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El histórico 2017 para el Valencia Basket no podía despedirse de ninguna otra forma que con una victoria. El símbolo que más ha acompañado al conjunto taronja, pese a los golpes y a la última mala racha en la Euroliga, en un año para el recuerdo. Los valencianos ataron ayer su billete virtual para la Copa del Rey de Gran Canaria, con su balance de 10-3, algo que se convertirá en matemático en las próximas jornadas. Con la inapelable victoria ante la Penya, el ahora equipo de Txus Vidorreta da paso al 2018 con 50 victorias en los 77 partidos disputados en 2017. Una cantidad, tanto de triunfos como de envites, que son la mejor muestra del durísimo calendario que se ha venido encima y de unos números extraordinarios, que han dejado dos títulos en las vitrinas de la Fonteta y cuatro finales de cuatro torneos disputados. Un año imponente, maravilloso
Más allá del triunfo, el Valencia Basket necesitaba cerrar las heridas con una afición que no escondió su disgusto en los dos meses de travesía por la Euroliga mientras se iban acumulando los lesionados. Desde finales de octubre, hace un mundo, los taronja no encadenaban dos victorias en la antigua Copa de Europa y en la ACB, cuando ocurrió con los triunfos ante el Unicaja y el Gran Canaria que cerraron un círculo mágico de cinco triunfos en nueve días. La confianza para la rotación de urgencias de Vidorreta es, a día de hoy, casi más importante que la calidad del juego desplegado. No hay que olvidar que 2018 comenzará con los mismos seis lesionados, para iniciar el año con tres partidos fuera de casa en la primera semana, dos frente al Unicaja, el aplazado por Navidad en la ACB y el de la primera jornada de la segunda vuelta de la Euroliga, y otro frente al Baskonia de Pedro Martínez en Vitoria.
Valencia Basket
Van Rossom (13), Rafa Martínez (19), Doornekamp (15), Thomas (10), Pleiss (5) -cinco titular- Puerto (2), Ferrando (-), Abalde (13), Rudez (8), Dubljevic (11), Green (5) y Hlinason (1).
-
81
Joventut
Richard (11), Ventura (12), Vidal (11), Gielo (2), Jordan (4) -cinco titular- Dimitrijevic (11), Birgander (12), López-Aróstegui (11), Kulvietis (2) y Nogués (5).
PARCIALES 34-22, 13-15 (47-37) -descanso-, 28-18 (75-55) y 27-26 (102-81).
ÁRBITROS Árbitros: Calatrava, García Ortiz y Sánchez Mohedas. Sin eliminados.
ASISTENCIA Partido correspondiente a la jornada 14 de la Liga Endesa disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 6.500 espectadores.
Para esa labor de intendencia, hasta que comience el regreso de los tres lesionados que no son de larga duración, el paso al frente de varias piezas del tablero es fundamental. La más llamativa en los últimos tres días ha sido la de Alberto Abalde. El 'base febril' volvió a dar una lección de compromiso frente al Joventut, el equipo que le vio crecer. Tras acabar el envite ante el Panathinaikos con un desgaste extra al disputar el partido enfermo ayer no estaba recuperado. Volvió a dar un paso al frente. El gallego, de nuevo con calentura, volvió a ser el relevo más seguro de Van Rossom en el puesto de base y completó otro gran partido, acompañado con 13 puntos y 18 de valoración en los 22 minutos que estuvo en pista. «El otro día jugó con fiebre y eso para nosotros es muy importante. Sacar jugadores no sólo con talento sino con esos valores de sacrificio». Así de claro se mostró Ocampo, el que fue su entrenador la pasada temporada, a la hora de valorar su paso al frente de taronja.
Igual de importante que el parche en el puesto de base hasta que Sergi García entre en la rotación es el paso al frente de los cuatros. Uno de ellos, Doornekamp, sigue demostrando que en Valencia juega más suelto como alero. Ayer, partiendo desde el tres, volvió a demostrarlo, con regularidad en el tiro (3 de 4 en triple y 15 puntos) y cargando el rebote. Will Thomas, más apagado que su compañero en los últimos partidos, se sumó a la fiesta en la segunda parte, completando otra buena actuación y Rudez también mejoró su prestación con respecto a la cita ante Panathinaikos. Con una rotación de nueve, tener a seis jugadores anotando diez o más puntos es un sinónimo de triunfo.
La inercia competitiva de la Euroliga, no todo va a ser negativo en el nuevo formato, se llevó por delante el primer cuarto ante la Penya. El Valencia Basket siguió con la misma intensidad y, además, arrancó con acierto (13 de 16 en tiros de campo en el primer cuarto para 47-17 en valoración). El octavo punto de Doornekamp subió el 21-7 a los seis minutos de partido. El control de partido local ya fue una tónica hasta el final, donde nunca peligró la victoria.
El Joventut respondió al final del primer cuarto (34-22) pero otro estirón de los de Vidorreta, con Abalde de base, terminó con la por entonces máxima renta (42-26 tras un mate de Doornekamp). La Penya volvió a reaccionar, de la mano de Dimitrijevic, para marcharse al descanso con el partido abierto merced a un parcial de 5-11 (47-37).
La segunda parte se inició con un triple Rafa Martínez (50-37). Toda una declaración de intenciones de un equipo al que no se le pasaba por la cabeza la opción de remontada. Cuando los catalanes soñaron con ella (51-33) un parcial fulminante de 22-7 terminó con el partido (73-50). La Fonteta, al fin, disfrutó de una tarde de fiesta. La última de 2017.
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