Terceros y el Baskonia de rival

El Valencia Basket cumplió con su parte, que era ganar en Santiago para certificar la tercera plaza. Lo hizo, con más sufrimiento del esperado por el desarrollo del partido, para terminar la Liga ACB con un balance de 23-11. Conviene, en un deporte enloquecido por los calendarios, poner un poco el pause y ponderarlo. No para celebrar nada en el Ayuntamiento pero sí para reconocer el trabajo de una plantilla, y un cuerpo técnico liderado por Peñarroya, que un año marcado por brotes de Covid y una lista eterna de lesionados, sólo ha quedado por detrás en la carrera regular por el Barça y el Real Madrid, dos equipos de Final Four de Euroliga.

Lo otro, el rival, no dependía de los taronja y la victoria de la Penya en el Buesa determinó que el cruce de cuartos será con el Baskonia. Sería precioso que en ese duelo hubiera una plaza para la Copa de Europa en juego. Pero eso ya es una utopía de ilusos.

El gran protagonista del partido fue Albert Oliver. El catalán debutó en la ACB un 19 de octubre de 1997 y colgó las botas un 14 de mayo de 2022. Los dos partidos contra el Valencia Basket, que hace 25 años se llamaba Pamesa. El de Tarrassa llegó a ser capitán del conjunto valenciano, en su etapa entre 2006 y 2009, y compañero de vestuario de Claver. También de Peñarroya. En el ecuador del primer cuarto se paró el partido para que un emocionado Oliver recibiera el homenaje a una carrera de 675 partidos en la ACB, séptimo de la historia de la Liga, y donde a sus 43 años será el segundo en longevidad. Antes de agradecer, micro en mano, al baloncesto por haberle permitido ser «tan feliz» se fundió en un abrazo con su mujer Cristi y sus hijos Marc, que nació en Valencia, y Aina, que fue la que se quedó, también muy emocionada, con el cuadro que le obsequió el Valencia Basket a su padre, de la mano de Claver.

Los taronja dejaron escapar dos grandes rentas en el partido. Del 20-37 en el segundo cuarto se pasó al 44-48 en el arranque del tercero. Reaccionaron los de Peñarroya hasta un 60-76 al inicio del último que parecía definitivo. El Obradoiro, con un parcial de 22-4, puso el 82-80 que arregló Dubljevic con cuatro puntos seguidos (82-86). Scrubb aún tuvo dos tiros para forzar la prórroga a falta de dos segundos (85-87) pero falló uno.