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Ni se escuchan los crudos botes del balón en la Fonteta ni tampoco en l'Alqueria. El Valencia Basket, como tantos otros, decidió que sus deportistas se refugiaran en casa a la espera de nuevas órdenes. Al equipo masculino, el estallido de la crisis le cogió en Estambul y al femenino, en Bélgica, pocas horas antes de afrontar uno de los partidos más importantes de su historia. El equipo entrenado por Rubén Burgos regresó a casa con la cabeza gacha, dándole vueltas al calendario para ver cuándo permitirían jugar su cruce de cuartos de final de la Eurocup contra el Castors Braine. El viernes por la noche salió de dudas: nunca.
La FIBA anunciaba el cierre de sus competiciones, entre ellas la que estaba paladeando el Valencia Basket. Ni aplazamientos ni medias tintas, el torneo puso punto y final cuando todavía quedaban ocho equipos en liza. El sueño continental quedó así roto para Anna Gómez, Irene Garí, Tamara Abalde, Parks y compañía, que a partir de ahora deberán esperar al fin del aislamiento para regresar a la pista y prepararse para los encuentros decisivos de la Liga Femenina Endesa.
El Valencia Basket no tardó en responder a la exigencia de una competición en la que era debutante. En la fase de grupos, pleno de victorias (seis) en su batalla a doble partido contra Olympiakos, Namur y VBW Lenglend. Su condición de invicto le permitió saltarse una eliminatoria para ingresar directo en los 1/16 de final. Ahí sufrieron las chicas de Burgos pero acabaron remontando en casa contra el WBC Enisey. Los octavos fueron algo más sencillos: Valencia Basket ganó ida y vuelta al Lointek Gernika Bizkaia (+32 entre los dos encuentros) para encuadrarse con el Castors Braine en la pelea por un sitio en semifinales.
El conjunto belga era, a priori, un duro hueso de roer puesto que bajaba a la Eurocup desde la Euroliga tras un discreto papel. Aún así, el Valencia Basket estaba convencido de sus armas, entre ellas y quizás la más poderosa, la de disputar la vuelta de los cuartos de final ante su público. «Pensamos que es muy importante sacar un buen resultado para hacer valer el factor cancha que mantenemos en la Fonteta. Pero también somos conscientes de que nos medimos a un equipo que tiene muchos puntos fuertes tanto en ataque como en defensa», explicaba Burgos antes del encuentro en Bélgica. El entrenador admitía que haber llegado a estar entre los ocho mejores como debutante era un éxito, pero que aún tenían mucho que decir en la competición.
El Valencia Basket se hubiera cruzado en una hipotética semifinal al ganador del Venecia-Girona y por la otra parte del cuadro quedaba el cruce más fuerte (Perfumerías Avenida-Dynamo Krusk) y el Basket Landes contra el Carolo. El sueño de estar presente en las dos últimas rondas se esfumó y el conjunto taronja se centra (cuando se reanude la competición) en defender su cuarta plaza liguera que le permite contar con ventaja de campo en el playoff por el título.
En la sección masculina, el varapalo de la crisis, de momento, no ha sido tan duro a nivel continental. La Euroliga aplazó partidos (el Valencia Basket tiene ya tres pendientes) pero no canceló la competición aunque se contemplan todos los escenarios. El club se encuentra a la expectativa –todavía no hay cifras económicas sobre las posibles pérdidas– y el equipo, en casa después de que el ‘parón’ de llegara en uno de los peores momentos de la temporada. Cuatro derrotas consecutivas han sacado al Valencia Basket del top8 (está a un triunfo de distancia a falta de seis jornadas), la zona que le abre de nuevo las puertas de la Euroliga la próxima campaña.
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