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REDACCIÓN
San Petersburgo.
Viernes, 17 de enero 2020
El Valencia Basket regresó anoche a España de la gira más larga de su historia continental -nunca había disputado dos partidos seguidos en Rusia teniendo que dormir a tantos miles de kilómetros de casa durante cuatro noches- con dos victorias. Con dos llenos en el estadio si hiciéramos el símil con alguna gira de una estrella del rock. Todo ello con las bajas de Tobey y Dubljevic. Sin sus dos torres parecía imposible que el Valencia Basket pudiera rascar las dos victorias de la gira. Si algo se está empeñando en demostrar esta temporada los taronja, en su espectacular crecimiento en la Copa de Europa, es que nada es imposible. En otra puesta coral, con una rotación de diez puesto que Colom y Sastre no saltaron a la pista, el conjunto de Ponsarnau pudo cortar las vías de agua que podía encontrar el Zenit en el juego interior para templar los nervios en los últimos minutos y llevarse un triunfo que le mete, de lleno, en la lucha por el playoff. La victoria llevaba pareja el premio gordo de meter la cabeza por primera vez en la zona del 'top 8' de la Euroliga. El balance equilibrado (10-10) habla de un equipo que ha sido capaz de sacar adelante 9 de los últimos 13 partidos de la Euroliga y 4 de sus últimas 5 visitas, un récord de la entidad en la máxima competición. La próxima semana, en el final de la gira rusa, su derecho a soñar le llevará a visitar al actual campeón del torneo, el CSKA.
El Zenit le ganó el rebote al Valencia Basket, algo que parecía claro con las bajas de unos y el poderío de otros en la pintura, pero sus 18 rebotes en ataque no le dieron el triunfo. La clave fue la concentración que mantuvieron los hombres de naranja cuando Hamilton y Ayón estuvieron en plan martillo pilón contra su aro. El mal partido de Will Thomas, todo hay que decirlo, también resultó de ayuda. El momento caliente el encuentro recordó al final frente al Khimki. El Zenit apretó al extremo, con un parcial de 10-0, para empatar (74-74) a falta de cuatro minutos. Ndour respondió (74-76) y Doornekamp dio el primer golpe (74-79). No fue el último del canadiense, otro de los hombres de reparto que han sido clave para terminar la gira con dos territorios conquistados (nunca habían ganado los valencianos en San Petersburgo). Con 76-81 Doornekamp recibió el balón y tuvo la sangre fría de hacer volar a su defensor y meter un triple limpio dando un paso atrás (76-84). Golpe al mentón a un Zenit que intentó la remontada desesperada (81-84)... pero que se encontró con una falta de Albicy, con bonus, a Van Rossom que le dejó en sus manos la oportunidad de sentenciar el partido. Joan Plaza no se lo podía creer. El belga aceptó el regalo (81-86) y con una buena defensa final sobre el propio Albicy se cerró una victoria que desató la locura tanto en el banquillo como en la primera fila de la grada de tribuna, donde estaban sentados los valientes que se desplazaron desde Valencia para presenciar la gira rusa. El tercer concierto, como suele pasar siempre, es contra el cabeza de cartel. Frente al CSKA intentarán los taronja un tres de tres en Rusia en una semana que no tiene precedentes en la entidad.
Los visitantes comenzaron mandando (4-9) pero el músculo de Ayón y Zubkov le creó muchos problemas en el rebote a los taronja (16-11). El Valencia Basket encontró a Abalde y Marinkovic para salir de esa trampa en el primer cuarto (16-20 con un 0-9) y al descanso (44-46). Motum fue clave en el tercer cuarto. El australiano se marchó con doce puntos y con sus compañeros puestos en pie. El 51-63 parecía definitivo. En el periodo decisivo, un roce entre Ayón y Labeyrie terminó en un caliente cara a cara del francés con Ponsarnau, que le sentó para no volver. La discusión, muy subida de tono, terminó con una censura clara del técnico en declaraciones a Radio Intereconomía Valencia: «Perdió la concentración y también lo hizo en compromiso». Una anécdota, esperemos que se quede en eso, que no empañó una victoria muy trabajada, en el barro, que deja a los valencianos en puestos de playoff de Euroliga.
Autocrítica en los despachos para valorar el complicadísimo sorteo de la Copa del Rey que enfrentará al Valencia Basket con el Barça mientras el Real Madrid aparece en el horizonte de las semifinales. Chechu Mulero fue muy claro en ese sentido. «El sorteo es complicado pero la lotería de Navidad siempre cae en Manises y a nosotros nos ha tocado el Barça. Ha caído así y ya está. Su hubiéramos quedado entre los cuatro primeros de la primera vuelta no nos hubiera tocado el Barça», apuntó Chechu Mulero, director deportivo taronja, a este periódico desde San Petersburgo.
El director deportivo insistía, pese a los dos triunfos consecutivos, en que le habría gustado más «jugar los dos partidos de Moscú y viajar luego a San Petersburgo. Ha sido casualidad que la semana que viene juguemos contra el CSKA, pero lo que estaba claro es que jugaríamos dos seguidos en Rusia. Lo conocíamos y no hay más que discutir». Mulero se mostró muy satisfecho de la respuesta del Valencia Basket en esta gira: «El equipo está peleando de lleno con la ilusión de estar entre los ocho primeros. La Euroliga da la vuelta cada quince días y lo importante es estar vivos en la línea actual de competir todos los partidos».
Respecto a la rotación, el director deportivo asume que las bajas forman parte del juego. «No podemos pensar es que los 14 jugadores rindan al máximo todos los partidos, más que nada porque sólo pueden jugar 12. Lo que tienen que estar es preparados. Motum no es el único que ha tenido altibajos», dijo Mulero, que como Ponsarnau espera cuanto antes a Dubljevic: «La recuperación va por buen camino. Es cierto que Dubljevic ha padecido de los tobillos e hizo un esfuerzo extraordinario para jugar ante el Joventut, espero que esté pronto».
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