornada por las tres plazas que quedan vacantes para la Copa. Los de Ponsarnau son el único equipo al que resta un segundo partido, el de la jornada que se completa hoy.
Ese 18-0 puede otorgar garantías a sus rivales... pero los partidos hay que jugarlos. Lo viene demostrando el Valencia Basket para colocarse entre los mejores de la Euroliga. Ponsarnau precisamente se fija en el partido que se perdió en Madrid de la máxima competición (111-99): «Creo que en ese momento ya estábamos bien, especialmente en ataque. Necesitamos ser más consistentes en todo respecto a ese partido porque si no el Madrid va a encontrar sus momentos para hacernos mucho daño».
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El
En las tres decisiones clave del tiempo reglamentario los valencianos no tuvieron suerte. El Instant Replay decretó que la posesión era blanca, con 75-76, en una disputa entre Abalde y Tavares a un pase de Dubljevic. Ya con el 76-76, el capitán taronja reclamó con rabia una falta de Tavares con el cuerpo sobre su posteo que terminó con balón perdido de Dubljevic,
Real Madrid
Campazzo (17), Causeur (13), Taylor (11), Thompkins (12), Tavares (2) -quinteto inicial-, Rudy Fernández (22), Garuba (4), Carroll (2), Mickey, Laprovittola y Mejri (2).
85
-
78
Valencia Basket
Loyd (2), Van Rossom (11), San Emeterio (10), Dubljevic (11), Labeyrie (5) -quinteto inicial-, Colom (8), Ndour (9), Abalde (16), Tobey (2), Doornekamp (4), Sastre y Vives.
PARCIALES: 26-19, 14-21 (40-40) -descanso-, 16-27 (56-67), 20-9 (76-76) y próroga: 9-2 (85-78).
Árbitros: José Antonio Martín Bertrán, Luis Miguel Castillo e Iyán González Gálvez. Sin eliminados.
ASISTENCIA: Decimosexta jornada de la Liga Endesa disputado en el WiZink Center (Palacio de los Deportes) de Madrid ante 7.256 espectadores.
En el tiempo extra, los visitantes no lograron somatizar el golpe en los primeros minutos y el Real Madrid olió la sangre para matar el encuentro. Ese ADN es de aspirante a ganar la Euroliga. Dos triples de Rudy Fernández, el jugador clave de la remontada blanca, y de Thompkins sentenciaron la victoria (83-76) cerrando el parcial en un 29-9 en 12 minutos arrastrados de juego. Un golpe al mentón.
El análisis equilibrado no puede hablar de robo. Nunca lo hay puesto que asumir eso es asumir que el deporte se acabó. Sí que se pueden hablar de fallos, aunque en el actual baloncesto lo moderno es hacerlo sólo sobre entrenadores y jugadores. Si ellos fallan vale la crítica. Si lo hacen los árbitros no vale. Es incorrecto. Impopular para los puristas. El Valencia Basket no perdió en Madrid por los árbitros. Lo hizo por muchos fallos. Los primeros, los más graves, propios. De Ponsarnau, por la gestión del último cuarto, y de sus jugadores que no supieron leer lo que necesitaba el partido en ese momento. En las decisiones clave tampoco estuvieron finos Martín Bertrán, Castillo y González Galvez. Como Ponsarnau, Colom o Loyd. Fallaron. Del 26-19 del primer cuarto que recordó a la locura de la cita en Euroliga se pasó al 40-40 al descanso. El Valencia Basket había encontrado la fórmula, con el poso de Van Rossom, Abalde y Ndour, y estiró su mejor momento hasta un parcial de 18-37 desde el final del primer cuarto (44-54) que llegó al citado +13. Todo se vino abajo por una mala gestión final que pone en peligro la Copa del Rey de Málaga.
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