La Euroliga no cierra la puerta a que el Valencia Basket juegue la próxima edición

La otra batalla, la del corto plazo, es más complicada para los taronja pero aún no es una puerta cerrada. Esa es otra de las conclusiones que deja la Final Four. Si el Alba Berlín pretendía utilizar la sede como un músculo evidente, su imponente Arena, no ha servido. El conjunto alemán sigue esgrimiendo un documento, firmado en su momento por Jordi Bertomeu, que le otorga una prórroga de su licencia para la temporada 24-25 pero esa plaza aún no la tienen confirmada por la Euroliga. Es más, encima de la mesa tienen la comunicación de que es posible que tengan que hacer frente al pago de un canon como el resto de equipo con wildcard, de un mínimo de 750.000 euros. El propio Motiejunas, en una entrevista durante la final en Movistar Plus, reconoció que el Valencia Basket es uno de los equipos con opciones y al ser preguntado cuántos equipos españoles disputarán el torneo la próxima temporada contestó: «Tres seguro y ya veremos si cuatro». La decisión sobre las invitaciones se tomará en el Board de la Euroliga que está fijado para el próximo 18 de junio, aunque puede variar la fecha.

El caso que apunta a clave para las opciones de los valencianos (con el Estrella Roja con plaza al ganar la ABA y el Partizan como invitado casi asegurado) es el caso del París Basketball. El campeón de la Eurocup aún no ha asegurado a la Euroliga que vaya a participar, tal y como ha podido confirmar este periódico, aunque es cierto que la dirección del torneo está poniendo todo de su parte para llegar a un acuerdo con el club francés. Por dos motivos claros; el no dar la sensación de que es imposible subir a la Euroliga (el Gran Canaria ya renunció en 2023) y porque es avanzar en el camino con una de las ciudades que también están en mente en la expansión de 2025. El valenciano Álex Requena, director de desarrollo estratégico del París Basketball, ya dejó claro en una entrevista en LAS PROVINCIAS, el pasado 7 de mayo, que deben hacer números antes de tomar una decisión: «Nuestro caso es diferente al del Gran Canaria el pasado año pero todo se acaba resumiendo en lo económico. Jugar la Euroliga supone una inversión tremenda, no sólo en gasto de plantilla sino de organización, recursos humanos o logística. Si juegas la Euroliga quieres ser competitivo, no jugar por jugar. Queremos ir con humildad pero haciendo las cosas lo mejor posible. Estamos en el proceso de sacar cuentas».

En el caso de París entre en la Euroliga, las opciones del Valencia Basket para conseguir una wildcard para la temporada 24-25, que la Euroliga ya sabe que en la Fonteta están dispuestos a sufragar, pasan por la salida del Alba Berlín o, la opción más remota, por las dudas que presentan la Virtus, con la retirada de su patrocinador principal en el caso de que implique una rebaja sustancial del presupuesto para el proyecto deportivo, o el espinoso caso del Maccabi. Más allá del debate que varios clubes propietarios ya han puesto encima de la mesa, como el Fenerbahce o el Anadolu Efes, de si se debe suspender temporalmente al conjunto de Tel Aviv hasta que no pare su ofensiva bélica en Gaza. En un escenario de reconocimiento de Palestina como estado por parte de los países que tienen clubes en la Euroliga aumentaría esa presión. En el caso de España tiene tres equipos con Licencia A. El Maccabi tiene un problema añadido, que es lo insostenible que es su situación porque ha perdido el ticketing jugando sus partidos en Belgrado. Esa es su fuente de financiación propia más potente. Esta temporada ha sido el estado de Israel el que ha compensado esa pérdida con una inyección económica pero la intención es que la temporada que viene se jueguen los partidos en Tel Aviv. Algo que debería pasar por una votación del Board. La última vez que se pronunció al respecto, la unanimidad fue la de pedir al Maccabi que jugara sus partidos fuera de su territorio para garantizar la seguridad de todos los equipos participantes.