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El Valencia Basket, una vez eliminado de las semifinales de la ACB, ha comenzado la planificación de la temporada 2020-2021. La primera decisión que tomará es sobre el banquillo, donde aún no hay tomada una resolución sobre Jaume Ponsarnau, que ya ha declarado que quiere seguir. Con el técnico de Tàrrega hay algunas dudas generadas por una temporada donde el ratio de victorias fue del 48% (balance de 29-32) pero se pondera la consecución de los objetivos deportivos. El primer año, título de la Eurocup, billete para la Euroliga y Top 4 en la Liga Endesa y en el segundo tercera plaza en la ACB y billete para la Euroliga con el asterisco del parón por el coronavirus cuando el equipo estaba a una victoria de los puestos de Top 8.
Con respecto a la plantilla, la intención es volver a hacer un equipo largo de catorce jugadores y la previsión es de profunda renovación. Siete jugadores acaban contrato y uno de los que no, Motum, no cuenta con lo que se activará su opción de corte. Con otros dos cuatros de la plantilla también sin contrato, Labeyrie y Ndour, el Valencia Basket se acerca a la contratación de Anthony Gill (2.04 y 27 años) procedente del Khimki, tal y como informó Eurohoops. El perfil del jugador es del agrado del club en las últimas temporadas y en la última edición de la Euroliga promedió 8,3 puntos, 4,5 rebotes, 10,3 de valoración y un 44% en triples. Si se consuma ese primer cambio, Gill por Motum, será una declaración de intenciones. Una de las claves del nuevo Valencia Basket será aumentar el músculo de la plantilla. Un aspecto fundamental para participar en la Euroliga tal y como ha quedado demostrado esta campaña.
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