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El Valencia Basket eligió la peor forma de llegar a la Copa del Rey, con una sensación pésima después de una derrota clara de esas que se definen rápido con lo de que no 'bajaron del autobús'. El Bilbao Basket puso desde el salto ... inicial un nivel de exigencia, con ataques rápidos y verticales, que los taronja nunca igualaron. Por rachas, el físico de los de Mumbrú permitió bajar la renta a seis o siete puntos, pero siendo sinceros la victoria nunca peligró para los de Ponsarnau. Más allá de las bajas, tres lesionados y once en el róster, lo que queda claro es que este Valencia sólo tiene opciones de ganar partidos si defiende y tiene un nivel alto de concentración. Cuando no lo tiene, le pintan la cara.
El Bilbao sólo tuvo que hacer patente superioridad en el cinco, con Hlinason y Killeya-Jones, para pivotar desde ahí hacia la victoria. Sin Davies ni Touré, el trabajo coral es la única forma para contrarrestar este asunto. Llegó en Berlín, mucho más en Barcelona... pero en Bilbao no existió. ¿El resultado? 32-25 en el rebote y un insultante 44-20 en puntos en la pintura. La otra clave de la derrota fue la versión más previsible, la que acaba por desesperar, en ataque. Con Jones como único referente, con canastas basadas en su calidad, pero con un ataque en estático oxidado. Los taronja necesitan defender para correr. Con 69 posesiones y exteriores que amagan más que lanzan es imposible ganar. Pangos, 0 de 3 en triples, sigue en su particular bloqueo mientras que Robertson sigue sin entender que, guste más o menos, no puede buscar sus tiros como en el Obradoiro amasando el balón. Más que nada porque con Jones, Jovic o el propio Pangos siempre en pista eso no va a ocurrir. Su primer intento triple, que anotó, llegó avanzado el último cuarto.
El 6-1 de inicio fue el mejor indicio de lo que iba a venir. Con el 28-18 del final del primer cuarto, la evidencia ya era que los taronja no estaban defendiendo a su nivel (con el rival en un 10 de 16 en tiros de campo y ocho de esas diez canastas con asistencia). El ardor guerrero de Anderson, que desesperó a Miribilla al jugar al límite constante de la técnica, sirvió para acortar algo la distancia después de la primera máxima renta del Bilbao (42-28) pero el 42-33 al descanso seguía dejando más dudas que certezas.
El tercer cuarto fue un quiero y no puedo. Cada vez que el Valencia Basket bajaba a ocho (44-36 o 51-43) el Bilbao Basket pegaba un estirón volcando el juego en la pintura ante un Inglis que acabó ahogado jugando al cinco. Otros 28 puntos encajados en un cuarto dejó el partido en bandeja para los 'hombres de negro' (70-58). Lamentablemente, ahí se acabó todo. Los últimos minutos fueron un trámite, con una bajada de brazos final que fue lamentable para la vista.
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Mumbrú, tras la derrota, no puso ninguna venda en una herida grande: «Era un partido importante para nosotros y felicito a Bilbao por el planteamiento y cómo han estado. Cuando los equipos necesitan victorias tienen un plus y no hemos sabido entenderlo. Si no defendemos no somos capaces de competir. No hemos entrado en el partido, al principio hemos tirado tiros solos y nuestra concentración ha sido paupérrima desde el minuto uno«. El técnico taronja se fue calentando a medida que fue recibiendo preguntas sobre la actuación de su equipo: »Los primeros cuatro minutos han sido un desastre en todo. Nuestro esfuerzo ha sido malo, tenemos que entender que clase de equipo somos. No hemos estado bien en concentración y el primer culpable soy yo por no haber sido capaz de explicarlo lo suficiente. Conozco Miribilla y sé lo que hay que poner para competir en este ambiente, lo expliqué como 1.000 veces en las charlas previas pero debería haberlo hecho 3.000. Parece que sobre el papel tenía que ganar Valencia pero los partidos hay que jugarlos. Si no estás al nivel que tienes que estar para competir te pasan por encima que es lo que nos ha pasado«.
Con la ACB ya parada ahora todo el foco va para la Copa. Ahí, Mumbrú confirmó la información de este periódico sobre las opciones de Davies de llegar al torneo de Málaga: «Touré está casi descartado y Davies estamos intentando que llegue. Me hubiera gustado que hubiera estado hoy para coger algo de ritmo y Xabi tampoco está. Son bajas importantes pero ninguna excusa para nuestro partido». Por su parte, Ponsarnau reconoció que las bajas por dentro de los taronja fueron clave: «Es un reto jugar contra equipos con tanto físico. El Valencia Basket tiene una identidad defensiva que ahora sin Davies y Touré y con muchos minutos acumulados de algunos jugadores han perdido un poco de esta esencia. En ataque han tenido la dificultad del movimiento de jugadores y creo que están buscando su identidad. Tienen talento y buena táctica».
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