Si hay un jugador que ejemplifica que el triunfo de orgullo del Valencia Basket sobre el Baskonia pivotó más sobre la responsabilidad de una plantilla ... sabedora de su porcentaje de culpa de la crisis interna, que derivó en el despido de su entrenador, que de la sensación manida en el deporte de 'cama' al técnico es Justin Anderson. Su actitud eléctrica en pista, más revolucionada aún que de costumbre, fue clave cuando Howard metió el miedo en el cuerpo con 29 puntos en los primeros 13 minutos de la segunda parte. Ese Anderson, que con su actitud podría entrar dentro del perfil de la 'cama', es el mismo que horas después del despido de Mumbrú publicó este mensaje en sus redes sociales: «Los aficionados no saben lo que sucede detrás de la escena del deporte. Gracias Álex Mumbrú, que tu grandeza sea pronto apreciada en tu próximo destino». Poco más hay que comentar.
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El orgullo taronja, activado en la reunión del viernes tras el cese del entrenador cuando todos fueron señalados por sus jefes como tan responsables como el despedido, fue la mejor gasolina para poner en marcha el debut de Xavi Albert como primer entrenador. Los equipos del técnico valenciano, tanto en su etapa en el Ros Casares como en la cantera de L'Alqueria, se basan en una presión defensiva alta y dinamismo en ataque. Con la mente liberada y sin el clima de tensión, que ante el Asvel quedó revelado como insostenible, entre la grada y un entrenador que nunca conectó con la afición, los taronja se dedicaron a jugar al baloncesto. Con dos cambios en el quinteto tipo del curso (Pradilla y López-Arostegui) la energía de los valencianos en defensa se llevó por delante al Baskonia. El 31-14 en el marcador llegó acompañado de 7 robos en esos primeros diez minutos y 42-2 de valoración. La misma dinámica, con un debut prometedor de Kaba, llegó en el segundo cuarto. Albert paró el partido cuando los de Ivanovic bajaron a catorce (36-22) y el parcial hasta el descanso fue de 26-12, para un 62-34 que ejecutó, de largo, la mejor primera parte de la temporada del Valencia Basket.
Cuando Pradilla anotó la canasta con la que arrancó el tercer cuarto (64-34) todo parecía sentenciado. Nunca se puede dar por cerrado un partido donde esté Marcus Howard en pista. Tras el primer aviso, bajando la renta al 87-65 al final del tercer cuarto, 0-17 con el que comenzó el último cuarto (87-82 tras el punto 29 de Howard en 13 minutos) heló a la Fonteta. El parcial arrastrado fue de 23-48 (con el 11-50 del Asvel en el recuerdo) pero la gran diferencia fue la actitud de todos los presentes, tanto en la pista como en la grada. Remar juntos. Aplausos y no pitos. Mano en el hombro y no collejas. Ese impulso de confianza se certificó con un triple de Davies (90-82) y un minuto eléctrico de Anderson, con dos mates de concurso aunque en el segundo se señalara una doble antideportiva tanto a él como a Costello. Con la Fonteta en ebullición, se había encarrilado el triunfo (94-82). El alero de Virginia logró, además, desactivar el arma de Howard sacando todo su arsenal de recursos para desquiciar al rival. Se coló, incluso, en una conversación entre el jugador e Ivanovic.
En el intercambio de canastas de los últimos minutos (los 67 puntos de Baskonia en la segunda parte indica el camino a mejorar) se sintieron cómodos los valencianos, que lograron rascar el average particular a un Baskonia que ganó de nueve en la primera vuelta. Con 108-101, y cuatro segundos en el crono, una jugada de pizarra forzó una falta de tres tiros para Davies. El pívot no falló, otorgando dos triunfos de margen y el average con el noveno, que es el Baskonia. Jones, 27 puntos y 37 de valoración, y Ojeleye, 25 y 30, brillaron con luz propia en un triunfo que permite a los taronja resistir el pulso por la cuarta plaza.
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Valencia Basket: Jones (27), López-Arostegui (1), Ojeleye (25), Pradilla (4) y Davies (15), cinco inicial, Harper (3), Claver (6), Puerto (2), Anderson (10), Inglis (10), Jovic (4) y Kaba (4).
Baskonia: Miller-McIntyre (15), Díez (2), Rogkavopoulos (5), Moneke (21) y Kotsar (5), cinco inicial, Howard (36), Raieste (-), Chiozza (-), Sedekerskis (7), Costello (5) y Theodore (5).
Parciales: 31-14, 31-20 (62-34), 25-31 (87-65) y 24-36 (111-101).
Árbitros: Luis Miguel Castillo, Alfonso Olivares y Alberto Baena.
Incidencias: 6.133 espectadores.
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