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El corazón de la Fonteta quedó ayer congelado a las seis y treinta y siete minutos de la tarde. No era para menos. Durante unos segundos eternos y que hicieron brotar las lágrimas hasta el más fuerte de los presentes. El estandarte de la Liga Endesa conquistada por el Valencia Basket ascendió a los cielos bajo los acordes de Nessum Dorma, el aria del acto final de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini. Cuando la bandera no había llegado ni a la mitad de su recorrido los ojos de Rafa Martínez y Bojan Dubljevic ya estaban brillando. Los dos capitanes, los dos símbolos. Los recién llegados al proyecto taronja miraban con atención. En especial, Erick Green. El americano asentía con la cabeza, diciéndose a sí mismo que él quería vivir algo así con la camiseta del Valencia Basket. El orgullo del campeón fue la banda sonora de la presentación del proyecto de la temporada 2017-2018. Desde primera hora de la tarde, hasta que se apagaron los focos del pabellón.
"Recordar que somos campeones de liga todo el año". La frase la pronunció el viernes el capitán Rafa Martínez en la habitual cena con las peñas de inicio de temporada y promete ser un ‘mantra’ del curso que comenzará de forma oficial el viernes con la semifinal de la Supercopa frente al Unicaja. El núcleo duro del equipo campeón seguirá vistiendo de taronja y será el encargado de transmitir a las cinco incorporaciones presentadas ayer y que escucharon en directo esas palabras del ‘eterno 17’ (Latavius Williams, Tibor Pleiss, Erick Green, Aaron Doornekamp y Alberto Abalde) que más allá del título, lo que realmente defiende el Valencia Basket es ese espíritu que le llevó a levantarse de dos golpes (el de la Eurocup jugando la final en la Fonteta hubiera enterrado a cualquier vestuario normal) hasta luchar, y conseguir, la gloria. Cuando Bojan Dubljevic, que tras la marcha de Van Rossom será el segundo capitán, asomó por el túnel de vestuarios, con la copa bajo un brazo y el puño en alto, la Fonteta ya estaba en pie. Unos segundos después, Rafa Martínez levantó de nuevo el trofeo para que la Fonteta volviera a coquetear con su récord de decibelios. Como en aquella noche de locura del 16 de junio. Han pasado algo más de tres meses... y la emoción sigue siendo la misma.
El embrujo del título de la ACB llegó hasta la tonalidad de los aplausos. Las grandes ovaciones de la tarde fueron para los jugadores que conquistaron la Liga frente al Real Madrid, comenzando por un Will Thomas que sigue el romance con la grada que comenzó con el playoff de la pasada temporada y terminando por los ‘tres de Estambul’. Otra de las sorpresas de la tarde fue el saludo grabado en tierras turcas por San Emeterio, Vives y Sastre, acompañados por el fisio Jordan Sospedra, unas horas antes de conseguir el bronce con España frente a Rusia. Para ellos fue otra de las ovaciones más sentidas.
Además del orgullo del campeón, en el regreso a la Euroliga, el otro gran foco de atención fue para la cantera. No podía ser menos a pocos días de que se alce el telón de L’Alqueria del Basket. El medio centenar de equipos de baloncesto base taronja, con 550 jugadores y jugadoras lo que supone un nuevo techo, supone la gran esperanza para los próximos años. Así lo reflejaban los rostros de Andreu Casadevall y Esteban Albert, los dos alquimistas de la nueva ciudad deportiva, pero también el de Chechu Mulero. El arquitecto del Valencia Basket añadirá a su dirección deportiva el control de L’Alqueria, en todo lo referente a lo que suceda sobre el parquet. Uno de los objetivos del club con la instalación es que, a medio plazo, salgan más jugadores como Josep Puerto, valenciano y con una clara proyección de primer equipo. Será decisión de Txus Vidorreta, que también tuvo una cálida acogida de su nueva afición.
El gran ausente en la presentación del Valencia Basket fue Romain Sato. Más allá de los jugadores campeones que no han continuado en el equipo o de los tres internacionales con España. La gran pregunta de los aficionados, a todo aquel que pudiera responder, giraba sobre el africano, que continúa en Estados Unidos por un delicado asunto familiar. El carácter afable del alero, que era el gran animador con sus bailes del acto inicial de la temporada, ha conseguido que se considere una cuestión de estado su vuelta. Es por ello que la entidad taronja le ha transmitido una total tranquilidad a lo largo del verano para que tome una decisión. En el caso de que pueda aceptar el año de renovación será con la temporada comenzada... y el mejor fichaje para el corazón de la grada.
Mientras eso sucede, los galones en las novedades son para Erick Green. El americano fue el fichaje más aplaudido y, por su forma de jugar, promete establecer un romance casi instantáneo con los aficionados. Igual que el Valencia Basket femenino, otra de las apuestas firmes del club para la presente temporada con Rubén Burgos al mando. El orgullo del campeón como motor para la presente temporada fue el hilo conductor de la tarde en la Fonteta. Desde el paseo de los aficionados por la Avenida Hermanos Maristas, varios centenares con las camisetas del título de la ACB, hasta la nueva primera vista del pabellón, que les recibirá este año con una lona de lo conseguido ante el Real Madrid. Si algo demostró el Valencia Basket hace muy pocos meses es que creer es la base del éxito.
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