El Valencia Basket celebra la Supercopa de España lograda en Alcantarilla. FEB | Alberto Nevado

El Valencia Basket revalida el título de Supercampeonas de España y emula al mítico Dorna

El equipo taronja iguala los cinco títulos nacionales seguidos conseguidos por las de Godella entre 1993 y 1995. Rubén Burgos sigue los pasos de su maestro Miki Vukovic ganando la tercera Supercopa para el club en un final donde su equipo fue muy superior

Juan Carlos Villena

ENVIADO ESPECIAL ALCANTARILLA

Domingo, 29 de septiembre 2024, 19:26

El Valencia Basket ascendió a la Liga Femenina en 2018. Han pasado poco más de seis años, y una pandemia, y el equipo ya ha conseguido ocho títulos. El último, ayer en la Supercopa de España disputada en Alcantarilla al vencer de una forma contundente ... al Casademont Zaragoza por 84-60. La gesta, además, vino acompañada de una cifra histórica. La quinta corona consecutiva de las taronja, que han ganado todos los títulos nacionales en juego desde la Liga de 2023, iguala lo conseguido por el Dorna Godella entre la Liga de 1993 y la de 1995. Lo hace, además, con Rubén Burgos en el banquillo. El que fuera amigo, y alumno, del gran maestro Miki Vukovic. Un precioso lazo virtual a una historia emocionante, puesto que fue Miki el que tuvo claro desde el primer momento, así lo expresó en un reportaje que concedió junto a Burgos en LAS PROVINCIAS antes del debut de las valencianas en una Copa de la Reina, que el técnico de Riba-roja iba a marcar una época en el club. Como en tantas cosas en esta vida, no se equivocaba.

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Los cinco títulos consecutivos del Valencia Basket en competiciones nacionales suponen el cuarto mejor registro de la historia del baloncesto femenino español, que comenzó a contar títulos oficiales desde la Copa de 1943. La mejor racha son doce, cuatro tripletes seguidos, conseguida por el Ros Casares entre 2006 y 2010. La segunda, los nueve del Avenida entre 2016 y 2019 y en la tercera, con seis, están empatados el Madrid Centro (entre 1944 y 1952), el Creff Madrid (desde 1967 a 1972) y el Tortosa (que dominó las competiciones entre 1987 y 1989). En un proyecto que siempre se pone objetivos ganadores, el reto en la próxima Copa de la Reina, si las taronja se clasifican, será igualar ese tercer escalón de los seis títulos nacionales seguidos.

El aspecto psicológico en el deporte es clave. En las finales, mucho más. El rostro en la pista de las jugadoras del Casademont Zaragoza, desde el 4-4 inicial, fue agriándose porque cada minuto que pasaba en la final de la Supercopa se mostraba en el espejo la de la Copa de la Reina de Huelva, donde las taronja no dieron ninguna opción a las de Cantero. Con el 20-9 al final del primer cuarto ya se evidenció ese aspecto (33-4 en valoración) y cuando llegó la máxima renta en el segundo (34-14) la final ya opositaba, directamente, a finiquitarse. Tan claro tenía Rubén Burgos que era el momento de la final que no dudó en pedir un tiempo muerto cuando su equipo encajó un parcial de 3-9 (37-23) para dar un último empujón antes del descanso. Los últimos diez segundos fueron la mejor definición. Fingall inició un robo de balón que terminó Iagupova y la americana corrió toda la pista para poder recibir en la esquina y anotar un triple, sobre la bocina, que supuso un golpe anímico para el Zaragoza (45-25).

Aunque el equipo aragonés comenzó el tercer cuarto anotando (45-28), un triple de Iagupova dejó claro que las valencianas no estaban dispuestas a dejar pasar la oportunidad de un nuevo título. Con el 55-30, la máxima renta hasta el momento, virtualmente ya se había terminado la final. Restaban catorce minutos de partido, que había que disputarlos, pero todo el mundo en el pabellón ya sabía el desenlace del partido. El trámite en el que se convirtieron los últimos minutos empezaron con el 67-45 del final del tercer cuarto y llegó hasta la máxima renta del encuentro, en el 81-50 donde ya la afición del Valencia Basket, más de 300 en Alcantarilla, no pudieron contenerse el primer grito de «¡Campeonas, campeonas!».

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Con la bocina final se desató la locura y una celebración con muchas postales. La primera, ver a Awa Fam sumarse a la fiesta. La de Santa Pola, cedida esta temporada al Gernika, viajó hasta Murcia junto a Alba Caballero, otra de las jugadoras más prometedoras de L'Alqueria, para vivir junto a sus compañeras un título donde ella también formó parte. No hay que olvidar que la Supercopa se juega por los resultados de la temporada anterior. Fam no dudó en levantar a Leti Romero o Alicia Flórez, que volvió a llevarse a casa una de las redes del pabellón como recuerdo. La leonesa, que no soltó el trofeo hasta que subió al autobús, volvió a brillar en el rol de base suplente hasta que se fiche un relevo para Cristina Ouviña. La aragonesa, presente en Alcantarilla como la lesionada Raquel Carrera, también fue una de las protagonistas de la celebración.

El festejo fue más corto de lo habitual porque el club hizo un llamamiento para que todos los aficionados se citaran a las diez de la noche en L'Alqueria del Basket. Allí fue el fin de fiesta, tanto para los desplazados en coche desde Murcia que tuvieron tiempo de llegar siguiendo al autobús del Valencia Basket por la autovía hasta casa, como para la afición que no pudo viajar y se sumó a la gran fiesta de las Supercampeonas. Las que han igualado al mítico Dorna.

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