Para afrontar una Copa del Rey es clave, además de un buen tono físico, estar de dulce en la ACB. Para lo primero habrá que esperar en el Valencia Basket, que sigue con Marinkovic de baja, con Dubljevic que volverá esta semana a la dinámica del primer equipo si no hay ningún susto y con la carga de esfuerzos en las piernas con el calendario apretado que ayer se notó, y mucho, en la segunda parte en Burgos. Lo segundo –a tres semanas y media para que se juegue el torneo en Madrid– sí que está en buena proyección. Los valencianos sumaron este domingo su novena victoria seguida en la ACB, la tercera mejor racha del club en la última década, y empataron en la quinta plaza con el San Pablo Burgos. El séptimo ya está tres por debajo del 13-6 de los de la Fonteta y el cuarto, el Baskonia, a dos (15-4). Ahí está el objetivo de la segunda vuelta, ser cabeza de serie en el playoff.
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Puentes y Mulero representarán al Valencia Basket en el sorteo de la Copa que se celebrará este lunes en la pista central del WiZinc Center a las 11:30 horas. Real Madrid, Barça, Iberostar Tenerife o Baskonia será el rival en cuartos. Para llegar a la extracción de las bolas con una sonrisa, los taronja lograron cerrar el domingo una victoria sobria donde tuvieron que lidiar con una fundida de plomos en el tercer cuarto que puso en peligro el buen trabajo inicial. Un 0-12 entre la última jugada del tercer cuarto (un triple de Vives) y el inicio del último (del 60-59 al 60-71) permitió a los de Ponsarnau tener un colchón que supieron gestionar, con los tiros libres, para llevarse el triunfo.
La sociedad formada por Labeyrie y Derrick Williams permitió al Valencia Basket dominar la primera parte en el Coliseum, aunque los despistes defensivos y la inusual falta de acierto en el tiro libre (2 de 6) le impidieron abrir más hueco que el 35-40. Entre el francés y el americano (que se marcó un mate de concurso a dos manos haciéndole un póster a Salash) facturaron al descanso 22 puntos, 9 rebotes y 33 de valoración. Con Kravic con tres faltas, mantener esa producción se mostraba como una de las claves en el arranque del tercer cuarto. El problema es que Williams dio un bajón en la segunda parte pero Labeyrie se multiplicó. El francés sigue de dulce y terminó el partido con 21 puntos y 32 de valoración. Muy sólido.
El San Pablo apretó los dientes y logró remontar (53-50) pese a su falta de acierto, gracias a su único jugador inspirado, con McFadden anotando 6 de 12 en triples y el resto de su equipo 2 de 18. La salida de San Emeterio, con un +19 en la estadística del +/- en pista, y de un Hermannsson que enlazó varios minutos de lucidez en la creación de juego permitió al Valencia Basket ese estirón que le permitió, pese a que el Burgos rebajó al 78-83, a falta de un minuto, conseguir un triunfo que nunca peligró.
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