Berni Álvarez, el bombardero del Pamesa campeón de la Copa del 98, es concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Tarragona por el PSC | El exjugador tiene clara su receta para salir del buche del procés: «No queda otra que el diálogo»
Bernardo Álvarez Merino (Reus, 1971) sigue siendo en la actualidad el noveno jugador con más partidos en la historia del Valencia Basket, aunque cuando Berni se ponía su camiseta era el Pamesa, con 274 (174 en Liga ACB, 51 en europa, 8 en Copa y 41 en EBA), el noveno máximo anotador de la historia del club, con 2.447 puntos y el quinto máximo triplista, con 380 triples. Es ahí, donde el maestro Miki Vukovic supo explotar al máximo el rol del bombardero. Tras su retirada del basket profesional su vida ha demostrado sus múltiples inquietudes. Vinculado al mundo del basket como técnico del Basquet Tarragona de LEB Plata donde acumula once años como primer entrenador y con la FEB como entrenador de sus selecciones de formación, tocó el mundo empresarial con algún pequeño negocio en Tarragona y, en la actualidad, es concejal de la oposición del Ayuntamiento de Tarragona con el PSC.
El exjugador atiende a LAS PROVINCIAS antes de un pleno municipal y desvela de dónde nace su inquietud política: «Siempre, en lo que es Tarragona ciudad, he tenido inquietud a nivel municipal. Siempre he estado atento al tejido social. Vinieron un par de veces a buscarme varios partidos políticos hace años, no consideré que era el momento y cuando me lo propuso el PSC, veníamos después de los Juegos Mediterráneos donde se dejaba un legado de infraestructuras, tuve esa inquietud de ayudar a gestionarlos. Entré como independiente, ganamos las elecciones pero el pacto de gobierno nos dejó fuera. Ahora estoy pendiente del tema deportivo y comercial de la ciudad». El actual alcalde de Tarragona es Pau Ricomà, de ERC.
¿Qué cambiaría de la política si pudiera? «Creo que lo que falta muchas veces es tener la mente más abierta y no pensar que por venir una cosa de un partido que no sea el tuyo ya no puedes asumir cosas que estén bien o propuestas que sirvan para mejorar el día a día en este caso de Tarragona. La gente que nos dedicamos de una forma u otra a la política debemos hacerlo para eso, para intentar mejorar la vida de las personas. Es cierto que desde la oposición lo veo en ocasiones como algo frustrante. Hay cosas que propones que piensas que están bien y que son rechazadas por venir de donde vienen, que ni se escuchan».
Berni Álvarez no es político de carrera. Desde la calle, entiende la visión que una buena parte de la población tiene de hartazgo por todo el ruido político y los casos de corrupción: «La profesión política necesita dignificarse un poco en el sentido de que hay muchos ejemplos de políticos que no lo han hecho bien y eso ensucia en general la visión que tiene la gente de la política. Me parece normal que estén un poco cansados y con un punto de hartazgo. Pero también hay mucha gente que tiene muchas ganas de trabajar y de esto también hay que hablar. Esa es la gente que necesita la política. Es la vía en la que me gustaría que me identificaran. En eso estoy, me llevo bien con todos los partidos. El espíritu del deporte, del deportista, debería estar ligado al político. Nosotros venimos del trabajo en común y ojalá hubieran muchos deportistas con ganas e inquietudes políticas. Tenemos un carácter con más capacidad de comprensión».
El tarraconense se pone serio cuando se le pregunta por el procés. Su receta para superar la situación, es clara: «No queda otra que el diálogo y volver a los cauces de la buena comunicación. En Catalunya llevamos mucho tiempo en una situación que no se desbloquea y que se retroalimenta en cada elección. No tiene sentido que por ejemplo a nivel municipal pese más el estar en un bloque u otro que las políticas del día a día que necesita una ciudad. Eso es preocupante y peligroso. Hay que buscar soluciones consensuadas porque seguir en este bucle no nos lleva más que a la frustración y a más años de tiempo perdido, tanto para un bloque como para el otro. Los que venimos del deporte sabemos que no se puede trabajar bien cuando estás frustrado porque no tienes claridad de ideas para tirar adelante. En una situación tan complicada como la que tenemos ahora y la que vendrá cuando pase la pandemia a nivel económico hay que tener las ideas claras».
Cuando se le pregunta si sus jugadores le sacan el tema político en el vestuario hace una pequeña broma con un «me respetan demasiado» pero acaba haciendo una reflexión que llega hasta la familia: «La suerte que tengo es que son chicos muy jóvenes y a algunos los he entrenado desde que tenían once años. Con algún veterano sí que comentamos alguna cosa. En el equipo tenemos de todo, de todo tipo de ideas. Cuando me junto con mi familia también tenemos posturas diferentes a nivel político y las podemos hablar tranquilamente. El problema es que cuando nos sentamos los políticos, esa capacidad que tenemos a nivel familiar o de grupo de amigos de dialogar y debatir no existe. Eso es lo que hay que cambiar. Dialogar y llegar a acuerdos debería ser una obligación».
Berni Álvarez también sufre los efectos económicos que la pandemia está generando en el deporte. «La situación en bastante dramática. En LEB Plata podemos competir pasando test de antígenos cada semana pero las categorías que están más abajo y para la cantera es un drama. Al final eso revierte en que los chicos que de por sí entrenan ya poco tienen menos capacidad de progresar y repercute en una bajada de ingresos para el club desde el tema de las cuotas a los patrocinadores. Todo se ha venido abajo», sentencia.
Una charla con uno de los jugadores más carismáticos de aquel Pamesa de finales de los 90 no puede terminar sin recordar la figura del maestro Miki Vukovic, fallecido el pasado 15 de enero a los 76 años: «Fue un referente para nosotros. Nunca habrá una persona como él, es irrepetible. Cada día que pase su legado será más grande y con los años se verá mucho más que lo que hizo en Valencia tanto en el baloncesto femenino como en el masculino fue algo épico. En el Pamesa subimos todos desde la EBA y siguió apostando por nosotros. Incluso nosotros pensábamos que iba a llegar el momento en el que apostaría por jugadores de fuera y fue todo lo contrario, siempre nos defendió. En ocasiones cumplir esa palabra no es fácil y él lo hizo. Más que recuerdo tengo para él gratitud».
Para Berni Álvarez, lo que hacía especial al genio de Kraljevo era la capacidad psicológica con sus jugadores: «Te hacía tener una mentalidad invencible. En mi caso me decía que tenía que ser el mejor tirador de España, que iba a serlo y que lo único que tenía que hacer era estar horas y horas practicando. Me hacía saltar a la pista teniendo la sensación de que era el mejor tirador de la ACB. A todos nos hacía creer en el grupo que cada uno era el mejor en lo suyo. El título de Copa del 98 fue el mejor ejemplo, nos hizo creer que éramos capaces de ganar a cualquiera».
Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
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