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Todo el mundo sabe que el Valencia Basket es, en este arranque de temporada, el mejor equipo en el rebote ofensivo pero es muy complicado ponerle ese cascabel al gato. El equipo taronja volvió a dar una exhibición en las capturas de ataque en su ... visita al Bilbao Basket para que volviera a ser la clave de un triunfo que, además, les coloca segundos en solitario en la ACB con un balance de 4-1, sólo por detrás del Unicaja y con una victoria de ventaja sobre el Barça y el Real Madrid. Si ante el Joventut batieron el récord del club, y empataron el de la Liga, con 26 rebotes de ataque, los 22 en Miribilla fueron fundamentales. De todos los rechaces que volaron sobre el aro vasco, el 51% fueron a manos de jugadores taronja. Ese ratio es una barbaridad. Como el 27-48 en rebotes totales.
Los de Pedro Martínez cargan el rebote de ataque con los cinco jugadores, con lo que en varias ocasiones el que lo capturó fue el que falló el tiro. Los 15 puntos en segunda oportunidad fueron clave para el sufrido triunfo taronja en Miribilla. El primero en las últimas cuatro visitas a Bilbao y desde que Ponsarnau es el técnico de los hombres de negro. «Valencia es un equipo que por filosofía es más normal que sorprenda yendo a por el rebote después de tirar. Pero en este caso es su plan. Es algo que no esperas y nos han hecho mucho daño», reconoció el de Tàrrega. El triunfo, además, eleva la racha de victorias consecutivas, entre la ACB y la Eurocup, a ocho y el balance general del inicio de temporada en un 9-1, con sólo la derrota en Manresa en el debe.
El duelo táctico entre dos entrenadores que, por encima de todo, son amigos fue brutal. Tanto que ya habían quedado, fuera el que fuera el resultado, a cenar tras el choque. «No es algo fácil ni que sea normal, para eso tiene que haber una gran amistad», reconoció Pedro Martínez tras el partido, después de dejar claro lo complejo que había sido tumbar al rival: «Es un equipo muy duro, los ves jugar cuando preparas el partido, sobre todo desde que tienen este entrenador, y dices ¿Qué podemos hacer? Tienen una gran riqueza táctica y te castigan cualquier error. Creo que es el primer partido que gano aquí desde que tienen al actual entrenador. Son muy sólidos en defensa, no te dan nada». Esa fue la mejor explicación de la primera parte. Tras el 0-8 inicial, en un buen inicio que llegó hasta el 4-10 con un mate de De Larrea, el partido comenzó a cambiar para que el plan de partido de Ponsarnau se impusiera.
Al Valencia Basket le costó la defensa del bloqueo directo central, y de las canastas en la pintura, y desde ahí hizo mucho daño el Bilbao. No se notó en el marcador del final del primer cuarto (27-26) pero sí en el 54-42, donde el parcial arrastrado era de 54-34. Otra vez un parcial de -20 en una primera parte, como ocurrió en Manresa. Los taronja lo arreglaron con un 0-7 antes del descanso (54-49) y, sobre todo, con los ajustes defensivos en la segunda parte que fueron clave. Costello se convirtió en un muro bajo los dos aros y Pradilla fue su mejor intendente. Desde ahí creció el Valencia Basket, con los triples de Puerto o la anotación de un Montero que regresó a un gran nivel con una protección en el hombro derecho, para irse por delante al final del tercer cuarto (75-77) y disparar la renta en el último (84-93). Sólo restaba saber sufrir.
Hay un detalle que ocurrió en el segundo cuarto que explica por sí sólo el modelo de exigencia máxima que quiere Pedro Martínez para el Valencia Basket. Con 54-42, Costello se fue al banquillo en una de las constantes rotaciones del partido. Llevaba un 0 de 5 en triples en el segundo cuarto y el técnico le recriminó algo que no le gustó. El americano se giró, le contestó y siguió haciéndolo en el banquillo. Tanto, que Pedro Martínez tampoco dudó en girarse y contestar apoyado apoyado en la publicidad estática. Así siguieron varios segundos. Un calentón en el ámbito laboral, entre jefe y empleado, como existen en todos los trabajos. Lo que más suma es el final de la historia. Tras el descanso, Matt Costello multiplicó su presencia en pista, y su concentración, para convertirse e una de las claves del triunfo. Cuando anotó, con un triple, el 72-73 que ponía a su equipo por delante no dudó en hacer un gesto con el puño apretado al banquillo. Pedro Martínez le contestó con uno igual. Unión y moraleja... la bronca sirvió para que reaccionara el jugador.
Bilbao Basket: Pantzar (7), Abdur-Rahkman (20), Dragic (5), De Ridder (3) y Jones (14), quinteto titular, Frey (10), Kullamae (17), Rabaseda (2), Gielo (15), Hlinason (5), Domínguez (-) y Sylla (-)
Valencia Basket: De Larrea (13), Badio (4), Ojeleye (8), Sestina (3) y Costello (19), quinteto titular, Montero (15), López-Arostegui (9), Puerto (14), Pradilla (8), Reuvers (10) y Happ (-).
Parciales: 27-26, 27-23 (54-49), 21-28 (75-77) y 23-26 (98-103).
Árbitros: Fernando Calatrava, Juan de Dios Oyón y Rubén Sánchez Mohedas.
Incidencias: 8.052 espectadores.
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