La visita a La Seu d'Urgell era el partido trampa de una semana viajera para el Valencia Basket con las bajas de Carrera y Ouviña. El conjunto catalán, cuarto con un balance de 7-3 tras el triunfo, está siendo la gran sensación del inicio de temporada situándose sólo por detrás de los tres equipos llamados a luchar por los títulos. Las de Bernat Canut dieron el golpe ante un Valencia Basket con poca energía que no supo, o pudo, aprovechar la derrota del Avenida en casa contra el Girona para volver a coliderar la Liga Femenina junto al equipo de Salamanca. El crecimiento como club tiene estos efectos colaterales. Ahora, los equipos afrontan los partidos contra las taronja con el ánimo de la machada. Lo mismo que ocurría el primer año de las valencianas en la competición cuando se enfrentaban al Girona y al Avenida. De ahí la celebración de la plantilla y el cuerpo técnico del Cadi saltando en corro en la pista tras tumbar al Valencia Basket.
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El partido fue un calco de lo vivido la pasada temporada en La Seu pero con una gran diferencia; el rendimiento de Allen. Aquella tarde, un descomunal último cuarto de la australiana sirvió para sellar la victoria. Ayer, terminó desquiciada y expulsada por una dudosa quinta falta cometida en los segundos finales (con una tarjeta de -2 de valoración y 1 de 6 en tiros de campo). Cuando tienes a dos puntales fuera de combate (Ouviña y una Carrera que pasará por el quirófano si no hay milagro en la última prueba) es demasiado peaje un mal partido del referente ofensivo. Una omnipresente Gülich (15 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias, 5 robos y 23 de valoración) no fue suficiente para apuntalar una versión ofensiva atascada (15, 16, 16, y 13 los puntos anotados en los cuartos).
Pese a todo, el Valencia Basket tuvo opciones de victoria pero tras su último estirón (55-58) todo fueron malas decisiones y falta de acierto. Con 60-60 el marcador no se movió tras tres fallos visitantes. Con la quinta falta de la australiana, Pujol subió el 62-60. En el siguiente ataque, las taronja ni siquiera lograron tirar antes de que sonara la bocina de posesión. Restaban 28 segundos y la decisión técnica fue la de defender el ataque de La Seu e intentar forzar la prórroga o ganar en el último tiro. No salió bien. Una canasta al límite de Pivec decidió la victoria local (64-60).
Tras el 9-4 inicial, el Valencia Basket se agarró con un parcial de 0-8 (9-12) pero quedó claro que no iba a ser una matinal fluida de las taronja. Con la máxima renta del Cadi (25-17) saltaron las primeras alarmas que seguían activas al descanso (33-31) y al final del tercer cuarto (47-47). Con 50-53 llegó el momento clave. Las de Burgos no lograron romper un partido que arrancó con el comunicado del club que anunciaba que Trahan-Davis viajará a EEUU por motivos personales y La Seu se lo acabó llevando. «Hay muchas cosas detrás que influyen: el estado físico, mental e individual de las jugadoras, el entrenador, el entorno… y pienso que después no todo eso se ve en el campo», dejó caer Burgos.
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